Senegal 70 / African pearls

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"Senegal 70 – African Pearls"
Syllart productions / Karonte, 2008

Senegal es una de las grandes potencias musicales de Africa desde tiempos inmemoriales. La existencia de los griots o trovadores que narraban la historia de sus reyes y sus gestas en forma de canciones, algo habitual en un continente en el que la tradición oral sustituía a la escrita, contribuyó en buena parte a fomentar ese espíritu melómano que persiste hasta nuestros días. Así mismo el variado abanico de etnias (wolof, serer, diola, peul, mankagne, mandjack, manding…) propulsaba las ramificaciones de estilos e instrumentos propios de cada grupo racial. El sello guineano creado por Ibrahima Sylla, mítico gestor de la realidad musical del oeste africano en las últimas cuatro décadas, prosigue en su faceta de descubridor de auténticas delicatessen para los oídos a través de la serie African Pearls. De hecho ya dedicó un doble volumen titulado The teranga spirit, donde daba buceaba como un Indiana Jones en esas arcas perdidas de la incipiente industria musical senegalesa. Durante la década de 1970 Senegal no escapó al influjo de las orquestas de metales formadas tras la independencia de los distintos estados de la órbita occidental africana. Forjadoras de una realidad local y con un claro propósito de contribuir a la emancipación de la naciente república se articularon en torno a la Orchestra Baobab, Star Number One o la vecina Ifang Bondi de Gambia. Aquí se nos descubren números uno como Nijaay, la afro salsera Gossando, o Boubou N´gary (popularizada en la actualidad gracias a una renovada versión de Viviane N´Dour, la cuñada del inconmensurable Príncipe de Dakar) con el inconfundible sabor añejo y una precaria producción que no desmerece en absoluto su calidad. Pero esos barruntos de pachanga y verbena sabeliana adquieren en este doble volumen otra dimensión gracias a la influencia del rock europeo y norteamericano, difundido principalmente a través de las ondas hertzianas. Así Xalam, una banda abducida tanto por James Brown como por Jimi Hendrix, sorprendieron a Mick Jagger y se convirtieron por arte y gracia en teloneros de los Rolling Stones con su espectacular manejo del funk, el rock y el jazz. Super Diamono, con un claro dominio de los secretos del jazz, ejercieron de escuela de músicos por la que se pasearon reputados cantantes como Moussa N´gom o Ismael Lô, o su último y más sonado líder, el imprescindible Omar Pene. No faltan aquí tampoco valores menos conocidos para el público foráneo, como el recomendable y carismático Ouza, que con su coro femenino de las Ouzettes tuvo su momento de gloria en los 1980 y saltó a la palestra de nuevo hace pocos años, Watto Siita, reconvertido a congresista por el Partido Verde de Senegal, o los gambianos N´Guewel, no hay que olvidar que los dos países han tenido estrechos lazos y que durante casi una década existió la Senegambia, una confederación que promovía la cooperación entre ambos países. Senegal 70 abre el baúl de los recuerdos y rescata esas joyas que pulían seminales casas discográficas como Touba K-7. Un ágape realmente exquisito para paladares inquietos con salacot. // Miguel Angel Sánchez Gárate