Xabier Díaz


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Xabier Díaz : CAT Barcelona. 23 octubre 2021.

En el libreto del disco Coplas para Icíar, de Xabier Díaz, Susana Trigo, escribe las siguientes palabras: «¿Y el patrimonio inmaterial? Tendría que haber canteros de música, artesanos delicados y cariñosos, de los que tallen canciones con fino aparato y restituyan las piezas que aún permanecen en la memoria, en la voz de hoja seca de los viejos». Eso es justamente lo que viene haciendo Xabier Díaz.

El 23 de octubre de 2021, volvía a Barcelona, y lo hacía presentando su nuevo disco, As Catedrais Silenciadas, en el CAT. La primera vez que vi a Xabier Díaz, en directo —precisamente en esta misma sala, un 5 de diciembre de 2015—, me enamoré de su proyecto, y desde entonces lo he ido siguiendo, viéndolo en diferentes espectáculos y escuchándolo y disfrutando de él, con sus grabaciones.

Este 23 de octubre, tuve la oportunidad de hablar con él antes del concierto. Una charla larga y distendida, sobre su vida musical que empezaba, lógicamente, por el origen.

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Xabier Díaz¿Cómo empezó todo?

Mi abuelo materno y sus hermanos tenían un grupo de gaitas, un pequeño cuarteto con el que iban a tocar. Mi abuelo siempre fue muy melómano, le gustaba mucho la música sudamericana, María  Dolores Pradera, Machín, Los Panchos… Yo tengo muy buen recuerdo de estar en casa escuchando siempre su música. Y fue él el que, de alguna manera, indujo a mis padres a apuntarme a unas clases para aprender a tocar la gaita. Y así fue. El me compro mí primera gaita. Yo tenía apenas 11 añitos  y a partir de ahí, empecé a tocar.

Pero esta afición va a quedar de alguna manera truncada, ¿no?

La música la interrumpió mi tardo adolescencia, y también quizás un poco la universidad, los dos primeros años. A partir de ahí ya me dediqué, prácticamente, profesionalmente a la música. En segundo año de arquitectura, un día… yo los fines de semana aprovechaba para ir con mi pequeñita grabadora por los pueblos por las aldeas a grabar a las señoras que cantaban y tocaban la pandereta, y eso me atravesó el corazón; y yo iba a la universidad y en la facultad no hacía más que  pensar en aquellas señoras y todo aquellos que para un urbanita fue realmente impactante.

¿Y cómo gestionas eso?

Un día llegué a casa y les dije a mis padres que me iba a dedicar a la música. Empecé por el camino de la docencia, dando muchas clases, sobre todo de pandeireta que es mi instrumento fundamental, digamos, y también de gaita,  y  partir de ahí ya empieza mi periplo más profesional. Pasé por varias formaciones…

Hasta que llegas a Nova Galega de Danza, ¿un momento clave para tu carrera?

Puede ser, sí, estoy de acuerdo contigo. Xacandaina y Rombadeira fueron una especie de paso por el pre amateurismo, muy necesario. Yo creo, en el que aprendí mucho, me foguee mucho, tocamos en muchos lugares, en muy malas condiciones muchas veces; y luego llegó Nova Galega de Danza, que era una compañía contemporánea de danza galega profesional, y me tiré ahí como tres o cuatro espectáculos.yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Xabier Díaz

Con Nova Galega de Danza, estás entre los años 2005 y 2009, en los espectáculos, Alento, Engado y Tradicción; y llega otro momento especial en tu trayectoria.

Se me cruzó en el camino Berrogüetto. Xose Lois Romero, Pedro Lamas, bueno, muchos y muy buenos. Para mí, Berrogüetto, fue muy importante por varias circunstancias. Primero, porque yo era fan de la banda, es decir, los seguía allá donde  iban a tocar, así que en momento que llaman a mi puerta, para mí fue una sorpresas, yo me sentí un poco abrumado porque para nosotros, Berrogüetto, fue una banda muy importante. Quizás yo creo que junto a Luar na Lubre y Milladoiro, la más importante del folk, en Galicia. Y sobre todo por su componente vanguardista. Quizás eran los más atrevidos de todos haciendo música, los que iban un poco más allá. Ahí me tiro como cinco o seis años. Recuerdo perfectamente que hice mi presentación en el teatro Rosalía de Castro en A Coruña, y allí tuve la sensación de que a partir de ahí iba a ser un músico profesional. Acabamos aquel concierto y al día siguiente nos íbamos de gira a Méjico, luego a Irlanda, luego a Italia y ya…. Yo era el cantante de la banda y aparte de cantante, sí, me pidieron que tocara la gaita.

