Mayte Martín / Catalunya Arte Flamenco
Mayte Martín
Catalunya Arte Flamenco
Teatro Joventut de l’Hospitalet de Llobregat (Barcelona),
29 de Enero de 2010
Mayte Martín volvió a hacerlo, volvió a llenar un pequeño auditorio y volvió a hechizar a su público, que la quiere con devoción – y viceversa-. Seguramente, los más sensibles se derretirían con la calidez y el cariño con que Mayte interpreta sus nuevas canciones, mientras toca, y bien, su guitarra.
Tras dos conciertos en Barcelona dedicados a los poemas del poeta malagueño Manuel Alcantara, el último en junio de este año pasado en el Grec, su actuación en l’Hospitalet constituyó la presentación en sociedad del disco alCANTARaManuel, con lo que la audiencia estaba más que preparada y se mostraba conocedora de los temas.
La vocalista –en este caso sobra lo de cantaora– se dedicó a interpretar las canciones de ese trabajo y no se salió del guión hasta uno de los bises finales para interpretar Cansada de dar amor, y durante todo el espectáculo, sedujo a los presentes con estas canciones que se clavan en el corazón y en el recuerdo, llenas de melancolía. Sin querer hacer flamenco, y sin querer no hacerlo, sus canciones juegan a boleros, a tango y a su raíz flamenca, porque para eso ha hecho lo que ha querido. Y como así ha sido, el disco, y el concierto, nos muestran una artista segura, convencida, firme y con ganas de ser ella misma.
Inició la velada con Por la mar chica del puerto mostrando como iba a ser el resto, y siguiendo con A Miguel Hernández. Si brilló al principio, continuó brillando, y resplandeció al final. Interpretó el álbum en su integridad con sus doce temas haciendo que los últimos cortes, Niño del 40 y No pensar nunca en la muerte, fueran cumbres, dejando lagrimillas, y sonrisas en todos aquellos que albergan un poquito de sensibilidad.
A lo largo de la hora y media larga de actuación interactuó con su público, les explicó anécdotas, los divirtió y ayudó a crear lo que ella misma describió, “ese momento mágico que se da en una actuación”, y que ella percibe de principio a fin.
Escoltada lujosamente con los músicos que también la miman en el disco (José Luis Montón (guitarra), Olvido Lanza (violín), Guillermo Prats (contrabajo) y Chico Fargas (percusión), Mayte dialogó musicalmente con ellos e hizo que volaran dando forma a unas melodías que parecen haber nacido en el mismo instante que el poema que la acoge. También destacar el papel de la delicada percusión de Fargas que deleitó por sus caricias y suaves texturas, aunque igual podría decirse de las melodías del violín de Lanzas y de la guitarra de Montón. Este último mostró, no ya su virtuosismo, sino su toque amable, eficaz, rozando momentos de inspiración improvisada y algún detalle propio del jazz entrelazado con minuciosidad.
Tras el primer bis ya comentado, Mayte Martín volvió al escenario con los suyos ante las demandas del público y cumplió un viejo sueño. “Me encantaría cantar un hit parade, por supuesto mío, a coro en un auditorio lleno”, comentó, y dicho y hecho, se lanzó a repetir la canción inicial mientras el público se animaba a cantar en voz alta y con ganas.
Una velada inolvidable, con un disco que sigue ahí y seguirá por mucho tiempo. Bello, muy bello y con sentido. Relacionadoswww.mayte-martin.com //Antonio Álvarez