Miriam Makeba Festival del Mil.leni. Barcelona.Palau de la Música. 17 de enero de 2008
Exquisitamente soberbia. La gran dama sudafricana nos regaló una noche con un cierto sabor amargo, ya que la actuación que nos ofreció el Festival del Mil.leni formaba parte de su especial despedida de la escena internacional. Aun así, el concierto fue divertido, simpático, energético y genial. Cinco décadas a sus espaldas de buen swing no es suficiente peso para allanar a esta combatiente de la justicia, la paz y la música bien hecha y sentida. Makeba tiene 75 años y eso no perdona ni a personajes de su envergadura, pero la fuerza y el alma de esta mujer obligada a vivir en el exilio durante 30 años, mantienen las constantes vitales muy altas. Magníficamente respaldada por una banda bien negra –a excepción del soberbio guitarra al que presentó como un ciudadano del mundo-, potente y elegante, Makeba pudo ausentarse durante un buen rato del escenario para retomar fuerzas y delegar en sus acompañantes que se marcaron dos números excelentes donde la raíz africana y el jazz hicieron las delicias del afortunado público. Voces primorosas, músicos en talla y la creadora de los célebres Malaika y Pata Pata, especialmente comunicativa a través de misivas informales en algunas ocasiones, y llenas de denuncia, en otras. Imposible separar su papel crucial en la lucha anti-aparheid, de su riqueza artística. Dos misiones difícilmente llevables que esta portadora de doce doctorados en música, filosofía y arte en diversas universidades del mundo y de un número indeterminado de premios, reconocimientos y galardones, sigue abanderando incansablemente por todo el planeta. La mujer que hizo temblar a dirigentes y devolvió la esperanza a su pueblo con su música, se despidió sencilla y deliciosamente. Un Palau insólitamente puesto en pie, la forzó a salir en tres ocasiones, la última ya vestida de calle en la que nos obsequió con un tema a capella de piel de gallina. Hasta siempre Queen Makeba.// MªJosé López Vilalta –La Morocha-