Uxía
Uxía
”Eterno navegar”
Harmonia Mundi / World Village, 2008
Ocho años después de su quinto álbum, Uxía vuelve a recuperar protagonismo, aunque quizás nunca lo haya perdido, después de haberse echo un hueco en el panorama musical nacional y, me atrevo a decir, internacional. Calicativo que se amplía con este último trabajo. Con Eterno navegar, Uxía nos aporta un álbum completo y “redondo”, que seducirá a sus fieles seguidores y acogerá a otros nuevos. La gallega de espíritu luso-atlántico, con su estilo intimista y acogedor, logra dar vida a trece temas que respiran y se mueven como auténticos organismos vivos, cada uno en su medio, y con su propio ritmo interior. No por ello, estas canciones se convierten en elementos independientes, bien al contrario, crean un ente colectivo de una misma identidad, pero con reminiscencias de procedencias variadas. Uxía ha conseguido unir diferentes sonidos, estilos y composiciones que tienen en común el portugués, el gallego y una perspectiva que se despliega por Portugal y por el Atlántico hasta las Azores, Cabo Verde, la misma África y las costas de la América del Sur. Fado, morna y sonidos africanos constituyen las esencias que conforman esta continuidad que mana globalidad.
Arropada por buenos músicos, con colaboraciones cariñosas como las de Sara Tavares, Tito Paris, Zeca Madeiros o Julio Pereira, Uxía convence con plenitud, y cada pieza aporta algún elemento que le da vida propia y la hacen adherir a nuestra piel auditiva. Además, casi todas las letras y composiciones, propias, tradicionales o adaptadas, están confeccionadas a dúo entre la artista y Paulo Borges, que también toca una larga lista de instrumentos.
Otra colaboración es la del fotógrafo Quim Farinha, que aporta la guinda al álbum con una excelente muestra de imágenes y composiciones fotográficas para ilustrar título y letras de cada uno de los temas.
De entre la buena oferta de canciones, hay algunas que destacan. Berenguela es una rítmica, y casi improvisada, canción que cruza cultura y tradiciones. Jazz y ritmos variados salpimientan buena parte de los cortes y Morna sentida, con Tito Paris, se convierte en un pequeño diamante. Danza ritual subraya su pegadiza melodía para insistir en el mestizaje musical y vital, y cierra el disco As nosas cores, una segunda versión del primer tema que abre el disco y que está dedicado a las mujeres resistentes que miran al sol para salir adelante. Quizás este cierre, clausurando el círculo sea una metáfora de la redondez de la propuesta, de este bello álbum de fotos musicales que Uxía nos ha regalado // Antonio Álvarez