Bela Fleck y Chick Corea

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Bela Fleck y Chick CoreaBela Fleck y Chick Corea
Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona

Palau de la Música Catalana. Barcelona
15 de noviembre de 2007

Una de las propuestas más inquietantes del jazz actual es la colaboración de uno de los mejores pianistas del mundo, Chick Corea, y el renovador del banjo como un instrumento versátil y contemporáneo, Bela Fleck.  Los dos músicos norteamericanos aparecieron en el bello escenario del Palau de la Música de Barcelona para mostrar parte de las canciones que componen The Enchantment, el trabajo discográfico que, a finales del año pasado, grabaron conjuntamente uniendo banjo y piano en la creación de una nueva amistad sonora y, seguramente, personal. Quizás, para los que no estén muy en contacto con el jazz, la utilización de un banjo en estas composiciones estilísticas, resulte extraño, pero para los asistentes al concierto, no quedará ninguna duda que este instrumento funciona a la perfección en su papel de solista, o como compañero artístico de un piano. Los dos músicos, en un continuo diálogo musical, pusieron en escena auditiva los temas del nuevo disco, sorprendentes improvisaciones y versiones tan carismáticas como Brasil u otras conocidas del repertorio tradicional del jazz. Melodías más cariñosas para los oídos se fueron alternando con otras más complejas, duras y arrítmicas, pero igualmente sorprendentes. Fleck demostró porqué el banjo se ha convertido en una extensión de sus dedos. La velocidad y pasión con las que tocó son dignas de observar. Por su parte, Corea no defraudó, dominó el teclado y extrajo sonidos de las cuerdas internas, demostrando atrevimiento, conocimiento y placer. Sin duda, sigue sorprendiendo tal y como hacía en sus años más mozos. La actuación, dividida en dos partes, sufrió el goteo de algunos espectadores que abandonaron la sala, posiblemente, porque esperaban disfrutar de una sesión de jazz suave y fácil de entender, y se encontraron con una propuesta mucho más expresionista. Aparte de la interpretación musical, vale la pena destacar las conversaciones mutuas entre ambos músicos, y sus explicaciones al respetable. Bromas, comentarios al respecto al título de algunas de las canciones y miradas cómplices revelaron el dulce momento artístico que estas dos personalidades han sabido construir con total verosimilitud. Por supuesto, también quedaron embelesados por la belleza excesiva del Palau // Antonio Álvarez