Youssou N’Dour. Conciertos Barcelona y Madrid
Youssou N’Dour. Conciertos Barcelona y Madrid
Sala 2 Oriol Martorell. L’Auditori. Barcelona
20 de julio de 2009
Veranos de la Villa
Escenario Puerta del Ángel. Madrid
21 de julio de 2009
Barcelona
Nueva visita del “príncipe de Dakar” que tiene la buena costumbre de visitarnos por lo menos cada vez que edita nuevo Cd. Su actuación se anunciaba como la presentación de su hasta ahora último disco Rokku Mi Rokka (Nonesuch / Warner, 2007), un viaje musical donde explora sobre todo las músicas de raíz del norte de Senegal y Mauritania. Según sus propias declaraciones esa música tiene parecidos con el blues, el reggae y el soul. Aunque este disco apareció unos seis meses después de que Youssou entregara su periódica cinta de casete. En este caso fue Alsaama Day una impresionante descarga de mbalax, que por indicación del propio Youssou, apareció como bonus en Rokku Mi Rokka. Bueno, para ser fieles a la verdad diremos que contenía cinco de sus ocho cortes.
El concierto de Barcelona se había anunciado en la sala grande del Auditori, pero el poco volumen de venta de entradas les aconsejó cambiarlo a la sala 2 con menos capacidad. Y aunque no se completó el aforo, sí que hubo una buena entrada y con un porcentaje entre 30 y 40% de público africano.Antes de la estrella senegalesa, la banda local, Black Ghandi calentó el ambiente con su personal y vibrante reggae, algo que el público agradeció. No podemos decir lo mismo de un cuarteto de power pop que, por sorpresa, tocaron antes que Black Ghandi dos únicos temas que poco o nada tenían que ver con la musica de esa noche.Youssou se presentó con Le Super Etoile de Dakar, o sea su banda de casi toda la vida con nueve músicos y un bailarín, en esta ocasión todos africanos y con solo un corista y masculino. Aunque como siempre, una maquina perfecta de hacer música. A destacar esa base rítmica imparable con el fiel Assane Thiam al tama, el divertido Babacar Faye y su ayudante El Hadj Faye en el sabar y demás percusiones y Abdoulaye Lo a la batería. Y también subrayar a Moussa Sonko ese joven bailarín-acróbata imposible de imitar y que daba miedo de cómo bailaba y se movía. ¡Asombroso!
El concierto empezó de manera inmejorable con la rítmica Mame Bamba, pero es que siguió con uno de sus hits, el irresistible Baykat. Eso ya encendió los ánimos del publico (sobre todo de los africanos) que no aguantaban en sus cómodos asientos. Después un tema relajado, el C’est L’Amour, pero que llegó empalmado con un gran clásico Immigrés. Estos temas nos mostraron que Youssou sigue poseyendo una voz “tocada por la mano de Dios”. Siguió con un par de temas de ese último disco “doble”, Lett Ma y Beugue Dou Bagne y vuelta al pasado con la preciosa Li Ma Wessu, la colorista Set y otra de esas grandes canciones que nunca faltan en los conciertos, Birima. Final casi a capela con unas estrofas del Seven Seconds y su gran himno panafricano New Africa. Había pasado poco más de una hora y salvo los laterales de la sala y las partes superiores que sí que eran una sala de baile, el público de la platea seguía sentada. Pero entró la banda de nuevo esta vez liderada por el “animador” Babacar Faye y aquello ya no lo paró nadie. Descargaron dos temas más de Rokku Mi Rokka, que fueron Boul Bayékou y Sama Gàmmu y final con otro tema antiguo el esplendido Ndiadiane. En total una hora y casi tres cuartos de puro mbalax. // Miguel Amorós.
Madrid
Dentro de las categorías de conciertos existen, como en todo, muchas clasificaciones. Hay conciertos buenos, malos, los que no están mal, los que te dejan indiferente y los mágicos; esos en los que la comunicación y la retroalimentación entre artista y público es patente desde el primer tema, y en los que se crea una atmósfera de complicidad total entre el escenario y la grada. Pues bien, el paso de Youssou N´Dour por los Veranos de la Villa dejó esa sensación. Auspiciados por un gran número de compatriotas del cantante senegalés, que desde el primer tema no pararon de aplaudir, cantar y bailar, el resto del público asistente no se pudo resistir al ambiente festivo que desde el escenario se lanzaba y desde el público se devolvía. Youssou N´Dour y su extraordinaria banda: Le Super Etoile de Dakar tienen un directo muy preparado y estudiado en el que se van sucediendo pasajes y protagonismos para que no decaiga en ningún momento. Bailes, momentos percutivos de gran fuerza, canciones nuevas intercaladas con las más conocidas y hasta los temas interpretados solo con los teclados están ajustados en sus “tempos”, y engrasados de tal forma que todo conforma un ente total y no resulta una simple consecución de canciones interpretadas. En definitiva, un espectáculo de gran altura en el que Youssou n´Dour volvió a reafirmarse como una de las figuras musicales más relevantes del continente africano, por no decir la que más por lo menos a nivel mediático.Tras ver al artista senegalés en suelo europeo, donde los horarios y las normas encorsetan siempre las actuaciones, a uno le entran ganas de poder ir a verle en su tierra natal a alguno de sus conciertos/fiestas de tres y cuatro horas. Aquello debe ser…(pongan ustedes el adjetivo). // Bruno Freire León.