Martirio

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Martirio

30 años. Universal Music 2015

Para presentar un disco que conmemore el treinta aniversario profesional de un artista, solo hace falta que dicho artista lleve treinta años cantando. Para presentar un trabajo como el que ahora nos ha regalado Martirio, además de la premisa necesaria de estos treinta años en activo, hace falta también ―diríamos que de forma absolutamente imprescindible―, enormes dosis de creatividad, de innovación y, por supuesto, de calidad. Y esas tres cualidades las reúne, de forma absoluta, la artista, como queda patente en 30 años.

Dos CD y un DVD, en una cajita, como la llama la misma artista, que tiene en la portada el dibujo de una peineta y unas gafas de sol, con unos labios en forma de corazón, que nos recuerdan la imagen de la artista ―la boca en forma de corazón fue un añadido que propuso su hijo, nos explicó ella―. Los discos están acompañados de un libreto en el que encontramos, además de los extensos agradecimientos que ella incluye, una introducción del productor del disco Raúl Rodríguez, acompañante musical y cómplice de la artista desde hace muchos años, y su amado hijo desde siempre, en la que habla de ella como esa artista que siempre se ha adelantado, de alguna manera, siempre a todo, en todo momento: «En casa de mi mamá ―concluye―, los relojes son de vanguardia y van 40 minutos por delante del planeta. Y así sucede con su obra…»

Una obra que, por supuesto, no tenemos completa en los dos discos, pero de la que sí que podemos hacernos una idea muy cabal a través de ellos, pues son 30 temas en total ―tantos como años festeja―, los que nos ofrece, la mayoría de ellos pertenecientes a grabaciones que están en el mercado, o que ella tenía archivadas, aunque con alguna una excepción. La canción de Atahualpa Yupanqui, Coplas del payador, fue grabada especialmente para este trabajo, cierre de oro del segundo CD, con unos arreglos actuales de Raúl Rodríguez absolutamente deliciosos. Es, como explica, además de uno de los primeros temas que ella aprendió a cantar acompañándose con la guitarra y que le enseñara el gran Jorge Cafrune, una verdadera declaración de principios, con una letra preciosa, como todas las de Atahualpa Yupanqui, con la que ella se identifica, para afirmar, desde la misma, que canta: «Para dejar mis canciones en el alma de los demás».

También encontramos temas inéditos en su discografía, provenientes de actuaciones en directo, u ocasiones especiales, y que no se habían publicado, como, Hacia dónde, de la gran compositora y cantante cubana Marta Valdés, una de las grandes figuras del filin, ese invento cubano para poner al día el bolero, y perdonad el atrevimiento. La artista cubana es una de las personas a las que ella más admira, con la que grabó en su momento en video para Tots Sants, una productora videográfica de la provincia de Barcelona, este tema lleno de sensibilidad.

Zumba que zumba también pertenecía inédita. En este caso, basándose en un tema popular, fue la gran Soledad Bravo la que lo adaptó, y es con ella misma con la que la interpretó en directo en el Teatro Teresa Carreño de Caracas. Una de las canciones más interesantes, pues no se pueden escuchar cada día temas latinoamericanos con un toque flamenco acompañándolos. Un lujo que podemos oír aquí; un fragmento de una grabación que ella tenía para su disfrute y que nos ha permitido escuchar aquí y así poder disfrutarla también nosotros.

Silencio, el inolvidable tema de Rafael Hernández, es otra de las canciones inéditas del trabajo, también interpretada con una acompañante de lujo, Omara Portuondo, ambas homenajeando al gran Ibrahim Ferrer. Una versión llena de emoción y sabiduría, que contó además con la participación especial de Chucho Valdés.

En homenaje a su madre ha incluido No corté más que una rosa, de la zarzuela, La del manojo de rosas, con arreglo de Chano Dominguez al que Raúl Rodríguez ha añadido los suyos propios, para ofrecer esta versión también inédita.

Volver, el tango de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, lo cantó junto a la guitarra de su hijo en Morón de la Frontera en el 2013. Una canción que ya había versionado por bulerías en su disco, Flor de piel y que ella considera que es una de las canciones más universales que existen, tan universales, digo yo, que admiten versiones tan interesantes y creativas como esta.

