Beefeater In-Edit 2013

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Beefeater In-Edit 2013
Del 24 de octubre al 4 de noviembre de 2013

Consolidándose año tras año desde hace una década, el Festival In-Edit vuelve una vez más a la ciudad condal cargada de tentadores bocados para nuestras barrigas. Además de una nutrida parrilla de films de y sobre grupos y artistas del indie más moderno, también hay sitio para los géneros que tratamos en nuestra revista. Entre sus variadas propuestas encontramos biografías documentales de Ginger Baker (batería de los Cream), el productor Joe Meek, el actor Harry Dean Stanton (auspiciado por David Lynch y Sam Shepard) y músicos patrios como Peret, Toti Soler, Paul Fuster, La Pegatina y los Tabletom, entre otros. El jazz, el soul y el rhythm’n’blues van a destacar fuertemente este año con sendos trabajos sobre Betty Carter, Sonny Rollins, Doc Pomus, James Booker, el ensemble Hypnotic Brass y el selecto catálogo de coristas del sello Motown, sin olvidar la herencia que algunos abuelos del funk (como James Brown, Sly Stone, Bootsy Collins o George Clinton) han legado en Beastie Boys o The Roots (Finding The Funk).

Como en pasadas ediciones, se exhiben también algunos clásicos y obras más recientes que los mejores directores del cine actual han realizado sobre el mundo musical. Antaño fue el turno de Martin Scorsese o Julian Temple. En la programación de este año, sin embargo, los que se ponen detrás de la cámara para dar testimonio de su visión de la música son el citado Lynch (de gira con Duran Duran) y Jonathan Demme (reivindicando a Enzo Avitabile). Además, se homenajean a Dick Fontaine y Les Blank con una breve retrospectiva de ambos.

Si lo que os motiva del cine documental no es tanto la fascinación por los artistas, sino el estudio socio-antropológico alrededor de la música, se ofrece también un sesudo análisis sobre la evolución del hip-hop (Beat This!), el tex-mex y el narco-corrido (Chulas Fronteras, Narco Cultura), un debate plural sobre la caza de brujas que propició el cierre de Napster (Downloaded), la cotidianeidad de los gitanos del barrio de Triana (Triana Pura y Pura), el anacronismo de una banda de rockabilly en Chile (Los Rockers) en contraste con los punks negros en el Detroit de los años ’70 (A Band Called Death), o el seguimiento de los movimientos estéticos de los y las adolescentes en las primeras décadas del siglo XX (Teenage). El punto weird lo ponen los ensayos teóricos sobre el valor del silencio según John Cage (Sound???) y la captura del instante estético en el caso de Ornette Coleman (Who’s Crazy?), junto a la puesta en escena de un musical muy petardo trufado de vaginas y penes que es puro delirio visual (Peaches Does Herself). Para los más friquis, Naked Opera no les va a dejar indiferente: se trata del retrato de un excéntrico mecenas alemán que, con la excusa de montar una ópera de Mozart, va derramando dinero y semen a partes iguales en patéticas orgías entre paredes palaciegas.

Ante tanta variada oferta, debe alabarse el encomio de los responsables del festival por no encorsetarse en un único género ni preconcebir un público uniforme. Qué falta nos hace en estos tiempos de grisácea homogeneidad. +Info | Relacionados | Iván Sánchez-Moreno