Adolfo Osta

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Adolfo OstaAdolfo Osta 
”Maravía” 
Ventilador Music, 2007 
www.ventilador-music.com

Se ha hecho rogar un poquito, pero por fin tenemos entre las manos el nuevo trabajo discográfico de Adolfo Osta, luchador incansable que combate desde el año 1990 por la recuperación del repertorio tradicional desde una perspectiva acústica, sencilla y efectiva. Como espectáculo, Maravía se presentó primero en noviembre de 2007, durante la décima edición de la Fira Mediterrània, y poco después en una serie de conciertos celebrados en la sala Espai Brossa de Barcelona. Unos cuantos meses más tarde tenemos, por fin, la traslación al estudio de un proyecto dedicado, según indica el subtítulo del disco, a canciones de marineros, peregrinos y mercaderes, la gente que durante siglos llevó las noticias, los idiomas y las canciones de un sitio a otro, aprovechando sus viajes (a menudo, auténticas epopeyas). Y es así que en el repertorio de Maravía encontramos temas provenientes de diferentes tradiciones europeas (el gallego Romance de Bernaldino e Sabeliña, el escocés Rosemary Lane, el griego Ta palia gkarsonia, el castellano Voces daba un marinero…), temas transmitidos oralmente de padres a hijos y que, en algunos casos, pueden encontrarse en distintas regiones adaptadas a los idiomas respectivos. A Osta le acompañan la guitarra de Manel Segarra y el acordeón de Cati Plana, más las apariciones puntuales de las percusiones de Quique Roig, el violín de Adriana Alcaide, el clarinete de Philip Cunningham y la voz de Ester Formosa en la italiana Il bacio. El carácter íntimo y recogido de este proyecto queda, pues, fuera de toda duda al descubrir el reducido equipo que forma junto al cantante. Y como ejemplo de la economía de medios con la que trabaja este pamplonica afincado en Barcelona, basta comparar su versión del tema sefardita Morenica, apenas adornado por una guitarra, con el potente y orquestal Morena que abre el excelente Deus et Diabolus (Galileo Mc, 2007) de Al Andaluz Project. Buscando el límite, con su forma de entender y trabajar la música, Adolfo Osta se desnuda para entregarnos el valor esencial de la música: la emoción. // Jordi Urpi