En Berrogüetto entras sustituyendo a su cantante, Guadi Galego. Para ti alguien muy importante, no solo por el proyecto, ACadaCanto.

Estoy en constante contacto con ella, mi hermana. ACadaCanto nace de la promesa que Guadi y yo nos hicimos algún día de guardarnos un par de años para hacer un disco y hacer una gira de directos. Porque al final, cuando yo dejé Berrogüetto, bueno, esto fue antes de dejar Berrogüetto, que me di cuenta que ella ya estaba en su camino y yo estaba también en el mío y que cada año que pasara iba a ser más difícil que nos encontráramos otra vez. Y Guadi y yo, más allá de ser casi como familia, de querernos muchísimo, tenemos una empatía vocal y musical muy importante. Es algo que no sabría explicar. De hecho he cantado con muchas chicas que cantan realmente bien, extraordinariamente bien, pero nunca empaticé tanto vocalmente con ellas como con Guadi. Así que un día, en un concierto de una banda mítica que se llama Fuxan Os Ventos, en el que nosotros colaborábamos, recuerdo que en el backstage, le dije: «Guadi, tenemos que guardarnos un par de años para hacer un disco y hacer una gira y tal…» Y entonces ella me dijo: «Pues venga, ¡hagámoslo!. Y rápido nos pusimos a trabajar. Guille [Fernández], y Xose Lois [Romero], fueron compañeros con los que ya habíamos trabajado, que conocíamos. Y fueron como cuatro años maravillosos. Hicimos dos discos, un disco muy autoral, con canciones nuestras  y otro dedicado íntegramente a la obra de Rosalía de Castro, en el que hicimos seis canciones muy bonitas. Hicimos muchos conciertos, muchísimos. Llegamos incluso a ir a Argentina y Uruguay, a Zimbabue en África, fuimos a tocar [risas]. Había sido muy bonito aquello, una experiencia preciosa —nos decía con una carga evidente de nostalgia.

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Xabier DíazY llega tu primer disco como solista, con tu propio proyecto, Coplas para Icía, ¿por qué ese título?

Icíar es Cecilia, en castellano, y Santa Cecilia es la patrona de los músicos. Aún encima se daba la circunstancia de que yo había tenido una sobrina que también se llamaba Icíar. Así que me pareció muy bonito ese nombre. Este es quizás el origen o la génesis de mi relación musicalizando y arreglando música popular que yo había grabado. En esta altura lo había hecho con Pedro Lamas, un músico extraordinario, saxofonista y también con Suso Iglesias, un acordeonista que provenía del clásico pero que también tocaba realmente maravilloso. Y esa fue mi primera aproximación en solitario a la música tradicional.

Uno de los temas de este disco, Xotas Do Sul, es para mí como un precedente de lo que luego serán tus discos con las Adufeiras de Salitre.  

Nunca me habían dicho esto, pero es muy probable; no vas nada desencaminado. O quizás ahí saltó la llama de decir: «¡Ah, mira! Ese juego vocal que hacen las chicas que bien funciona». Además esa canción, Xotas do sul, quizás de ese álbum fue la canción en la que más atención puso la gente, la que más, llamó la atención. No me parece una mala reflexión. Nunca la había hecho, pero sí que lo ato, sí, sí.

Coplas para Icíar, ya traza de forma clara ese camino hacia la música tradicional que recorres desde entonces. Pero antes publicas otro disco muy diferente, Musicas de Salitre:

Eso fue, me atrevo a decir… no digo un paso en falso, porque no fue un paso en falso, pero me adentré en un mundo que me era un poco ajeno, que era la música más pop, ¿sabes?; y creo que ese disco me valió, de alguna manera para darme cuenta de que mi territorio era el otro [risas], de que me encontraba  mucho más cómodo en las voces y las gargantas de aquella mujeres que me cantaron aquellas coplas, que en ese mundo de la música pop, creo. Por eso  lo tengo un poco como disco horribilus [risas]. No, pero está bien, forma parte de mi discografía y tampoco le quiero mal.

Hay otro trabajo tuyo, Arrolos de Salitre, más que como intérprete, como co-productor, junto a Guillerme Fernández, del que si te sientes muy orgulloso:yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Xabier Díaz

Ese sí que es un disco que de alguna manera vuelve a estar muy relacionado con la música popular. Es un disco de nanas exclusivamente. Son 10 nanas, muchas de ellas, por no decir el 80 o 90 por ciento, de extracto tradicional. Cuando yo grababa a aquellas señoras ellas me cantaban, precisamente, esas nanas. Y junto con Guillerme  Fernández hicimos ese disco que funcionó muy bien. Incluso, el Gobierno de Galicia, a todas las embarazadas de aquel año que tuvieron un niño, les regaló ese disco. Como 15.000 discos, o una cosa por el estilo. Y luego, la propia producción comercial tuvo mucho éxito. Se sigue vendiendo mucho ese disco.  Son pequeñitas joyas de dos minutitos, muy sencillitas. Nuestra intención, también con ese disco, que luego se plasmó en algunos talleres que hicimos y tal, era realmente enseñarles esas nanas tradicionales a los papás y las mamás, para que las pusieran en práctica. Yo siempre les decía: «En vez de poner esas lucecitas que les ponéis ahí para que se duerman, cántenles ustedes una nana». Y fue una experiencia preciosa, la verdad.

