Pedro Guerra
Pedro Guerra
Festival de Guitarra de Barcelona
Palau de la Música de Barcelona
16 de mayo de 2008
Pocas cosas parecían haber cambiado desde la primera vez que Pedro Guerra pisó el Palau de la Música hace ya más de diez años. El cantante canario hace tiempo que perdió su larga melena, y sus comentarios entre canciones se centran ahora ampliamente en la paternidad. Pero más allá de estos detalles que nos recuerdan que el tiempo pasa para todos, la esencia del concierto del Palau seguía siendo la misma que hace una década. La sala estaba llena de un público fiel y entregado, el escenario compartido por cuatro músicos excelentes que llenaron a la perfección las melodías íntimas de Guerra. Para más paralelismos con el pasado, el concierto formaba parte de la gira de presentación de Vidas, el nuevo trabajo de Pedro Guerra después de cuatro años de silencio, y que ha sido comparado por la crítica con el primer trabajo del cantautor (Golosinas, 1995) por el carácter intimista y personal de las canciones.
La noche se llenó de las melodías que definen a Pedro Guerra desde los inicios de su carrera. Canciones sencillas, con carácter puramente intimistas unas, buscando un tímido movimiento de caderas en otras. Todas ellas pensadas para ser escuchadas, y entendidas. Sin duda las letras son una pieza indispensable de las composiciones de Guerra. Como buen cantautor, sus canciones hablan sin tapujos de la realidad que nos rodea, así como de su universo personal y los sentimientos que le acompañan en los distintos momentos. De hecho, son esas las canciones que más emocionaron al público, entre el que no faltaron las lagrimas ni las sonrisas.
Pero la música no quedó en segundo plano. La guitarra de Pedro Guerra estuvo bien acompañada por Marcelo Fuentes al bajo, Vicente Climent a la batería y Luis Fernández al piano. Los cuatro sonaron perfectamente conjuntados, permitiendo el predominio de las letras a la vez que ofreciendo unos fantásticos acompañamientos que acercaban las melodías al mundo del jazz.
La respuesta del público fue unánime. Guerra ha conseguido crear un conjunto de seguidores fieles, que conocen al dedillo sus temas. Si bien las melodías más coreadas fueron aquéllas que situaron al cantautor en el circuito musical nacional, con éxitos como Contamíname, El marido de la peluquera o Pasa, las composiciones recientes también contaban con público con la lección aprendida. Al final, todo el Palau de pie, y con tal energía que los últimos bises sonaron después de haber encendido ya las luces y de que parte del público se hubiese marchado. Una gozada.// Rita Villà Taberner