Reggae Tilt

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Perpiñán (Francia), El Médiator
2 de febrero de 2007

Dos años después de mi última visita, volví a tan coqueta sala de conciertos para disfrutar de la quinta edición del festival Tilt, un evento que se desarrolla durante un fin de semana y que tiene como eje programático la influencia de las nuevas tecnologías en la creatividad artística. El programa constaba de un espectáculo de danza contemporánea, una velada électro y un concurso de creación de remezclas y video-clips, más la noche dedicada al reggae. ¿Sorprendidos? No deberíamos estarlo tanto, pues la música de raíz jamaicana se ha caracterizado siempre por la aplicación en sus grabaciones de los medios disponibles en el estudio. No en vano, y por citar algo, la figura del productor ha sido, desde el principio, tan importante como la de los músicos en el reggae, con nombres de leyenda como Clement ‘Sir Coxsone’ Dodd o Duke Reid. Así que los amigos de El Médiator no están nada desencaminados. La noche empezó a ritmo tranquilo, con las melodías y las voces de inspiración sesentera de la banda parisina Fundé. Su set, lleno de evocaciones roots (en la música y en el aspecto de sus ocho componentes), tuvo momentos de intensidad, aunque al final resultó algo previsible. El siguiente en saltar a la cancha fue Omar Perry, hijo del mítico Lee ‘Scratch’ Perry, que anda abriéndose hueco en la escena jamaicana. Vestido de camuflaje (nunca acabaré de entender a estos artistas que cantan a la paz con ropa militar), mantuvo al público en tensión con su sonido contundente y un toasting vocal bien armado. Aunque, curiosamente, uno de los mejores y más celebrados momentos de su concierto fue cuando, al mirar atrás, se marcó un bonito tema de ska jazz. El indiscutible cabeza de cartel era Jah Mason y demostró, sobradamente, los motivos de tal consideración: dominio escénico y continuos cambios de ritmo para interpretar ese ragga versátil, fluido y visceral que le ha convertido en uno de los mejores sing-jays del momento. Sin duda, todo lo que aprendió en su dura etapa en el underground jamaicano ha caído en el mejor saco posible y sobre el escenario le ayudó a descargar toda la energía de la que dispone, la energía que nos hizo disfrutar de un concierto excelente y nos levantó los ánimos de aquella noche de febrero. // Jordi Urpi