Es como el preludio de tu proyecto actual, que empieza sobre el 2015:

Extingue Berrogüetto, no me acuerdo, en el 13 o el 14, y después de la gira de despedida con Berrugüetto, me pongo a hacer gira de directos con Kepa Junquera, con el trikitixari vasco, con el que hicimos muchísimos conciertos por toda España; y con Xose Manuel Budiño, que es un gaitero también gallego. Y a partir de ahí, pues aproximadamente en el 15 o 16, en mi cabeza ya empieza a madurar lo que es hoy este proyecto.

Tu primera grabación de esta etapa es el disco The Tambourine man. Te vuelvo a preguntar, ¿por qué ese nombre?  

Porque, por una parte era ese título del hombre de la pandereta, una canción maravillosa de Bob Dylan, y después había algo que a mí me preocupaba, y era que yo no quería ponerle al disco un nombre, siendo música popular y siendo música tocada con pandereta, excesivamente folclorizante o, ¿cómo diría yo?, no quería hacer una referencia muy directa, si no que quería implicitar en el propio título, que algo de modernidad o algo de… Y creo que también fue un acierto el nombre ese. A partir de ahí, me empezaron a llamar, el hombre de la pandereta [risas].

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Xabier DíazUna parte importante de tu proyecto la protagonizan las Adufeiras de Salitre, ¿cómo nace esa unión musical?

Fue un proceso casi diría de ir destilando la idea. Estas chicas venían a clase conmigo, a talleres de percusión, y yo estaba empezando a montar el álbum con dos músicos, con un zanfonista y un acordeonista. Pero cuando hacía los ensayos con las chicas y las veía a todas cantando y tocando los panderos, decía: « ¡Guau! Esto tiene un poderío y un impacto y una pegada y una energía telúrica, atávica, étnica».  Me pareció que se podían convertir, en un principio, en colaboradoras de alguno de los temas. Pero cuando pusimos el combo en funcionamiento, y empezamos a trabajar, me di cuenta que aquel debía ser el argumento del propio trabajo. Y así fue, así fue. Empezamos a grabar los temas y al principio iban a colaborar en tres tema y tocaron en todos los temas; casi todos tradicionales. Digamos que mi trayectoria con las Adufeiras va de temas más tradicionales a temas más autorales, poco a poco. Fue como una transición bastante lógica en este sentido.

La repercusión de este primer trabajo fue enorme, lo que te lleva a preparar tu segundo disco, Noró:

Después del primer disco, se cruzo en nuestro camino un par de Womex, y en esos Womex, nosotros tocamos en Santiago. Hicimos un off festival, en un teatro en Santiago —muy tarde, además, un día muy tarde—, y conseguimos congregar allí a muchos promotores, y gente de toda Europa, y aquello fue una especie de gran impulso. A partir de ahí hicimos giras en Bélgica, en Suecia, en Dinamarca… en Alemania una gira muy intensa, también. Visitamos hasta Argel, Francia, Escocia, Inglaterra. Bueno, muchísimos países. Y eso sirvió de alguna manera para posicionarnos en lo que es la Word Music europea, ¿sabes? E inmediatamente, con ese impulso y también con la sorpresa que nos acompañó en Galicia… Nosotros no sabíamos que iba a pasar con ese disco. Empezamos a tocar en sitios que no nos eran propios, que funcionaron muy bien. Salas en las que normalmente se programaba rock and roll y nosotros metíamos mil personas de repente, cantando estas canciones populares.

Entonces sí que llega Noró:yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Xabier Díaz

Nos pusimos pronto a trabajar en la producción del segundo disco, que es Noró. Noró significa Nurta, norte. Yo creo que Noró, de alguna manera, es la exploración y la confirmación de aquel formato que yo descubrí en The Tambourine man. En Noró, de alguna manera, ya sabíamos las herramientas con las que contábamos y lo que se podía hacer. Y en ese sentido fue muy divertido, porque fue un trabajo de producción muy consciente de las posibilidades que tenía el combo, el formato, la ensamble. Y bueno, continuamos gira. Noró funcionó realmente bien, también, y llegamos al último.

