NewCat Ensemble
Tradicionarius
L’ Auditori, Barcelona, 23 de enero de 2016
Después de su primer trabajo en el que NewCat Ensemble unió sus fuerzas a las de, entre otros, Joan Díaz, Joan Chamorro y la cantante Andrea Motis, en una fusión de música tradicional y jazz que quedó plasmada en el disco, Coses que es diuen però que no es fan [Cosas que se dicen pero que no se hacen], que, en una larga gira, se presentó en algunas de los mejores salas del país, ahora han decidido dar un pequeño giro a su carrera y llamar a su segundo trabajo ―en realidad, lo consideran su primer compacto―, Ruralisme Il·lustrat, como explican ellos: «Ruralismo, en tanto que evoca un pasado (idealizado e imaginado) presente fuera de las urbes, un entorno que ha conservado los valores más atávicos de la cultura, donde sencillez y rudeza son cualidades destacadas. Ilustrado porque convierte aquello más visceral, más brutal, en una obra de arte en sí misma y porque encuentra el equilibrio justo entre la urbana pretensión altiva y la autenticidad del mundo rural».
Para ello han creado: «Un octeto ―y los sigo citando a ellos― encabezado por el multiinstrumentista Manu Sabaté […], la calidez interpretativa de las cantantes Gemma Humet y la menorquina Anna Ferrer. Músicos de la altura de Adria Grandia (Tazzuff) o los percusionistas Bernat Torras y Martí Hosta (Coetus) […] el guitarrista Cisco Cardona (Riu) y Magí Canyelles […] y las vídeo proyecciones creadas para esta ocasión por la artista Silvia Isach». Una larga nómina para un proyecto, un disco, en el que colaboran también, puntualmente, el guitarrista Pau Figueres y el percusionista Arcadi Bertrand.
Y era justamente ese disco el que presentaban, dentro del Festival Tradicionarius, en el Auditori de Barcelona. Una presentación con sorpresas. La primera, ya conocida, era la confirmación de que la cantante Gemma Humet se veía obligada, por sus compromisos artísticos, a dejar la formación ―daba un paso hacia un lado, decía irónicamente Manu Sabaté―, dejando sola en la formación, como cantante, a Anna Ferrer, aunque, segunda sorpresa, esa noche sí que la podríamos oír por última vez con ellos como artista invitada. Las otras sorpresas se irían produciendo a lo largo del concierto, como veremos.
La formación que ha ideado Manu Sabaté para este segundo proyecto se basa, principalmente, en los vientos con la gralla y la tenora como principales protagonistas, sin olvidar el saxo tenor o el clarinete bajo que puntualmente utilizaban en el concierto, y también en el disco, todo ello sobre una base harmónica conseguida a través de la viola de roda [zanfona] y la guitarra, con la intervención, absolutamente imprescindible, de los dos percusionistas. Todo ello crea un universo sonoro particular, compacto, muy empastado, merito no solo de los arreglos del propio Manu Sabaté, sino de la calidad de los instrumentistas, consiguiendo, entre todos, crear una base perfecta para que la voz de Anna Ferrer, fresca y llena de matices, brille como se merece.
Tras unos primeros momentos de nervios, que superaron inmediatamente ―nos confesaron que habían tenido problemas técnicos toda la tarde en el momento de preparar el concierto―, el grupo funcionó de forma redonda y así fueron presentando los temas del disco, esta vez cantados casi en su totalidad por Anna Ferrer ―en el disco solo interpreta dos de ellos― reafirmando, como hemos dicho, la idoneidad de la cantante para el proyecto.
Con Els tres garberets ―explicaban que era el supuesto origen de Els Segadors, aunque éste tiene un componente picante que el himno no ha mantenido―, comenzaban el recital. Le seguía El Marinero, uno de los temas más interesante de este nuevo trabajo, que explica la historia del marino que prefiere morir antes que vender su alma al diablo. Luego, L’Hostal de la Pera, una historia de bandoleros, muy comunes en el romancero catalán, historia, esta vez, con final feliz.
Llegó la primera balada de la noche, como ellos dijeron, El poder del cant, que explica la historia del preso que pasa su tiempo en la cárcel, cantando y tocando la guitarra, y a quien oye la princesa y pide casarse con él, lo cual él rechaza: «La duda aparece ―aclaraban― porque no se sabe si tenía miedo a la princesa o estaba bien tocando la guitarra». Tras ella un tema instrumental, basado en una de las danzas más antiguas y, posiblemente, mas olvidada de Catalunya, el contrapàs; en este caso era el Contrapàs de Sant Pere de Torelló, donde los músicos, como lo fueron haciendo durante toda la noche, y no solo en los temas únicamente instrumentales, se pudieron lucir.
