Robert Fripp Soundscapes & The League of Crafty Guitarists

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Robert Fripp Soundscapes & The League of Crafty GuitaristsRobert Fripp Soundscapes & The League of Crafty Guitarists
Barcelona, Palau de la Música
19 de abril de 2007
Hace tiempo ya que las etiquetas de los festivales cada vez tienen menos que ver con su idea original. Muchas veces hemos podido comprobar cómo se camuflaban artistas que bien poco cuadraban con la filosofía del evento, sin saber si esto es bueno o no. El caso es que este concierto en concreto sí encajaba perfectamente con la definición del festival que lo acogía. No en vano hubo once guitarras en escena. El concierto estaba anunciado como Robert Fripp Soundscapes & The League of Crafty Guitarists. O sea, el líder de King Crimson con sus paisajes sonoros junto a diez de los mejores guitarristas de su escuela. Esto presumía la certeza de que íbamos a ver un concierto impecable y con una ejecución perfecta, pero con Fripp nunca se sabe qué puede ocurrir. De entrada, la visión fue curiosa. Salió Fripp a escena y se situó en la parte izquierda del escenario, casi escondido detrás de un enorme rack de sonido. A la derecha, diez sillas situadas en semicírculo. Se notaba que la mayoría de público era incondicional de este guitarrista sin par porque la ovación fue importante. El genio empezó con A blessing of tears, de uno de sus discos de la serie Soundscapes, con ese sonido etéreo pero a la vez reconocible. Al poco, y tras dar un paseo solemne por el patio de butacas, la decena de guitarristas tomó su lugar. A partir de entonces casi todo el protagonismo pasó a estos alumnos aventajados. A pesar de la frialdad reinante, ya que no hubo ni una sola palabra de intercambio, la música hablaba por sí sola. Los diálogos entre los guitarristas eran constantes y pasaban por todos los estados posibles. Desde un delicado pasaje hasta un panorama mucho más ruidoso, pero siempre con el sello de Fripp reinando sobre ellos. A veces uno de los guitarristas comenzaba una secuencia de acordes al que poco a poco se iban acoplando el resto, formando así una telaraña de sonido impresionante. Aunque quizá lo más espectacular eran esas circulaciones en las que cada uno de los guitarristas, ¡improvisando!, hacía sonar unos acordes que pasaban al siguiente y así sucesivamente. Fripp los miraba incisivo y, de vez en cuando, añadía algo de su cosecha. Fueron en total unos veinte temas, que incluyeron Thrak y Vrooom del repertorio crimsoniano. Al final del concierto alguien comentaba que había acabado antes de tiempo y que aún le quedaban dos temas más, pero que un fan le había hecho una foto y se había enfadado. Y es que Fripp había prohibido expresamente cualquier foto. Es lo que tienen los genios: genio. // Miguel Amorós