Maria de Medeiros
BarnaSants
Luz de Gas,Barcelona. 14 de febrero de 2015
Cuando Maria de Medeiros estaba en el escenario de Luz de Gas cantando/contando las palabras de Alberto Moravia, Me tiro, en la traducción que ha hecho de Mi butto, recordamos la frase que ella siempre repite a aquellos que quieren oírla: “Yo soy una actriz que canta”, y sin dificultad, la pudimos reorganizar para conseguir el resultado que estábamos viendo ante nosotros: la de una cantante que actúa. Porque no es solo la voz, las melodías, los versos; lo que proyecta hacia el público, son sus gestos, sus miradas, sus movimientos, su interrelación con los músicos… Todo ello forma parte del recital que presentaba en Barcelona, dentro del festival BarnaSants.
El tema, Me tiro, está recogido del repertorio de Laura Betti. Precisamente, Maria de Medeiros, en una de sus últimas películas, Pasolini, interpreta el personaje de la que fuera musa del cineasta. Luego volvería a cantar una canción del repertorio de aquella, pero no lo hizo con otra de las canciones que también ha versionado, Balada del suicidio, escrita por el mismo Pasolini, como un presagio, de alguna manera, de lo que le pasaría. Esta noche no la interpretó porque, nos dijo, la pone demasiado triste. Entonces empezó a desgranar las melodías de su nuevo disco, Pájaros Eternos, comenzando con, Nace el día en la ciudad, el tema que compuso sobre una melodía de Raimundo Amador, y cuya última frase: “Y una niña sopla nubes hacia los pájaros eternos”, ha dado título al disco.
Tras la presentación del grupo, que formaban esta vez Leo Montana al piano y Edmundo Carneiro a la percusión, y donde echamos mucho a faltar al bajo Ricardo Feijão del trio que normalmente la acompaña; una falta que nos privó de la mano izquierda de Leo Montana, que suplía la ausencia de aquél, haciendo los bajos con un pequeño teclado sobre el piano; llegó uno de los temas más bonitos y más duros del disco, Ese gusto, como ella ha traducido la canción de Vitor Martins e Ivan Lins, Aos nossos filhos, esa carta que un padre perseguido por la dictadura brasileña escribe a su hijo pidiéndole perdón por su ausencia, e incluso por su desaparición.
Y después en un tono absolutamente distinto, un homenaje a Italia y los italianos, dedicado a unos amigos suyos presentes en la sala, con el tema 24 Mila baci que su autor, Adriano Celentano, hizo tan famoso, y que representa, para ella, el sentido absoluto de la amistad que tienen los habitantes de aquel país. Una versión totalmente diferente a la del disco, que allí hace con el Legendary Tigerman, alter ego de Paulo Furtado, como partener, ellos dos solos, y a la que aquí le dio un toque más latino, imprimiéndola un ritmo mucho más rápido. Después, con una introducción aflamencada a cargo del propio Eduardo Carneiro y la cantante, fue Trapichana, la historia de un andaluz que queda deslumbrado por los ambientes tropicales de Brasil.
Llegó el turno del primer invitado, el violoncelista Manuel Martínez del Fresno, que interpretó, junta a ella, y la primera canción que escribió Maria de Medeiros, un fado, cuando había dicho que no cantaba fados, en parte por respeto al fado y a los fadistas, pero parecía inevitable hacerlo, se disculpó. Una versión también distinta a la del disco, como acostumbra a hacer esta cantante, que no tiene miedo de recomponer los arreglos de sus temas, pudiendo oír, por ejemplo, esta misma canción, aparte de la versión del disco y la de esa noche, diferentes, otra en directo solo con guitarra, junto a Joan Eloi Vila, o la que ha grabado y está a punto de salir, junto a Jaques Morelenbaum y su esposa Paula Morelenbaum, en el trabajo colectivo, Avanzadoras, que ha coordinado para Oxfam, Sole Gimenez.
Otro de los temas que trabajaron conjuntamente con Legendary Tigerman es Shadow Girl, que surge de una colaboración para un espectáculo homenaje a Jim Jarmusch, que se llamaba, It’s a sad and beautiful world, primera estrofa, también, de la canción. Uno de los cortes más sobresalientes del disco, que aquí cantó acompañada por el violoncelo midi de Manuel Martínez Fresno.