Les cobles del Peirot, un tema que habíamos oído interpretar a El pont d’Arcalís, unas coplas anónimas recogidas en el s.XVIII que nos explican las atrocidades de los ejércitos borbones en la conquista de los Pirineos, fue uno de los momentos de lucimiento de la percusión que con sus potentes sonidos enmarcaban los tremendos acontecimientos que la canción va explicando. Luego fue, Margarideta, un tema que, por su estructura lírica, se ha tratado, en muchos casos, como una canción infantil, ―aunque en el fondo trata de una chica egoísta que pide a su novio que le compre ropa para levantarse de la cama, para, al final, decidir que se queda durmiendo―; y cuyo estribillo pidieron que el público cantara con ellos, lo que siempre es acogido con entusiasmo por los espectadores. También fue un tema popular muy conocido el que interpretaron a continuación, La ploma de perdiu, que ellos cantaron a un tempo muy rápido, con especial intervención de los instrumentistas. Nos hablaron, posteriormente, de un músico, un flabiolaire, el Roviretes, que recogió un tema, La folguerola, que interpretaron de forma brillante.
Anunciaron, entonces, la última intervención de la Gemma Humet con ellos, interpretando una impagable versión de El testament d’Amèlia, con esa voz tan personal suya que, por momentos parece que ha de romperse en ese vibrato constante que ella ejecuta de forma tan natural, pero transformando su voz, que adquiere la potencia necesaria, cuando la pieza lo demanda. Hasta el final del concierto seguiría en escena con ellos, con alguna excepción como en el tema siguiente en el que unían los sones de la sardana con los de los castells, para lo que, para dar autenticidad a la interpretación, segunda gran sorpresa, contaron con la actuación de los Castellers de Sants, que levantaron su torre en la misma platea de la sala, mientras ellos interpretaban, Penedès, un tema instrumental con alocución en off de un bello poema de Salvador Espriu sobre el tema, la unión de la sardana y los castells. Otro de los momentos cumbres de la noche.
Atacaron, luego, la Jota dels Gegants de Valls, en homenaje a la tradición de els gegants [gigantes] en Catalunya, que interpretaron conjuntamente las dos cantantes, en otro de los momentos más interesantes de la noche, con baile de Anna Ferrer y Jordi Cardona, nueva sorpresa de la noche, adaptando el ball de bot mallorquí, a esta jota. Llegaban al final con una canción de montaña, A la muntanya, también con las dos vocalistas juntas, y con un acompañamiento muy marcado rítmicamente, lo que le dio una fuerza especial al tema.
Como bises, otra de las sorpresas agradables cuando Anna Ferrer, acompañada tan solo por el clarinete bajo de Manu Sabaté, nos interpretaban una preciosa melodía tradicional de las Islas Baleares, un tema que en el disco está, por si lo queréis oír, unos minutos después de que éste acabe, como una canción oculta que, pese a ello, es imprescindible absolutamente. Volvíamos a asistir a otro de los momentos culminantes de la noche. Y ya sí, para acabar definitivamente, repitieron el tema con que se abre el disco, El Marinero.
Cuando habíamos visto a NewCat Ensamble en su anterior proyecto, junto a Chamorro, Motis y Díaz, quedaban de una forma diluidos entre los otros músicos. Aquí los veíamos en estado puro y nos gustaron mucho, tanto por la forma de actualizar una serie de temas tradicionales, como por la conjunción instrumental que han conseguido, con un sonido absolutamente propio, de la mano de Manu Sabaté y las acertadísimas intervenciones del resto de los músicos y una magnifica voz, la de Anna Ferrer, que tenía la dificilísima tarea de sustituir a una de las cantantes más carismáticas del panorama musical catalán, y que lo ha logrado de forma espléndida, imponiendo su personalidad por encima de lo que podía haber sido un intento de seguimiento del estilo de Gemma Humet, que solo hubiese sido imitación y no nueva creación, apostando la cantante menorquina por imponer su visión, de forma acertadísima, en esa manera de cantar tan propia. Un trabajo global excelente, que se ve reflejado en su disco, de factura impecable, con especial cuidado en la presentación, igual que lo estuvo el concierto con otra sorpresa añadida, que reseñamos al final, aunque fue visible durante todo el recital, como fueron las intervenciones videográficas de la artista Silvia Isach, que se proyectaban al fondo del escenario, sobre unas enormes gafas pintadas.
Un trabajo en definitiva, este del NewCat Ensamble que va más allá del disco y las actuaciones, pues su voluntad es la de, realmente, articular un proyecto que se extienda también al ámbito social a través de la difusión de la cultura por medio de la música y la tradición, con conciertos educativos y familiares, talleres, o ensayos abiertos, todo ello enfocado como una herramienta integradora. +Info | Relacionados | Texto y Fotos: Federico Francesch | DESAFINADO RADIO