Nakany Kante
“De Conakri a Barcelone” Kasba music, 2020
Nakany Kante ha cumplido en este su tercer álbum uno de sus sueños, juntar a los músicos de su tierra de nacimiento Guinea Conakri con músicos de su ciudad de los últimos 10 años, Barcelona. Recuerdo haber comentado para estas páginas su anterior “Naka” Slow Walk Music 2016 disco que no ha perdido ni un ápice de su frescura original. En este su tercer álbum destacaría la fuerza de los instrumentos africanos que acompañan mejor que nadie esas historias, bastante trágicas que nos cuenta Nakany. Empieza con Faden Sawo las guitarras de Petit Kerfala Diabate y Djekoriamory Kanté se fusionan perfectamente con las percusiones. La tama (instrumento de percusión) de Madou Diabate y la batería afrobeat de Rim Akandoh. La voz de Kante narra la vida de un hombre irresponsable, vago y perezoso que sólo piensa en sí mismo, ¿te suena? N’Massé nos traslada de golpe a uno de los mayores horrores de África y de muchas otras partes del mundo, las niñas entregadas en matrimonio sin su consentimiento, las guitarras mandingas ayudan en parte a quitar hierro al tema para que llegue a más personas. Monoté, sigue Kante en su lucha a favor de la maltratada mujer africana, ahora nos cuenta como todavía las mujeres que no pueden tener hijos son despreciadas y viven un verdadero infierno, de nuevo Kante ha querido usar la música como un bálsamo que cura las heridas, ahora a las guitarras y calabaza se une el teclado de Nacho Lesko que le da ese aire pop ideal para ser bailado en grandes conciertos. Conciertos que reivindica en Samedi para que la gente joven de su país pueda divertirse al menos los sábados como manda la tradición. La música va subiendo de intensidad y nos arrastra en una espiral que invita a juntarse y disfrutar de la juventud. Ikanawa es un tema intimista, el bajo de Bouba Kouyate le sirve de línea que sostiene el romanticismo, al final del tema el cubano Carlos Sarduy con su conga le da ese ritmo latino. Karogbé, llegó la fiesta, las percusiones del senegalés Oumar Ngom te obligan a bailar para celebrar que el Ramadán ha terminado y llega la fiesta de Tabaski. Kante disfruta y deja ir a su voz en total libertad, me imagino que en directo puede ser la bomba. Kobekoun, la cultura africana sigue manteniendo una base popular (lejos del academicismo impertinente europeo) que lo hace todo más sencillo y natural, “Nadie nace sabio, todo se aprende. Si no sabes hacer algo, reconócelo y déjate enseñar “(Igualito que algunos de nuestros políticos) Sia, una especie de juego entre nombres y apellidos mandingas guitarras, tama y el balafón de Youssouf Conde con la batería del senegalés Pape Mbodj. Papada, los sonidos de la naturaleza noctámbula acompañados de la guitarra de Djekoriamory y la kora de Momy Maiga le dan la magia suficiente para que Kante nos cuente este cuento tradicional mandinga que se explica a los niños al anochecer, la historia de una niña Papada maltratada por su madrastra, (otro detalle de como las tradiciones nos unen más allá de los mares) un tema triste que nos muestra con qué facilidad cambia de registro esta mujer. La Paix, si fuese flamenco hablaríamos de la juerga final, una fusión de estilos tan cercana a Manu Chao como a Charango con emotivos recuerdos para Nina Simone, Cheb Kaled, con la ayuda de Mû Mbana & Las Bajas Pasiones & Pinan 450f y la trompeta de Sarduy mezclando ahora los idiomas y los ritmos de los dos continentes, pues eso una fiesta rompedora para reivindicar que la paz que nos ofrecen no es la que queremos, queremos la de verdad. + info | relacionados