Budiño
“Sotaque”, Folmusica. 2013
Sotaque significa “acento”, la forma en el que los naturales de una zona hablan un idioma concreto. Ese significado es quizás el que ha elegido Xosé Manuel Budiño para realizar su ya sexto trabajo, mostrar su propio acento.
En la nota de la discográfica se describe al artista como un músico que se crece en el escenario, que levanta la mirada, apunta lejos y fija destino, con arrogancia. Si así lo hace sobre las tablas, así lo acaba de corroborar en su nuevo álbum. Sotaque es un disco que respira atrevimiento, energía, la mencionada arrogancia y la seguridad de saber diseñar un sonido actual partiendo de su propia base más enraizada. Desde que encandilara con aquel primer Paralaia, en donde retumbaban los cimientos con Lóstregos o Aire do cruceiro, el entonces joven Budiño parece haber madurado entre más aciertos que errores. El gaitero ha elaborado una carrera seria, con objetivos claros y con una tendencia hacia la exploración de su sonido “natal”, el propio de la gaita y de Galicia. Con ese punto de partida, sus trabajos –incluido éste- muestran evolución, riesgo y la búsqueda de algo que hay más allá del sonido propio de la interpretación de los instrumentos. El trayecto que dibuja el gaitero en este Sotaque seducirá al público de la música celta, gallega, que desea nuevas sonoridades, flirteos, y roces con elementos actuales, sin perder el encanto de lo añejo. Digamos que sigue la senda de sus anteriores trabajos, pero no se muestra reiterativo.
Las caricias electrónicas, la percusión viajera y las melodías magnéticas aparecen aquí desde el primer tema con Nubeiros e tronantes. Xosé Manuel cuenta en su nueva obra con colaboradores que aportan pinceladas bien merecidas y argumentadas, sin ser gratuitas. El tema que da nombre al disco cuenta con el siempre efectivo e inquieto flautista Michael McGoldrick (Lunasa, Capercaillie, Afro-Celt Sound System), en un dúo que forja un duelo de titanes y maestros del viento del norte. Siguen las colaboraciones con el actor Luis Tosar, que alegra y embellece la pieza Hoxe canto en libertá, cantando a la vida y a la añoranza. Tosar recita, rapea y canta haciendo crecer y subrayar la letra de Celso Emilio Ferreiro. ¡Todo un cantar a la vida! También cuenta con la música más tradicional de los Cantareiros de o fiadeiro, con la pieza Riamonte, y un momento para el reposo con la voz y delicadeza de António Zambujo en Déixame adivinar.
Estudioso de la electrónica, Budiño nos muestra otras perlas lujosas. Serán de Maias es un temazo situado en la zona intermedia del repertorio del disco que destaca por su brillo, por su magnetismo y por sus rayos de sol, algo que en estos tiempos que corren es de agradecer. El tema avanza prácticamente con una doble melodía, una doble capa superpuesta en la que puede disfrutarse si se desliza por el camino electrónico, o por el de la superficie instrumental más tradicional. Y olvídense aquí del mp3, de compresión de calidad y deotros inventos. Equipo de alta fidelidad, al ser posible, orejas despejadas y a buen volumen.
Chal indiano y el resto de temas, como Soños, o Bica na Baiúca, se desarrollan en ese camino tecnológico/tradicional insuflando mérito a una forma propia de entender la música, de hacerla crecer, y sobre todo de hacérnosla llegar a lo más hondo. Si Budiño camina con buen pie, y todo apunta a que sea así, aún nos queda mucho por ver, por escuchar y por disfrutar. + Info | Relacionados | Antonio Álvarez