Mark Turner Quartet
54 Woll-Damm Festival de Jazz de Barcelona. Conservatorio del Liceu, 8 del 11 del 2022
En el vestíbulo del Conservatorio podías comprar dos vinilos de Mark Turner, Yam Yam (Elemental Music, 1994) reeditado este 2022 y Return from the Stars, ECM 2022. En el primero completaban el quinteto, unos jovencísimos Rosenwinkel, Mehldau, Grenadier y Rossy. O lo que es lo mismo las figuras actuales del jazz. Veintiocho años después Turner busca entre la sabia nueva a sus compañeros de aventura. Jason Palmer (trompeta) Joe Martin (contrabajo) Jonathan Pinson (batería) tanto Palmer como Pinson todavía no cumplieron los treinta años y Martín seguro que los cumplió hace poco. Esto viene a cuento porque la música que propone Turner no es para relajarse, hay que estar a tope para tocar lo que este compositor escribe. Venía a presentar su nuevo álbum para ECM y así lo hizo. Excepto el primer tema, que no reconocí, se dedicaron a repasar cinco de las ocho composiciones del nuevo álbum. La manera de afrontar los temas era bastante similar. Una presentación de la melodía en que los dos vientos se ceñían estrictamente a la partitura. Con una sección rítmica discreta y a partir de ahí, se iba de escena Palmer, primer solo de Turner, a continuación un solo de Palmer, posible espacio de sección rítmica y de nuevo solos de los vientos. Dicho así parece sencillo, pero en los solos de los vientos la improvisación era impresionante. Pero vayamos por partes. En 1946 (título del primer tema) explican la melodía, los platillos de Pinson la remarcan, Turner se lanza en solitario y lo primero en que piensas es que esta formación te recuerda a Ornette Coleman con Don Cherry con aquel cuarteto de “Tomorrow is the question”, y cuando entra la trompeta de Palmer, tu cabeza empieza a balancearse y ya no piensas en demasiadas cosas. El segundo tema era Unacceptable, todavía no hemos dejado de aplaudir y el cuarteto está lanzado, ahora es la batería de Pinson la que se impone como base a tener en cuenta, y en cuanto los vientos le dejan un pequeño hueco ya está metiendo sus acentos sincopados. Le miras el volumen de sus brazos y te imaginas las horas que le dedica a su instrumento. Siguen con It’s not alright whit me, recuerdas cuando te contaron que Parker y Gillespie metían tantas notas para que los músicos blancos no les pudieran seguir, pues eso. Turner y Palmer soplan a velocidades endiabladas y además se permiten tocar a una distancia del micro que te demuestra su potencia. Espacio para la sección rítmica y ahora sí que puedo escuchar el contrabajo de Joe Martín (no lo tiene fácil por la fuerza del baterista) ambos se lanzan a explorar en libertad. Aplausos en lo que parece un cierre de tema pero entra Palmer y se vuelve a llevar el tema a su territorio. ¡Qué grande este trompeta! Vaya dúo creó con la batería. Siguieron con Return from the stars, de nuevo, como te comentaba al principio, presentación de la melodía por los dos vientos. En esta composición, más cercana a la música contemporánea que al bip bop, Turner desarrollaba el mensaje y la trompeta confirmaba, hasta que entró Pinson con sus juegos malabares. Primero lo intentó con las mazas, después con los palillos, a continuación con escobillas y ya todo el tiempo con palillos, hasta conseguir que todo el público se quedase sin aliento. Vaya series de solos tan extraordinarios. Los temas se alargaban de 10 a 15 minutos dependiendo de las improvisaciones. Siguieron con una especie de himno titulado Lincoln Heights (de echo en el disco suena más a himno) en directo lo llevaron a otro tempo, quizás más blues, con un buen solo del contrabajo. Terminaron con Nigeria II, el tema más corto del disco y el más cercano a la música negra, gran poderío de la sección rítmica. El más cercano a las raíces africanas del jazz. A pesar de llevar ya 90 minutos el bis era necesario. Y escogieron Lennie Groove un tema que Turner había grabado en 1998 en el álbum In this world con la misma formación de Yam yam (con Brian Blade compartiendo batería con nuestro Jorge Rossy) otros diez minutos de música frenética tocada por un cuarteto que suena increíble. De lo mejorcito de este festival. + info | relacionados | Fotos : Joan Cortès