Oumou Sangare

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Oumou SangareOumou Sangare
"Seya"
World Circuit / Nuevos Medios, 2009

Oumou Sangare sigue vivita y coleando, pese a su largo silencio editorial desde aquel álbum homónimo de 2004. Si bien es cierto que en el año 2002 había publicado la cassette local Mussowla Diala, con motivo de la celebración de la Copa de Fútbol Africana. Oumou ha pasado los últimos cinco años entregada a su hijo y a negocios varios, como su hotel en Bamako y a la creación de una línea de vehículos 4×4 que llevan su nombre. Así que se esperaba como agua de mayo una nueva entrega de la gran diva del Wassoulou. Seya se puede traducir como alegría, un júbilo que se manifiesta ya en la primera pieza del lote, la jovial y optimista Soumsoumba. Una canción repleta de energía donde resuenan la flauta peul y el n´goni (laúd africano), y en la que se narra como una niña es forzada a casarse en contra de su voluntad. Efusividad y marcha que se repite en canciones como Wele wele wintou o la que da título al disco. La bajada de revoluciones y el reposo crepuscular envuelve temas como Sukunyali, Mogo Kele, Iyo Djeli (con unos violines que empapan todo de cierto aire oriental), Senkele te sira, Djigui, o Donso. En esta última habla de los cazadores de su región y también honra al recuerdo de su padre, muerto en accidente de tráfico en 2005. Seya es un álbum que suena 100% tradicional, sin programaciones ni saturación de arreglos, a pesar de las numerosas colaboraciones que podrían invitar a pensar en una super-producción para el mercado occidental. Por aquí se pasean, entre muchos otros, Cheick Tidiane Seck, multi-isntrumentista y productor del álbum; Tony Allen, quién fuera batería de Fela Kuti; el flautista Magic Malick; o William Calhoun, batería de Living Colour. Seya es la banda sonora más auténtica para cerrar los ojos e imaginarse entre la arena y los baobabs. La diva mali sigue en plena forma y entregada a la más noble de sus dedicaciones, la música. // Miguel Angel Sánchez Gárate