Thiossane Ablaye Ndiaye
Thiossane Ablaye Ndiaye
“Thiossane Ablaye Ndiaye” Syllart Productions / Discograph, 2011
Este venerable anciano senegalés, nativo de la ciudad de Thiès, es acreedor de una voz tan vetusta como las ceremonias de exorcismo del ndëpp de la etnia lebou, o el lamb, la mediática lucha senegalesa. En algunos momentos al percibir su voz, cualquiera diría que está escuchando a Compay Segundo o cualquier sonero cubano de primera fila. Mientras que en otras ocasiones ese rasgado timbre, que recuerda al del célebre Ndiaga Mbaye, sirve para liderar la jugosa guarnición de afro-salsa y música tradicional senegalesa que estalla con júbilo en esta ópera prima grabada tras una carrera trufada luces y sombras en los escenarios. Aunque esta sea su primera rúbrica discográfica, Ablaye Ndiaye adquirió cierta notoriedad al participar en el primer Festival de las Artes Negras, organizado por el presidente Leopold Sédar Shengor en 1966. De hecho, una de sus canciones, Talene Lampe Yi, se convirtió en himno de esta histórica celebración. Las nueve canciones que componen este álbum tienen muchos de los ingredientes que manejaban en los setenta orquestas como la Baobab o la Number One de Dakar. Si hay algo que destaca es el repique de los autóctonos tambores sabar y los timbales; unos preciosos coros femeninos; y el grandilocuente saxofón de Thierno Kouate, que ha trabajado con reputados talentos como Youssou N´Dour o Cheikh Lô. El grueso de la formación está formado por otros músicos excepcionales como el bajista Samba Laobé Ndiaye, un virtuoso del jazz de fusión que en su día acompañó a Viviane N´Dour; Assane Mboup, actual integrante de la Orchestra Baobab; y Marie Ngoné Ndione, otra afamada cantante local senegalesa. Además hay que mentar al excelso guitarrista congoleño Papa Noel que se marca un solo en Arawane Ndiaye. El disco irrumpe con Amineta Ndiaye, una sensual canción de amor cuyos arreglos y melodías remiten al savoir-faire de Cheikh Lô, otro gran enamorado de los sonidos caribeños. Prosigue con Lat Dior, un homenaje al que fuera rey de la región de Cayor, provincia donde nació Thiossane Ablaye Ndiaye. Y tira de las leyendas y fábulas populares que pasaban de boca en boca los griots, caso de Siket, en la que un macho cabrío se pone en la piel de un ser humano para extraer a través de su historia una enseñanza moral; o Bouki Ndiour, donde una hiena hace un pacto con una araña, y en la que se rinde homenaje a Laye Mboup, fallecido cantante de la Orchestra Baobab, a quién también se le rinden honores en Laye Woyena Laye, con la presencia estelar de Medoune Diallo, uno de los vocalistas de Africando. Si hay algo que caracteriza a esta colección de sugestivas canciones es ese espíritu bailable y hedonista que viajaba a través de las ondas de la radio en el oeste africano cuatro o cinco décadas ha. Y es precisamente esa pátina vintage la que mejor entona con el apelativo dado a Ablaye Ndiaye, ya que “thiossane” en wolof significa “tradición”. El condimento con el que vienen aderezadas estas sabrosas viandas musicales.I www.myspace.com/thiossaneablaye I Relacionados I Miguel Ángel Sánchez Gárate