Sami Yusuf
Sami Yusuf
“The Centre”, Andante Records, 2014
Ya en su inicio, The Centre (Andante Records, 2014) hace torcer el morro, pues la melismática voz de Sami Yusuf nos introduce en una de esas baladitas estilo Paco Alborán aunque con el añadido de leves elementos exóticos como los que apañaría Peter Gabriel de estar arrellanado en las labores de producción. Sin embargo, en la propuesta que ahora nos ocupa queda lejos toda tentativa de riesgo, como sería de esperar en cualquier trabajo del ex–Génesis, por mediocre que fuera el resultado. Y claro, Sami Yusuf, que no es (ni lo pretende ser) Peter Gabriel es muy consciente de que todo conato de experimentalismo debe ser aquí desterrado por completo y de antemano, pues su objetivo no apunta precisamente hacia quien explora la red en pos de lo que en otros continentes se cuece, sino al que consume rápido y fugazmente cualquier fast-food musical de última hornada. The Centre trata de seducir a un público poco avezado en las lides de la world-music, género ecléctico donde los haya. El target del artista en cuestión se mueve más bien entre los que tan sólo han conocido algún tímido acercamiento putativo a otros lenguajes no anglosajones que no obstante pudieran haber sido absorbidos por el mainstream system, como otrora explotaron grandes pelotazos como Sacred Spirit, Adiemus, Enigma, Deep Forest y demás inventos de radio-fórmula en aquella lejana época anterior a yutúbes y espotifáis.
The Centre ofrece más de lo mismo pero con beatífica imagen y algún instrumento “raro” –laúd, sitar, tabla, címbalo, ney, percusión árabe y coros épicos y sintetizados (de los que tanto abusara Enya antaño)–, interpretando melodías amables y ñoñas que inspiren livianas coreografías para que los adolescentes hagan postureo frente al espejo. Temas como Go o Prism son claros ejemplos de esa intención, pastelones no aptos para diabéticos más próximos al pop anglosajón de nuevo cuño que al pretendido orientalismo que se presupone al leer las loas místicas en la carpetilla interior. La moda actual por distorsionar tibiamente las voces con filtros de vocoder pasa aquí también factura, según los gustos homogéneos del gran mercado (blanco y rico, preferentemente) y, de paso, despersonalizándose y perdiendo la singularidad que se le presume a priori.
The Centre no disimula para nada su principal motivación lucrativa al editar sus letras (escritas por Will Knox) en inglés, aunque de vez en cuando se incluya alguna canción popular azerí (Sari Gelin) y antiguos versos sufí (Lament). Pese a todo, a partir del ecuador, el tono del disco da un inesperado giro hacia una especie de tradicionalismo naïf, ya sea sorprendiendo tímidamente con un raga-blues (Circle) o una buena muestra folk de ritmos hindúes (Jaaneh Jaanaan). Pero la alegría se esfuma rápido, pues todo vuelve pronto al cauce de la estética etnosoft. Ni siquiera el bonus-track –una revisión de Khorasan en su toma idiomática original– consigue disculpar tanto servilismo para el oyente medio, acabando al final por sonar como una nana o una anodina procesión de corpus. Este epílogo aún redunda más en la sensación generalizada de sopor acomodaticio que impregna todo el trabajo sin remisión.
Eso sí, The Centre, de Sami Yusuf, no es mejor ni peor que otros productos new age que ocasionalmente se cuelan de puntillas entre la world music desde la última fila, con la incierta esperanza de escalar posiciones por la vía fácil. Con el respaldo de alguna multinacional sin duda lo conseguirá, aunque sus fans no le exijan demasiado a cambio. Bueno, salvo lucir guapo en fotos promocionales, videos y portada. Total, de flores de mayo ya está el mundo lleno. +Info | Relacionados | Iván Sánchez-Moreno