Brossa Quartet
Brossa Quartet
“Músiques de l´Holocaust”
Temps Record, 2008
Hubo un tiempo en que el pueblo judío sufrió tanto como hoy lo hace la población palestina. Pero la muerte en los campos de concentración nazis no fue tan sólo exclusiva suya. Muchos otros llegaron allí por su condición sexual, racial, social o política. Y no obstante, quizá los pensadores y los artistas (por su “peligrosidad moral”) fueron la peor pérdida para el mundo entero, ahogando su voz entre vahos de gas, sábanas raídas y aguas pútridas para beber. Otros (unos pocos) sobrevivieron para contarlo y de esa traumática experiencia surgieron las obras más importantes de algunos músicos como Olivier Messiaen, Martin Roman o el padre de Anne Sofie von Otter.
Músiques de l´Holocaust reúne muchas de las composiciones escritas en dichos campos, con arreglos de Gregori Ferrer y Oleguer Aymamí para cuarteto de cuerda con acompañamiento de acordeón y rapsoda. El notable proyecto del Brossa Quartet devuelve a la música el lugar de prestigio que antaño tuvo más allá del mero entretenimiento vacuo que hoy tiene en nuestra sociedad. En los campos, las canciones –como las pequeñas obras de teatro que montaban esporádicamente, las pinturas, los poemas y cualquier otra manifestación artística– adquirieron entre los presos un valor de esperanza y resistencia, breves hálitos de comunión entre las gentes y un puente con el pasado y su herencia cultural. Mientras que las melodías servían para hacer más llevadera la angustia de un incierto mañana, las letras satirizaban a los carceleros. Por su parte, éstos usaron a “sus clásicos” como cruel escarnio, decorando la marcha hacia los hornos crematorios. Hay cortes que parecen inspirar esas imágenes atroces tantas veces vistas, como La meva porta de Aleksander Kulisiewicz, que abre el disco;