41 FESTIVAL PAU CASALS
9-22 de julio de 2022 El Vendrell (Tarragona)
2020 fue una fecha significativa para el pueblo del Vendrell (Tarragona) por dos motivos: había sido designada como Capital Cultural de Catalunya y se celebraba el primer centenario de la Orquestra Pau Casals, dándose la casualidad de que el músico catalán era oriundo de allí. Por desgracia, la pandemia de covid frustró todas las actividades previstas y tuvieron que posponerlas para otra ocasión. Y ese momento ha llegado.
La vinculación de Pau Casals con su pueblo natal fue tan íntima que a pesar de los éxitos internacionales y sus largas estancias en el extranjero, decidió residir todos los veranos en una casa con vistas al mar en El Vendrell (Tarragona) hasta el fin de sus días. Aquí se ubica en la actualidad un museo que resume su vida y, justo enfrente, un auditorio que lleva su nombre y en el que, desde ya más de cuarenta años, se da a cabo una serie de conciertos cuyo principal protagonista es, cómo no, el violonchelo.
La presente edición, sin embargo, no sólo pretende homenajear al Pau Casals más hogareño y nativo –el mismo que presidía improvisadas veladas musicales en su casa de veraneo–, sino también su incansable labor como fundador de orquestas para jóvenes talentos tanto en tierras catalanas como también americanas. Consecuentemente, la mayor parte del Festival Pau Casals estará centrada en la recuperación de los íntimos recitales en los que el maestro aprovechaba la presencia de algún músico entre los amigos que venían a visitarle. Prueba de ello es la querencia que Casals sentía por los tríos –sin que ello sirva de precedente para las malas interpretaciones lúbricas–, ya fuera con Alfred Cortot & Jacques Thibaud como los que luego compuso junto a Isaac Stern, Myra Hess o David Oistrakh, entre otros. Por ende, el concierto inaugural (9 de julio) contará con Gabriele Carcano (piano), Ivan Karizna (violonchelo) y Liza Ferschtman (viola) interpretando repertorio de Brahms, Frank y Mendelssohn. Por supuesto, el chelo tendrá su papel destacado en un amplio número de conciertos. Para el 16 de julio, Daniel Müller-Schott –secundado por la pianista Annika Treutler– ha escogido varias obras de cuatro de los compositores favoritos de Casals: Bach, Brahms, Schumann y Beethoven. En las fechas del 20 y 21 de julio serán varios de los integrantes de la Orquestra del Festival Pau Casals quienes se encarguen de rememorar las íntimas veladas de la Vil·la Casals a principios del siglo XX, destacando en esta ocasión una reinterpretación del Trío nº 1, opus 70 de Beethoven inspirado por su particular lectura de las brujas de Macbeth.
Casals fue también un personaje carismático cuya influencia hizo posible la fundación de diversas orquestas allende los mares. En 1927, por ejemplo, dirigió en la Plaça Nova del Vendrell una Orquestra Popular sufragada con las aportaciones de la Associació Obrera de Concerts. El día 19 de julio de este año se repetirá marco y programa musical con una pequeña orquesta de cámara. El exilio de Pau Casals tras el estallido de la Guerra Civil en España no impidió que el músico prosiguiera su obsesión por alumbrar orquestas: la de Marlboro (EEUU) es otro ejemplo, así como la Sinfónica de Puerto Rico, país por cierto muy estimado por Casals por su madre y su última esposa, Marta Montañez. De su prolífico periplo por Puerto Rico queda constancia en varias horas de metraje que se proyectarán durante el festival (11 de julio), amenizado por un espectáculo de hip-hop a cargo de La Factoria al ritmo de la música clásica (sí, Bach vale para todo). De paso, el día 18 de julio se recuperarán las imágenes que testimonian la estrecha amistad de Casals con la familia Kennedy, tanto por el concierto que el maestro ofreció en la Casa Blanca en 1961 como el funeral de John y Robert, en el que interpretó la Marcha Fúnebre de la Sinfonía Heroica de Beethoven.
Un guiño al pasado reciente del propio festival lo brindará el Quartet Casals, cuyo bautizo se dio en la edición del año 2001 y que volverá al escenario que les dio nombre el próximo 12 de julio junto al pianista Alexander Lonquich. Lorenzo Ghielmi, fundador de la Divina Armonia y el Giardino Armonico, se sentará frente al órgano de la iglesia del Vendrell con un muy meditado repertorio de músicas sacras de Bach (15 de julio), mientras que para el día 22 de julio, como colofón del festival, se ha pensado en un programa casi absolutamente checo, pues se cuenta entre las piezas escogidas con la Sonata Kreutzer de Janácek –basada en el cuento homónimo de Tolstoi–, Dvorak y Mozart –conocida es la estimación que le profesaba a Praga, en la que tantas obras llegó a estrenar–.
Sin duda, un ameno catálogo de citas musicales que, además, viene aderezado por el agradable rumor de las olas vecinas. + info