Tras citar a algunos de los dibujantes que han ilustrado sus canciones, entre ellos el famoso dibujante francés de cómics y también realizador cinematográfico, Pascal Rabaté; el más que conocido Javier Mariscal; o la iraní Marjene Satrapi, autora de la sobrecogedora Persépolis; interpretó, Por delicadeza, basada en una poesía de Sophia de Mello Breyner, que aquella dedicara a Rimbau y que ha musicado la cantante después de mucho tiempo de recitarla en los escenarios. Luego fueron, The cougar song, esa canción dedicada a la belleza de un hombre joven, como las que hacían, dedicadas a las mujeres, Vinicius de Moraes y Tom Jobim, nos decía, con la letra escrita en una sola noche; ¿Quién eres tú?, como dijo en el concierto: “Dedicada a los desconocidos que viven en nuestros ordenadores”; nuevamente en una versión muy distinta a la de la grabación, cambiando el ritmo casi rapeado de aquella, a otro cercano a la samba, y con el añadido de un dialogo final, con ella misma, intentado localizar a esos desconocidos de la red; y Epigrama, perteneciente a su anterior trabajo, Península & Continentes, única canción que cantó de sus dos primeros discos, un poema de Joan Salvat-Papasseit que ha musicalizado Toti Soler y que cantó en catalán, uno de los seis idiomas en los que interpretó sus temas.
Entonces llegó la segunda colaboración del concierto, la de Alfonso Vilallonga. Un músico que, después de décadas de ejercer como compositor y cantante, es para muchos, incomprensiblemente, casi un desconocido, y más teniendo en cuenta que ha hecho, entre muchas otras cosas, algunas de las bandas sonoras más interesantes de nuestro cine, como la de Mi vida sin mí o Blancanieves, por citar solo dos ejemplos. Aparecer en un escenario dominado absolutamente por una artista, como era el caso del de Luz de Gas y Maria de Medeiros, es todo un reto. Un reto que Alfonso Vilallonga superó con nota, consiguiendo, ellos dos, algunos de los mejores momentos de la noche. Fueron tres las canciones del cantante que interpretaron juntos, Toutes les choses, pura chanson; la divertida Corazón lengua; y Piratéame, Baby, en la que pide ser pirateado, en contra de las normas, como dijo, de la SGAE. Una gratísima sorpresa.
Tras la presencia del cantante invitado, y luego de una curiosa intervención por parte del percusionista del grupo, al estilo de los predicadores televisivos, para anunciar que tenían discos a la venta, volvió la música, esta vez con el tema Noche, que Maria de Medeiros escribiera en Madrid, sorprendida por la actividad nocturna de la capital; dando paso a otra de las canciones que no pertenece a su nuevo disco, Una verdadera señora [Una vera signora], que también interpretara la tristemente desaparecida Laura Betti, basada, en este caso, en un poema de Fabio Mauri. Decía la cantante que aquella chica que se quería suicidar, de la nos hablaba al principio del recital, durante el concierto había crecido hasta convertirse en una verdadera señora. Aprovechó el final del tema para despedirse mientras cantaba, agradeciendo la ayuda de todos sus colaboradores, y al público por su asistencia.
Luego llegaron los bises, que fueron, por supuesto, como en sus últimas actuaciones viene siendo habitual, These boots are made for walking, un éxito, en su día, de Nancy Sinatra, que ella grabara en su momento en un disco de Legendary Tigerman; y una muy distendida Should I stay or should I go, de The Clash, donde contó con la presencia, nuevamente de Alfonso Vilallonga y de Manuel Martínez del Fresno.
No se puede entender a la Maria de Medeiros cantante y compositora sin la Maria de Medeiros actriz y directora de cine, pues todo ello forma parte de un mismo bloque, en el que aún tendríamos que añadir su faceta como artista plástica, de la que, en el disco, hay dos muestras, una de ellas la portada del mismo. Y es en ese conjunto de actividades creativas donde encontramos sentido a sus actuaciones musicales, pues forman parte de esa fuerza expresiva que esas creaciones comportan. La cantante se mezcla con la actriz; la directora de cine con la compositora; la escritora de las letras de los temas con la guionista. Cuando canta juega con todo su potencial y nos transmite con su voz, sus gestos, y su presencia arrolladora, su capacidad para crear, fruto, entre otras cosas, de esa eterna curiosidad que posee. Una capacidad creativa absoluta que Maria de Medeiros sabe adaptar, a su conveniencia, según el telón de fondo donde se producen sus expresiones artísticas, así en plural, ya sean desde un escenario, como aquí, o en un cuadro, un disco o una pantalla. + Info | Relacionados | Federico Francesch | DESAFINADO RADIO