Alejandro Vargas Consort
Chané na Habana. A Central Folque, 2018
Como diría Camarón «Válgame Dios tío Rufino, las vueltas que el mundo da» José Castro Chané (Santiago de Compostela 1856 La Habana 1917) fue uno de los compositores más importantes de su época y supo dar a conocer el folklore gallego en Cuba, que por aquellos tiempos era todo un referente en la música internacional. Un siglo después el pianista cubano (afincado en Santiago de Compostela) Alejandro Vargas recoge algunas de las partituras más emblemáticas de Chané y nos las ofrece en un trabajo con su quinteto más la voz de Rosa Cedrón y el acompañamiento de Camareta Egeria, once instrumentos de cuerda que nos acercan al sonido que uno se imagina que se producía en los cabildos habaneros de finales del XIX. Vargas además de sus fieles compañeros LAR Legido (batería) y José Manuel Díaz (contrabajo) ha contado con las percusiones de Javier Barral y la trompeta de Mayquel González (una de las sorpresas del disco) también la voz de Rosa Cedrón (voz de Luar na Lubre) es esencial para llevar adelante este proyecto ya que además de una gran voz, Cedrón por su formación como violonchelista sabe distinguir cuándo usa la voz como un instrumento más o cuando sabe elevarla por encima del grupo para conseguir reforzar la canción por encima de la orquesta. Doce composiciones de Chané arregladas por Vargas y por Díaz (también cubano) en un contorno de viaje de ida y vuelta entre Galicia y Cuba. Empiezan con A Foilada (Muñeira-afro) una composición escrita para presentar El Eco en París en 1889 toda la fuerza del orfeón típico. Gaiteriño pasa (bolero-marna) una dulce trompeta (la imagino con sordina) facilita la entrada de la voz de Cedrón y esta la entrada de toda la orquesta. El contrabajo de Díaz y la batería de Legido marcando el tiempo fundamental. Otro bolero, Os teus ollos, atentos al juego del percusionista cuando se hermana con el piano. Luisa, una balada en que la orquesta al principio aprisiona demasiado al quinteto (para mi gusto) pero después la trompeta de González toma posiciones y el quinteto consigue posicionarse. Com ‘as frores (Macuta – afro) por fin mi admirado Legido encuentra un espacio de juego con sus palillos y pedalea cuesta arriba junto a la trompeta y el piano. Alalá. los alalas son las formas musicales gallegas más antiguas, aunque no suelen tener letras en este caso la voz de Cedrón ha sabido integrar los poemas de Rosalía de Castro sin romper el hechizo del canto musical conducido sin duda por la trompeta de González. Primeira pedra, una guajira que le cuesta desatarse del himno en que fue pensada, lo consigue cuándo no hay voz y el cuarteto está más libre. Contigo (Cha Cha Cha) muy interesante cómo los arreglos de Vargas consiguen que esa especie de muñeira que enseguida reconocemos como aires tradicionales gallegos, se transforme en un Cha Cha Cha que Vargas hace estallar trabajando en su piano y Díaz, Legido y Barral acompañan encantados. Tangaraños (conga santiaguera) ahora la conga se impone desde el principio y que sea lo que Dios quiera. No es difícil imaginarse una fila de gente moviéndose a compás, ellos con sus sombreros y ellas con sus vaporosos vestidos. Un adiós a Mariquiña (bolero – congo) el trio básico es el protagonista y sabe transmitir ese sentimiento de morriña que tenían las letras de Curros. Soledades (merengue) Barrad y Legido unen sus fuerzas para dar entrada al merengue. José Manuel Díaz en los arreglos ha marcado muy claramente los ritmos que quiere destacar según quién lleva el peso de la interpretación. Balada inédita (habanera), para completar este sabroso pastel la guinda de la habanera, dulce como el azúcar de caña, Vargas está enorme, la trompeta vuelve a aquella época en que Gillespie y Chano Pozo hacían de las suyas y toda la música cubana invade tu alma. Por si fuese poco, la presentación del Cd es todo un trabajo de recopilación histórica y un diseño de caja y portada que invita ya desde el principio a mirar el producto con mucho respeto y cariño. + info | relacionados