Territorios África
Territorios África
Parque del Alamillo. Sevilla
22 de mayo de 2009
Territorios Sevilla 2009 abrió sus puertas este pasado viernes 22 de mayo con Territorios África, un macro concierto dedicado al continente africano con algunas de las mejores propuestas actuales y que se saldó con gran éxito de público y artístico.
En esta ocasión este festival que nació hace doce años con la premisa de “ser un escaparate privilegiado de las músicas del mundo actuales”, puso su intensa mirada en África. Para celebrar que el 25 de mayo se conmemora en todo el mundo la instauración de la Organización de la Unidad Africana (OUA) (posteriormente la Unión Africana (UA)), los organizadores de este amplio evento dedicaron el primer día de su Festival a ese magno y rico continente. Y la verdad es consiguieron ser el festival que más artistas africanos ha reunido de toda España en un solo día. Catorce grupos o solistas diferentes que mezclaban propuestas emergentes junto a grandes valores. El lugar elegido fue el Parque del Alamillo situado al norte de la Isla de la Cartuja de Sevilla que acogió cómodamente a las más de 6000 mil personas que llegaron para disfrutar de esa bonita noche. El festival empezó con el sol aún brillando y aunque unas nubes grises a lo lejos aparecieron amenazantes, solo fueron una falsa alarma. Los encargados de abrir la celebración fueron Contraband, una banda nacida de la unión musical de Marco Aguilar junto al artista angoleño Carlos Carvalho y que acaban de grabar su primer disco Contradiçao. Carlos aporta las letras e ideas musicales y Marco produce y pone música a esas ideas. Quizá el empezar tan pronto, o que el público aún se sentía mejor estirado por el césped, o que su propuesta es más cercana al pop rock, pero no acabaron de conectar con la audiencia. Eso no le pasó al siguiente en aparecer, Simao Félix. Él procede de Guinea Bissau, pero se estableció hace unos años en Cataluña y últimamente también en Sevilla. Es compositor, cantante y guitarrista y posee un estilo propio y calido que lo mismo bebe de la tradición africana que del funk, el jazz o el flamenco. Esa melódica mezcla consiguió aunar una buena cantidad de público que atendió a sus brillantes canciones. Y dejadme que haga un inciso sobre el tema de los horarios, pero Contraband ya empezó con una media hora de retraso y eso se fue acumulando y alargando durante toda la noche. Además en principio estaba previsto que las actuaciones fueran simultaneas, pero dada la poca distancia que había entre los dos escenarios habilitados, se decidió que no se solaparan, lo cual hizo que
el festival se dilatara mucho más. De esta manera lo que estaba previsto que acabara sobre las 3:30 se estiró hasta más allá de las 7:00. Pero aparte de algunas malas caras en los artistas por ello, el público pudo así disfrutar de cada una de las propuestas enteramente. Así que volviendo al festival, después de Simao le llegó el turno a Justin Tchatchoua. Él es el “famoso” Africano en la Gran Vía que cantaba Santiago Auserón y junto a su numerosa banda dio un concierto intenso y colorista. Su afro pop conectó con el nutrido público que ya empezaba a aumentar considerablemente. Pero la primera sorpresa agradable vino de Kenya. Suzanna Owiyo acompañada solamente por un guitarra, dos percusionistas y un interprete de orutu, ese violín de una sola cuerda, iluminó con su música los primeros albores de la noche. Sus canciones acústicas son una mezcla de música tradicional y contemporánea y su agradable y vibrante voz tiene una fuerza hipnótica. Ella también toca el nyatiti, instrumento de ocho cuerdas de la familia de las liras y típica del benga, una de las músicas populares de Kenya. Habrá que estar atentos a Suzanna porque es otro de los talentos africanos a descubrir. Tras ella fue Ibrahima Loucard, mejor conocido
