Miguel Zenón Quartet
Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Conservatori del Liceu, 13 de diciembre de 2013
No es la primera vez que nos visita el saxofonista puertorriqueño, por lo que el público sabe que pase lo que pase, lo que es seguro es que Miguel Zenón va a dejarse la piel en este concierto. No descansa ni deja descansar a sus músicos, enlaza una canción tras otra, temas largos, potentes, enérgicos y casi dos horas de concierto deja la sensación de que este músico disfruta con lo que hace y contagia su entusiasmo.
Empezó la sección rítmica marcando un curioso jazz risueño y saltarín, de golpe ya estaba Zenón soplando a una velocidad vertiginosa, con razón llevaba dos botellas de agua y un vasito pequeño con las cañas mojadas para ir sustituyéndolas. El primer tema era Identidades, de un álbum que se grabará en enero, siguieron con Mi casa, una balada, al principio a dúo con el piano de Luis Perdomo, y después dejando mucho espacio para el trío que sonó genial. Siguió Tradición y cultura, se formó como una espiral creada por el trío donde su paisano Henry Cole a la batería destacó con un ritmo rapidísimo que todavía daba más alas al saxo ya de por si rápido de Zenón. Por un momento me hizo pensar en aquel jovencísimo Charlie Parker que parecía dejarse la vida en cada solo de su saxo alto. Siguió otra balada preciosa, al alejarse de la escena Zenón, aprovecha Luís Perdomo para ejercer de solista, con el contrabajo del austriaco Hans Glawischnig marcando un compás muy bonito y la batería nerviosa de Cole dando mucho brillo al tema. Seguro que influía que la acústica del Conservatori es muy buena, pero no le quitemos merito los músicos, los tres instrumentos sonaban como si estuviésemos escuchándolos en un buen equipo de alta fidelidad. Un solo de contrabajo maravilloso le hizo sudar la camisa al austriaco, muy bueno. Zenón cuando descansa de soplar se va al fondo del escenario para dejar protagonismo al trío, pero lo que no les deja es descansar. Para el bis, empieza Miguel Zenón con un solo, sin micro (también se ha dado cuenta de las posibilidades de la sala) Henry Cole le secunda con las escobillas, la música latina se impone, los aires del bolero se filtran entre las notas y me recuerda a Paquito d’Rivera en los tiempos en que inocentemente bañaba el jazz de música latina. El público los despidió con una buena ovación, mucha gente de pie, dejando claro que la música de este cuarteto (a pesar de no ser de melodía fácil) convence por su calidad y su implicación. + info I relacionados I Candido Querol