Cargolé / Elèctric Bar
Cargolé
Elèctric Bar, Barcelona, 17 de febrero de 2011
De Argentina a Cádiz, pasando por Cuba, Cargolé ha ido recogiendo, a lo largo de sus primeros años de camino, buceando en la biografía de sus miembros, las raíces y las virtudes que les une a ese flamenco desgastado y lleno de duende que sólo se produce en los telones negros, en las velas de la costa andaluza al amanecer, en el secreto de tablaos disfrazados de incógnito a los que sólo puede acceder el que esté preparado para escuchar. La voz de Laura que nos cuenta cosas que pasan en la Madrugá, el Caracolita, un portento que camina por la arena que han depositado en el escenario el bajista (Di Finizio) y un percusionista que saca ritmos hasta de las semillas (Nando Heredia), los lamentos, los dimes y diretes de un violín que se te clavan en los sentidos (Emiliano), el embrujo de Iza que parece guardar varios corazones dentro. Lo suyo no es cuestión de calidad o de oficio, de su buen rollo o de su proyección (la sensación de que siempre se están guardando algo que puede ser aún mejor) sino de una voluntad de buscar la pureza, de sorprendernos con esa capacidad innata de ser honestos y respetuosos con su arte, de querer aprender de sus errores. Hasta tal punto que hicieron esa noche algo muy necesario: introducir un tiempo de descanso.www.myspace.com/cargole | Relacionados| Daniel Jándula (Revista Ritmos del Mundo)