Los 24 temas restantes estuvieron grabados y publicados en su momento, pero la labor del productor no se ha limitado a un corta y pega, como hemos podido ver en otras antologías, porque lo que Raúl Rodríguez ha querido hacer es dotar a las mismas de una unidad conceptual, centrándose en el tratamiento de la voz de la artista para darle esa continuidad que, si no se sabe, puede dar la impresión de que estamos ante un nuevo disco que ella ha grabado de nuevo en su totalidad. Y ese es uno de los grandes aciertos del trabajo, pues si bien existen, lógicamente, los saltos estilísticos inevitables, el conjunto adquiere una coherencia que lo hace admirable.

Y entre los temas que todos conocemos, o hemos podido oír en otras ocasiones, están, cómo no, aquellas canciones que en su momento llegaron a hacer historia. Nos referimos a Sevillanas de los bloques, que compuso Martirio junto su estimado Kiko Veneno, que retrataba a esas mujeres tan de su época llenas de dicotomías y de contradicciones. Quién, de una cierta edad, no recuerda aquello de: «Con el chándal y los tacones, arreglá pero informal». Este es también el caso de Las mil calorías, un rap que compuso junto a su hijo, lleno de ironía y cargado de humor y de intenciones.

La revisión de la copla y de la canción española que ella hizo, y sigue haciendo, está profusamente representada. Estoy mala, inspirada en un tema de Quintero, León y Quiroga, que cantara Juanita Reina, y que adaptaron y modernizaron ella misma y Kiko Veneno, es un ejemplo. De los mismos autores también destaca, Dicen, con esa fusión de copla y jazz que Martirio ideó junto al pianista Chano Domínguez, una unión de estilos musicales que ellos supieron normalizar y a la que tanto se han dedicado, abriendo caminos a muchos otros músicos. En esta misma línea de reinterpretación coplera tenemos la aparentemente divertida, pero llena de dolor y amargura, Tu eres mi mario. No podía faltar una de sus versiones de Ojos verdes, de hecho la primera que grabó, haciéndolo en este caso junto a Vicente Amigo. Encontramos igualmente la versión de La bien pagá que grabara junto a Chano Domínguez y la Orquesta de RTVE, en su versión en castellano ―en sus directos Martirio la interpreta muchas veces en una versión traducida al inglés―, con acompañamiento jazzístico.

Otro apartado importante es el de las canciones de cantautores como Joan Manel Serrat, del que interpreta Tiempo de lluvia, con unos arreglos indicadísimos de Raúl Rodríguez, especialmente sus intervenciones con el tres. De Joaquín Sabina nos trae Noche de bodas que ella canta con una delicadeza absoluta y aires de valsecillo con desinencias de ranchera aflamencada. No podía faltar a la cita Carlos Cano, aquí con María la portuguesa, en un directo junto a Jesús Lavilla y Raúl Rodríguez, grabado en la sala Luz de Gas de Barcelona, y que ella ha llevado más hacia el flamenco que hacia el fado, con la ayuda de los dos magníficos músicos que la arropan. Dentro de ese apartado podríamos incluir las canciones de Kiko Veneno que compuso junto a ella, como La perla, de aires absolutamente rockeros; Amor masoca con arreglos de cuerda de Joan Albert Amargós, más cercanos a la copla clásica; o Una roca en el mar, en la que intervino también Javier Ruibal, esta sí, una copla contemporánea que el piano de Fran Rubio potencia. Cerraría este grupo de temas, Yo vengo a ofrecerte mi corazón, de Fito Páez, en una versión de solea por bulerías, que arregló José María Cortina, aquel que dijera, refiriéndose a los ensayos con Martirio, la frase que ella misma recuerda en el libreto: «¡Qué bien puesto tiene el nombrecito

Tras una incursión en las bandas sonoras, con Pena de amor, un tema de Juan Bardem y María José Asensio para la película de Fernando Colomo, Al sur de Granada; y pasando por dos temas que interpreta del gran poeta Federico García Lorca, Tierra y luna, que musicalizó junto a su hijo, con una guitarra a lo Ry Cooder de Paris, Texas, de fondo; y Tengo miedo de perder la maravilla, a la que puso música, con su inconfundible estilo sinfónico, el autor cubano José María Vitier; y justamente con otro tema del mismo compositor, A lo divino, esta vez sobre un poema del cordobés Vicente Núñez, al que añadió una música cercana a la rumba cubana, entramos en las relaciones de Martirio con Latinoamérica, que son muchas y variadas, como se verá.

