Babel Med Music

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Babel Med MusicBabel Med Music
Marsella, Francia
29, 30 y 31 de marzo de 2007
Por tercer año consecutivo Marsella nos volvió a abrir las puertas de su feria Babel Med Music. Para los profesionales, un mercado referente en el panorama de las músicas del mundo; para el público general, una ocasión de oro para descubrir, a través de treinta conciertos, propuestas más o menos emergentes elegidas entre las ochocientas candidaturas recibidas de los cinco continentes.  Si hablamos en cifras, este mercado se encuentra en total crecimiento: 1.200 profesionales, 63 países representados, 100 stands y 10.000 espectadores en el año 2006. Pero para los que somos “de letras”, lo que realmente nos importa de Babel Med es su contenido musical que, desde la primera edición, ha apostado por la variedad y el descubrimiento, siempre con una atención especial a la producción gala y/o de los países francófonos, lo que parece suponer una incomprensible omisión de los ritmos latinos –en el año 2005 estuvo Hanine y Son Cubano, pero desde Líbano; en la pasada edición sólo La Familia Valera Miranda de Cuba, pero junto a gitanos franceses; este año ni rastro de Cuba, ni de Colombia, ni de Venezuela…–.  Aún así, los adictos al Caribe llevamos de la mejor manera posible nuestro particular síndrome de abstinencia durante los tres días del evento y disfrutamos a fondo de su programación, que en esta ocasión ha viajado desde los cantos tradicionales vietnamitas, con Huong Thang, hasta el bélè martiniqués, a cargo de los octogenarios componentes de Les Maîtres du Bélè. Por el camino, rap malí con el joven grupo Guerebou Kounkan, la tradición afro-egipcia de Mazaher, suaves baladas senegalesas con Diogal, la presencia casi simbólica de nuestro país con El Tio Carlos desde Barcelona, propuestas forzadas y gratuitamente snobs como la del grupo turco Baba Zula y algunas apariciones brillantes –la más esperada de esta edición– como la de la estrella caboverdiana del momento, Lura, que sin lugar a dudas se metió al público en el bolsillo con su batuke y su belleza. Fue un ir y venir de una punta a otra del planeta, del Cabaret a la Salle des Sucres, pasando por un té con menta en el Espace Oriental o un buen vino en la Bodega Tapas. La nueva localización en un muelle de carga pegado al recordado Dock des Suds consiguió recuperar buena parte de la atmósfera del que fue un espacio único e irrepetible antes del devastador incendio. Ese cambio y la grata sorpresa, llegada desde Nápoles, de las tremendas mamme del grupo Assurd, que, tammorra y tamburello en ristre, regalaron sabor y humor chispeante a raudales, justificaron de sobras el viaje siempre agradable a la belle Marseille. // María José López Vilalta, ‘La Morocha’