Alpheus
Alpheus
«Good Prevails» Liquidator Music, 2014
La voz firme y penetrante de este británico de padres jamaicanos nada tiene que envidiar a la de grandes maestros del reggae como John Holt o Freddie Mc Gregor, con los que guarda mucha similaritud en cuanto a timbre y forma de cantar. No sabemos si sus cuerdas vocales fueron tocadas con la varita mágica de Sam Cooke, del que se quedó prendado al verle en televisión cuando era un chaval, hecho que desencadenó que lo suyo era ponerse delante del micrófono. Alpheus tuvo un golpe de suerte cuando en Florida se cruzó en su camino con el sobrino del que fuera bajista de TheSkatalites e integrante de The Melodians, Tony Brevett, que se lo llevó directamente a los míticos estudios de Coxsone Dodd, centro neurálgico del sello jamaicano Studio One. Tras hacer algunos trabajos como músico de sesión, editó en 1999 su primer disco titulado Quality time. Después de realizar algunas giras por territorio estadounidense, Alpheus se lió la manta a la cabeza para grabar un segundo álbum con el sello galo Special Delivery en 2007. Al poco tiempo conoció a Roberto Sánchez, el célebre productor santanderino de los A-Lone Muzik Studios cuyo proyecto musical personal lleva el nombre de Lone Ark, con el que registró algunos singles, y fraguó en 2011 un disco crucial en su carrera, el LP From Creation. Con este álbum se paseó por festivales de todo el planeta (desde el Rototom Sunsplash al Montreux Jazz). Fue tal la estrecha conjunción que tuvo con Roberto Sánchez que decidieron colaborar en este nuevo disco, un tratado de buena música jamaicana que recala en estilos como el reggae roots, el rocksteady o el ska. Desde que abre fuego con el cadencioso rocksteady de Our strength hasta que cierra con el instrumental Soul food hay espacio para música elaborada con el corazón. Hay que destacar temas como el que da título al disco, una canción que podría estar firmada por Culture o los Inner Circle mas añejos de la era Jacob Miller, con un sonido 100% roots reggae; los lúbricos y moviditos números de ska de Pass the test o Stand Up, que suenan como si estuvieran grabados en la época dorada del género; la melosa Reach for the top, con aries rocksteady y unos coros con soul que encandilan; el romanticismo de Show some love, con aires de los mejores Toots and the Maytals y unos eficientes arreglos de órgano. Las catorce canciones de este epatante disco que no tiene desperdicio alguno no hacen más que rendir pleitesía a la esencia más profunda de Jamaica. Aquella que tan bien han detentado Jimmy Cliff, Bob Marley o The Skatalites. + Info I Miguel Ángel Sánchez Gárate