Aparte de las ya citadas al principio, encontramos colaboraciones con grandes intérpretes como Compay Segundo, con quien interpreta, Es mejor vivir así, una de las muchas joyas, para nosotros, del disco, con una Martirio que transmite, en su forma de cantar, todo el respeto y admiración que tenía por el cantante cubano ―imprescindible como explica ella, en el DVD, su primer encuentro con el maestro―. También la podemos oír junto a Lila Downs en la versión que ambas nos ofrecen de La Martiniana, en un directo desde el teatro Lope de Vega de Madrid, en el que logran una conjunción, cada una desde su estilo, de resultados absolutamente brillantes, que potencian esa ya de por sí bella canción.

Y ya en solitario la podemos escuchar en el tema que interpretaba su querida Chavela Vargas, Quisiera amarte menos, que ella convierte en una rumba, con el toque de Morón a guitarra tapada, y el baile de Pepe Torres; un tema que ella siempre canta en sus homenajes a los países latinos. Con la sugerente trompeta de Jerry González acompañándola nos trae el tema de Gilberto Rojas, Las palmeras, una canción que conocía de sobras por la versión de Alberto Cortez que había oído en su casa, con quien, curiosamente, la grabó un tiempo después. Si te contara, otra de las muchas perlas del trabajo, la canción de Felix Reina, la interpreta Martirio con la única ayuda del contrabajista Georges Miraz. Está extraida de aquel fantástico disco, Primavera en Nueva York, que grabara en aquella capital, con la intervención de grandes músicos de jazz, como el propio Georges Miraz, junto al trompetista Claudio Roditi, o el clarinetista Paquito D’Rivera, entre otros, que fue producido por Fernando Trueba ―podéis ver el vídeo que éste grabó del tema―  y con la intervención, en los gráficos de Mariscal.

Para el final he dejado su versión de La Llorona, a solas con su hijo, Raúl Rodríguez, que con su guitarra, en este homenaje conjunto que ambos hicieron a su querida Chavela Vargas desde el disco, De un mundo raro, cantes por Chavela, consigue, junto a Martirio, recrear esta canción de tal forma que si cerramos los ojos se nos presenta la figura de la añorada intérprete escuchándolos atentamente a ambos, con un brillo emocionado en los ojos.

La cajita, como decíamos, se completa con un DVD que nos explica la vida de Martirio. «Mi vida musical», me aclaró ella hace muy poco al hablar del mismo. Un documento que además de estar realizado de una forma espléndida, nos ayuda a situar, recordar, disfrutar, sorprendernos, y comprenderla algo más, a través de ese paseo por su vida ―musical, por supuesto―, y de su obra, con algunos momentos impagables. Por citar solo a unos cuantos, podemos ver en él, y ella con ellos, entre otros, al escritor Terenci Moix, Jarcha, La Trinca, Kiko Veneno, Mario Pacheco, Chano Dominguez, Maria del Mar Bonet, Lila Downs, Marta Valdés, La Shica, José Maria Vitier, Ojos de Brujo, Compay Segundo, Chavela Vargas o a Raúl Rodríguez.

Es difícil, casi imposible, entrar en el espíritu de un artista y abarcar todo el potencial que éste ha desarrollado y puede desarrollar, y más una artista como Martirio que nunca se conforma; que siempre está pensando algo nuevo en donde expresarse; que no tiene miedo a la aventura; que nunca tiene un no ante un proyecto por arriesgado que éste sea; que es generosa con su arte hasta extremos increíbles; y que, además, encierra en su persona una creatividad y una calidad musical ― ¡y humana!, ahora sí― que como dicen por su querida tierra: «¡No se pué aguantá+Info | RelacionadosFederico Francesch |  DESAFINADO RADIO    

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