Marcos Pin trio.

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Marcos Pin trio.

What but how, 2020

Si no recuerdo mal tendríamos que remontarnos hasta el 2007 para encontrar otro Marcos Pin trio, en aquel Directions Free Code Jazz Records, 2007 le acompañaban Oriol Roca al contrabajo y Shay Ifrah a la batería. Después ha habido formaciones de todo tipo, creo que este es su trabajo número 13.  En fin que merece toda una estantería en cualquier discoteca. Excepto en los dos trabajos con el saxofonista griego Thanos Athanasopoulos en que compartían composiciones, Pin llevaba ejerciendo de compositor junto a su alter ego Malcolm Stilton en todos sus últimos trabajos. Creo que esto es lo primero que me gustaría destacar de este disco, no solo hay tres músicos sino que hay tres protagonistas en la ejecución y sobre todo en la creación. Conozcamos a la sección rítmica. Juan Cañada ya había puesto su contrabajo junto a Pin en su último trabajo Óstraka, 2019. Y a Sergio González (batería) lo conocemos por su especial contribución en el disco de Inés Carreño, Llanto, risa, calma, 2019. Básicamente vamos a encontrar hardbop y algunas libertades que van apareciendo a medida que escuchas varias veces el disco. Si lo queremos comparar con un vino, este disco es de los terroir o terruño,  no por la denominación de origen sino por la manera de trabajar. A Marcos Pin le gusta cuidar todos los detalles, la portada, de nuevo el equipo de Rafa Posadas (fotografía) y Rocío Alen (diseño) insisten en los tres colores, siempre blanco y negro y un tercero (Impulse records tiene mucho que ver) pero vamos con las canciones. Empieza con Santiago, su ajetreo (batería) su ritmo (contrabajo) y la magia que le encuentra Pin a esta ciudad que seguro que es diferente a la que le encuentran los de la concha peregrina. El trio lleva prisa y veremos si van a mantener este tempo en todo el disco. De pronto el contrabajo se queda solo para anunciar a través de una intro el siguiente tema, Walking Steady (Sergio Gonzalez) este tema desde la primera vez que lo oí me crea una imagen muy curiosa, son dos surtidores de fuegos artificiales, a la izquierda la batería y a la derecha el contrabajo, van escupiendo guirnaldas, palmeras y otros artificios de colores y formas y en medio de los dos, la guitarra pinta un cuadro sin colores sólo blanco y negro, a mitad la guitarra desaparece, precioso el juego instantáneo de la sección rítmica. A partir de ahí las dos columnas desaparecen y los tres dibujan en el mismo lienzo, solo de batería y cierre. Una composición excelente. El siguiente tema Ivy (Juan Cañada) también tiene su intro (a eso me refería cuando hablaba de cuidar los detalles) ahora la intro corre a cuenta de Pin, Ivy es un tema complejo, parece que va a girar sobre unas notas muy claras, pero empieza un solo de contrabajo y el trio se debe a Cañada totalmente, Pin se irá acoplando y cogiendo el relevo en el liderazgo hasta acabar en el rico triángulo equilátero. I’m free (Bob Haggart) debo reconocer que al principio pensé que el bromista de Pin se había inventado otro alias, no conocía a Haggart y los acordes me parecían robados de Round Midnight, la cuestión es que son más de ocho minutos llevándonos a ese blues atemporal que es terruño puro. Una delicia para llenar una y otra vez la copa. Aquí la sección rítmica cumple su papel (muy bien por cierto) pero la guitarra es la auténtica dueña y señora. Smoke Bag (Malcolm Stilton) me imagino que si le acusan de robar acordes a Deep Purple la culpa será para Stilton. La manera de tocar el bajo con esa potencia y el repiqueteo de la batería consigue efectos muy curiosos. Waltz 4, Cañada coge el arco y empieza una especie de vals hermanado con ese jazz manouche que últimamente le toca la fibra a Pin, en algunos momentos el compás parece llevarnos hasta el bolero suave y armonioso, una preciosidad.  Mr Guerra, song for Ginés, nos vamos hacia el continente sudamericano, otros ritmos, otros colores, otro vacilón. Rosa’s básquet, volvemos al norte del continente americano  para encontrarnos con ese swing que hace mover caderas a cualquiera, el contrabajo bebe gustosamente del primer rock & roll y podíamos estar en un club de Tennessee bailando rockabilly ¡Animo y a la pista! Para cerrar, On the Edge (Sergio González) curiosamente volvemos a la velocidad del primer tema, aquel Santiago con que habíamos empezado, ¿será una excusa para volver a poner el disco? Creo que va ser que sí.  + info | vídeo y fotos: Rafa Posadas.

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