Pero antes te quería comentar que el otro día, escuchando tus trabajos, pensaba que tu primer disco, The Tamburine Man, era, puede, más espontaneo que los otros dos, Noró y As Catedrais Silenciadas, que son como más cerebrales.

Estoy totalmente de acuerdo contigo, sí. Y hoy cuando los escucho, me doy cuenta de que hay un brillo primigenio, y un brillo inocente en ese primer disco que es muy difícil de igualar, ¿sabes? Y estoy de acuerdo contigo, el segundo es más cerebral. Creo que el segundo está mejor producido, que suena mejor, etcétera, pero aquel primero tenía, cosas del músico curioso que va descubriendo cositas, y tiene ese brillo esa llama primera de amor y es difícil de volver a repetir.

Háblame ahora de ese tercer trabajo, As Catedrais Silenciadas:

Creo que es el más autoral de los tres. Creo que es el disco en el que yo he sido más intervencionista, en el que he participado yo de una manera, repito, autoral. Y un disco a efectos de producción muy cuidado, hecho con muchísimo mimo. Estos tres trabajos me han llevado muchísimo, muchísimo esfuerzo, más que ningún otro disco de mi carrera, porque es un combo muy grande en el que pensar el papel de cada uno de los elementos es realmente difícil. En ese sentido estoy muy orgulloso de los tres y creo que son, los tres, esa trilogía, el mejor retrato de esta última década mía, ¿sabes? Creo que hacen justicia, de alguna manera, a lo que yo soy hoy como músico. Y bueno, lo que hay dentro, mejor es que lo escuchéis, sin lugar a dudas.

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Xabier DíazTrilogía, como has dicho, ¿significa el final de una etapa?

No soy capaz de responder. Ahora, últimamente, me preguntan por eso. Si ahora vendrá un… Mi chica me pregunta todos los días eso. Me dice: «¿Y ahora?» No sé. No sé si hay un precipicio muy grande, si hay una entrega más…. No lo sé. Pero no tengo miedo, en el sentido de que a lo mejor llegamos hasta aquí y necesito hacer otra cosa, o hay una entrega más, no lo sé. Creo que en algún momento tendrá que acabar este formato para hacer otra cosa, pero no sé si es el momento.

Un formato, que yo personalmente no veo agotado, ni mucho menos.

Estoy de acuerdo contigo. Yo el formato tampoco lo veo agotado, y precisamente por eso, por una parte no verlo agotado y por otra parte ver que cada vez que vamos a tocar, aparte de que la respuesta es muy buena, ¡Jo!, se agotan las entradas en muchísimos sitios, tenemos una legión de seguidores muy grande… Y no sé lo que van a hacer conmigo. No sé si es que lo paro ya todo, no lo sé.

Para acabar, ¿por qué crees que la música tradicional gallega aún sigue siendo allí, en tu país, tan viva?  

Lo que pasa es que nosotros llegamos a estar en contacto con las últimas generaciones que atesoraban ese material y esa memoria colectiva. Las vimos en directo, recogimos ese legado y lo pusimos en práctica vestidos con pantalones Levis y tenis. Contemporáneos. Así que lo hemos traído acá y forma parte de nuestra vida. Es decir, es como si esos eslabones de la cadena de la tradición oral  no se han roto, y eso es maravilloso y yo me congratulo y me siento muy orgulloso en ese sentido.

El concierto.yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Xabier Díaz

Nos despedíamos de Xabier Díaz para poder él ofrecer su concierto y nosotros poder escucharlo. Una sala repleta; 18 temas; dos jóvenes de una asociación gallega de Cornellà de Llobregat, que vinieron para cantar un tema junto a ellos; una invitada especial, la bailarina María Jiménez que fusionaba, de una forma original, los bailes tradicionales gallegos con la danza contemporánea; Gutier Álvarez, con la zanfona, y Pedro Pascual, con el acordeón; las siete Adufeiras de Salitre que le acompañaban; y el propio Xabier Díaz, al frente de todos ellos.

El público estaba rendido de antemano, y su actuación —que le costó poder concluir, porque nadie quería dejar de oírle—,  no hizo más que confirmar la justificación de ese fervor que sus seguidores sienten por su música. Ya nos decía Xabier Díaz, en la entrevista, que no sabía si dar por finalizado este proyecto debido a la acogida del público cuando lo presenta. Seguro que esa noche, en el CAT, el éxito de la velada, no hizo más que acrecentar sus dudas. +Info | Relacionado |Texto y Fotos:  Federico Francesch | DESAFINADO RADIO | Escucha el programa de radio 1 | Escucha el programa de radio 2 | Escucha el programa de radio 3

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