Rahim Alhaj – Oud and String Quintet
Rahim Alhaj – Oud and String Quintet
“Letters from Iraq”, Smithsonian Folkways Recordings, 2017
Estamos ante el estremecedor y precioso nuevo trabajo del maestro del oud Rahim Alhaj. Ocho composiciones instrumentales basadas en cartas de personas que vivieron la guerra de Irak en sus carnes y en las que cuentan sus ocho dramáticas historias.
Rahim se acompaña de un quinteto de cuerda (dos violines, viola, chelo y contrabajo) y a través de música programática, o sea una música que tiene como objetivo evocar ideas, imágenes y sentimientos solamente con la representación musical, nos sumerge en estados de ánimo inverosímiles. Una música de gran belleza y que fusiona los géneros clásicos iraquíes y occidentales. Pero quien mejor que él para precisar sus intenciones: “La música puede hacernos reír, hacernos llorar, hacernos marchar hacía la guerra. Yo quiero hacer música para hacernos sentir la paz”.
Y es sumamente interesante conocer algunos apuntes de la biografía de este singular músico.
Rahim aprendió siendo un niño a tocar el oud en Irak. A los trece años fue elegido como uno entre los miles que se presentaron para entrar en el prestigioso Conservatorio de Música de Bagdad. Cuando recibió en 1990 su diploma ya había ganado múltiples premios y tocado en gran parte del mundo. Pero ya como adulto se le exigió que entrara en el partido Ba’ath que gobernaba y que se uniera al régimen de Sadam Hussein. Se negó y fue encarcelado y torturado. Pudo exiliarse a Jordania, aunque fue perseguido y amenazado de muerte hasta que en 2000 emigró a EEUU. Allí tuvo que subsistir como pudo, hasta que tuvo la oportunidad de hacer conciertos y demostrar su valía. Actualmente tiene nueve discos editados, varias nominaciones a los Grammy, colaboraciones con grupos reconocidos como el Kronos Quartet o los rockeros REM y ha recibido diferentes y prestigiosos premios. En 2008 se nacionalizó como ciudadano estadounidense.
En el libreto de este disco hay un texto que posiblemente motivó a Rahim a hacerlo: “Juré no guardar silencio cuando y donde los seres humanos soporten el sufrimiento y la humillación. El silencio alienta al torturador, nunca al atormentado”. Elie Wiesel (discurso de aceptación del Premio Nobel, 1986).
Con esa idea de documentar esa historia real, de contar ese dolor sufrido, de traer esos sentimientos profundos a través de su música, nace este disco con una música que podemos catalogar como nueva música de cámara clásica-iraquí.
Intentaremos resumir cada una de estas ocho cartas.
En las dos primeras, tituladas como Amor Oriental y Atracción Prohibida, se expresa el enamoramiento de niños por un lado y de adultos por otro, y los problemas al ser de diferentes etnias y la imposibilidad de un final feliz con la guerra de por medio.
En Niño Corriendo, Rahim cuenta con su música cómo un niño con malformación en las piernas (su propio sobrino) trata de huir de un coche bomba y los posteriores disparos que ocurren a su alrededor.
En La Última Vez que Volaremos Pájaros se explica la tristeza de una pareja que utilizaba las palomas mensajeras, del tejado de su casa, como excusa para reunirse, y como una bomba destruyó el edificio y su lugar secreto de reunión.
En Ir a Casa se traduce la propia emotiva vuelta a Irak de Rahim después de bastantes años y sus sentimientos contrapuestos.
En Palabra no Escrita nos estremece con una canción de cuna iraquí, donde un niño pequeño pasea con su madre por un mercado al aire libre. Se produce una explosión y el niño no ve a su madre por ningún sitio, la busca desesperadamente pero no sabe que está muerta.
Volar a Casa no es menos trágica, porque la carta y (la música) habla de esos momentos en que la gente parece olvidar la tragedia que les envuelve con la guerra. Se animan a salir a la calle a pasear, a comer en algún restaurante, a tomar café y todo parece alegre. Hasta que un automóvil hace explosión y de repente sienten un calor y olor insoportable.
Sin embargo en el cierre del disco, Voces para Recordar, se presenta una visión de futuro esperanzadora donde todo Irak está unido y el ritmo expresa felicidad y celebración.
Ocho historias de amor y perdida, de hogar y esperanza para que no olvidemos los horrores de una guerra que está muy cerca, pero que a veces no queremos reconocer.
El disco tiene un formato digipack y en su extenso libreto podemos encontrar, en inglés, cada una de las historias que cuenta cada carta y unas expresivas pinturas de la artista visual iraquí Riyadh Neama.
Hay que agradecer también a la discográfica Smithsonian Folkways Recordings, sin ánimo de lucro, por apoyar el trabajo de artistas tradicionales y que expresan un compromiso con la diversidad cultural y la educación. Todo ello para una mayor comprensión entre los pueblos a través de la producción, la documentación, la preservación y la difusión del sonido. +Info | Miguel Amorós