Antonio González, ‘El Pescaílla’
Antonio González, ‘El Pescaílla’
”El patriarca de la rumba”
Divucsa Music, 2005
www.divucsa.es
Mientras en los abarrotados establecimientos Fnac colgaban unas tremendas banderolas con el título “El futuro de la rumba” como promoción de los trabajos de Sabor de Gracia (La cançó amb rumba, 2006), La Troba Kung-Fú (Clavell morenet, 2006) y Patriarcas de la Rumba (Cosa nostra, 2005), un Papá Noel nostálgico y rumbero donde los haya me dejó bajo el árbol este homenaje a Antonio González, ‘El Pescaílla’. Me consta que la rumba catalana vive un momento brillante, ¡pero desconocía que también lo tuviera en las lejanas montañas finlandesas! La cuestión es que mi adorado Pesca ha destronado a cualquier otra banda sonora navideña y no dejo de escucharlo desde el día 25 de diciembre. Artista de artistas, Antonio González fue el indiscutible precursor de la rumba en España. Su discreción natural hizo que, una vez casado con la explosiva Lola Flores, se conformara con quedarse en la sombra. Esto no quita que aquellos con buen tino musical siempre reconocieran su talento, como guitarrista y como cantante. Manolo Caracol, por ejemplo, tras verlo en los tablaos madrileños, lo captó para el célebre cuadro que formó con La Faraona. Luego fueron Bambino, Manzanita, Los Chunguitos o Los Chichos quienes consideraron a Antonio González como el inventor de la rumba catalana. El Pescaílla rara vez compuso temas: su fuerte eran las versiones. Durante sus viajes de gira por América con Lola Flores ponía buen oído a las canciones, se las aprendía en el idioma original y luego se las hacía a su forma y por rumba. Le valía desde Frank Sinatra (soberbia su versión de Strangers in the night, luego cantada por Los Manolos) hasta Vinicius de Moraes o Carlos Gardel. En este capricho navideño está toda la esencia esplendorosa de El Pescaílla, un total de veinte cortes con exquisiteces como su particular Chica de Ipanema de Tom Jobim, Esta tarde vi llover de Armando Manzanero, el citado Extraños en la noche y el obligado Sarandonga del desaparecido Francisco Repilado que su hija Lolita convirtió en un gran éxito años después. Para acabar, nada mejor que las palabras que el bailaor Eduardo Serrano, ‘El Güito’, dedicó con gran criterio al padre biológico de la rumba catalana de ley: "Era más flamenco que Peret, más nuestro, y le gustaba dar gloria bendita a todo el mundo”. // María José López Vilalta, ‘La Morocha’