como Carlou D, quien tomó el otro escenario. Es uno de los nombres que suenan con insistencia en Senegal y el propio Youssou N’Dour le avala. Su pasado está ligado a los hiphoperos de Positive Black Soul, sin embargo lo suyo tiene poco que ver con el rap. Más bien con el jazz y el soul pero sin perder sus raíces. Aunque la diversidad de su propuesta acabó por dispersar la atención del público. Los que sí conectaron fueron los jóvenes de Smod, su hip hop folk como dice Manu Chao, suena fresco, imaginativo y con un ritmo contagioso. Si pensamos que el propio Manu ha producido el que será su tercer disco, auguro que su popularidad subirá como la espuma, igual que lo hizo cuando produjo el disco de los padres de Sam (uno de los tres Smod) Amadou&Mariam. Además tienen una soltura en directo que unido a esa nueva imagen con sombreros a lo Keziah Jones, les da un atractivo especial. Personalmente, de todos los grupos emergentes, fueron los que más me llegaron. Y no solo a mi. Aunque tras ellos Bassekou Kouyate y su cuarteto Ngoni Ba electrificaron el lugar. Ese brujo del ngoni (pequeño instrumento de cuerda que él mismo define como “el banjo africano” y que es fundamental en la cultura griot) empezó de forma suave, pero poco a poco fue subiendo en intensidad y acabaron arrollando literalmente. Bassekou tiene un ilustre pasado junto al gran Ali Farka Toure o a Toumani Diabate y su firma la podemos encon
trar también en aquel mítico Songhai de Ketama, pero es que su futuro puede ser aún más brillante. Su banda no solo es su cuarteto de ngoni, también hay dos percusionistas y Amy Sacko con su esplendida voz. Además trabajan con tal complicidad en directo y con tal dominio del instrumento, que su música se convierte en algo irresistible y completamente excitante. Así que después de tal descarga, el cuerpo se nos quedó preparado para que la también maliense Rokia Taoré nos meciera con sus preciosas canciones. Pero aunque su último disco Tchamantché (Tama / Universal, 2008) está repleto de íntimas y suaves composiciones, en directo les da una revisión junto a su banda que aumentan su groove un 200% por lo menos. Así que poco pudimos descansar con ella, más bien al contrario y aunque su música es muy rítmica, sigue siendo deliciosa. Rokia además de poseer una voz preciosa tiene tal magnetismo, que cuesta no caer rendido a sus pies. Y para salir de su hechizo llegó Tony Allen. Que difícil ser batería, líder de tu propia banda y a la vez tocar con tanta soltura y sencillez como lo hace este maestro de maestr
os. Hace tiempo que a Allen ya no le preocupa el pasado, le da igual haber sido co-inventor del afrobeat o que se lo rifen los modernos del pop inglés, él solo quiere seguir trabajando su personal visión de ese rítmico y combativo estilo y disfrutar de cada concierto. Y eso es lo que hay que hacer, dejarse llevar y gozarlo. Está a punto de editar nuevo disco pero apenas tocó temas de él. El que sí sonó fue el rítmico Kindness que tiene esa acertada frase que dice: “Don’t take my kindness for weakness” (algo así como “no tomes mi amabilidad como debilidad”) y que define perfectamente a ese hombre tranquilo que es Tony Allen. Y quien mejor para seguir su vibrante actuación que su “sobrino musical” Seun Kuti. “El hijo de un tigre sigue siendo un tigre”, decían cuando el otro hijo de Fela Kuti, Femi, empezaba su carrera, pero es que Seun también en otro tigre y quizá aún con más parecido a su padre. Desde luego que musicalmente sigue absolutamente su legado, aunque le de algún toque de modernidad a su propuesta, pero hasta se acompaña de la última banda que estuvo con su padre. Y es que Egypt 80 suenan mejor, si eso se puede decir, que cuando tocaban con Fela. Seun solo tiene un disco editado, pero le basta con esas canciones para construir en directo una autentica bomba rítmica. Su afrobeat suena impecable y vigoroso y sus movimientos encima de las tablas, hacen soñar con lo que haría su padre si viviera aún. Para mi fue sin duda el punto álgido de esa explosiva noche africana. Y aún quedaban Tiken
Jah Fakoly y Daara J Family, dos propuestas diferentes en estilo pero curiosamente afines. El reggae africano y combativo del marfileño tiene una puesta en escena similar a la del hip hop africano de los senegaleses y la energía que consiguen es muy parecida. Ambos son capaces de levantar el animo a cualquier público y lo consiguieron a pesar de que llevábamos 10 horas interrumpidas de música. Gran aplauso para ellos por su profesionalidad. Para acabar de rematar la faena los Dj’s Dudu y Floro se marcaron un efectivo cuatro manos que acabó con sus dinámicos beats africanos sonando ya con la luz del día. Y os recuerdo que esta histórica jornada se pudo ver por solo 5€ que además se dedicaron a apoyar la fundación contra la malaria que lidera el senegalés Youssou N’Dour, padrino del festival. Felicidades a Territorios por hacer historia. // Texto: Miguel Amorós. Fotos: Eduardo G. Magaña