Marco Mezquida
All About Marco
Woll Damm Barcelona Jazz festival. 21 de enero de 2021
La propuesta del festival se llamaba All About Marco y consistía en presentar algunos de los múltiples proyectos que lleva entre manos el músico más solicitado del panorama nacional. El compositor y pianista menorquín Marco Mezquida. Supo Mezquida empezar la noche con un juego muy interesante, escogió El cielo en tus brazos de su disco en solitario Amateur y consiguió que sus compañeros entraran en el tema con soltura y que sutilmente lo enlazaran con No passis pena (de su Talismán) aquel Marco Mezquida que hace pocos años era capaz de compaginar una noche en Robadors 23 con ilustres genios que compartían con él el riesgo del jazz sin fronteras y la siguiente llenar el Palau de la Música solo con su piano, sabe ahora escoger bien los músicos con los que quiere investigar. Martín Meléndez que usa el violoncelo de mil maneras increíbles y Aleix Tobías (maestro indispensable de las percusiones, tanto de folk como de jazz) son los escogidos para este Talismán, y no solo porque ya eran los compañeros del proyecto Ravel’s Dream, sino también porque es difícil imaginar dos personas más risueñas y felices en escena (ideales para este Talismán que desprende una luz especial) En homenaje a ellos siguió la noche, Vientos Eliseos es una clara referencia a la música de Eliseo Parra (y por ende a Tobías alumno predilecto del folklorista) Y Carpe Diem está dedicada a Meléndez. Otra vez la fusión de los dos temas se produjo con naturalidad, Tobías al acabar el primero se puso delante de sus percusiones armado con un gran pandero y dispuesto a jugar con sus compañeros a la libertad de un trio sin fronteras, uno de los momentos más mágicos de la noche, sin la dichosa presión covid, estoy seguro que hubiese habido más momentos como este. Aprovechó Mezquida para saludar y explicar lo que había sonado hasta el momento y lo que vendría que fue Trenzas (a esas trenzas que le “flipan”) y Es jardí de ses ànimes (dedicada a una persona que perdió un hijo recién nacido) esa es la grandeza de este disco Talismán, que lo que Mezquida llama pequeñas canciones son pedazos de historias que con los tiempos serán los estándares de este siglo. Además nunca suenan igual, cada vez evolucionan de diferente manera, como los buenos vinos ¡qué grande! Sorprendente el solo de Tobías y la manera en como vuelve a ligar con Es jardí de ses animes. De golpe el universo Raveliano, gran reto llevar a los clásicos al universo del jazz, Meléndez enorme, demostrando de cuantas maneras se puede tocar, acariciar, pellizcar un instrumento y para terminar esta primera parte Serotonina, es un tema precioso que juega entre los desarrollos saltarines del ragtime y las descargas más bluseras, según la noche todo cambia. Cambio de camisa y cambio de formación.
Era el turno de Beethoven, en la batería David Xirgu, en el contrabajo Masa Kamaguchi y en la flauta Pablo Selnik. Después de una breve introducción con la novena sinfonía llegó la Obertura Coriolan con lucimiento de Xirgu, que podemos añadir de un hombre que tiene grabados más de ochenta discos de jazz y que ha tocado con tantos músicos, pues que se adapta a todo lo que le echen. Otra pequeña intro, ahora de la famosa 5ª sinfonía y tiempo para que se luzca Kamaguchi en la 7ª sinfonía, el japonés tiene un estilo particular, además de una pulso de los más potentes que conozco , con esa presencia un poco despistada de “dónde me hallo, y que papeles me tocan” tuvo momentos muy buenos. Un par de movimientos todavía de la 7ª, la flauta de Selnik (quizás el músico menos conocido para el gran público, pero presente en los trabajos más arriesgados del momento) aportaba otras ideas que con más tiempo quizás me hubiesen aportado paisajes a descubrir, pero no acababa de encontrarme a gusto en esta propuesta, me costó digerirla después del maravilloso primer plato que había terminado de consumir. Pero bueno faltaba el postre, aunque entre medio se coló otro platillo, la artista omnipresente en este Festival, Silvia Pérez Cruz no quiso perderse la oportunidad de entrar en el espacio de su querido Mezquida. Personalmente hubiese preferido más espacio para el postre que se quedó reducido a 3 temas, pero manda quién manda. La cantante del Empordà aprovecho la maestría de Mezquida para adaptarse a cualquier improvisación para hacerlo cómplice de su juego “atrevido” con algunos de los temas populares que aborda en su nuevo disco, desde Llorona hasta la Oración del remanso. La verdad es que fue el momento más libre de la noche y el ejemplo perfecto de cómo Marco Mezquida puede adaptarse a cualquier situación. Sílvia Pérez lo sabe y se dejó ir con mucho estilo demostrando sus facultades como cantante y cómo improvisadora. Y ya con prisas y faltos de tiempo (que pena) llegó el postre. Chicuelo a la guitarra, Paco de Mode a la percusión y Mezquida con otra camisa nueva pero el mismo espíritu libre. Supongo que ya conocéis sus dos discos con los que han viajado por todo el mundo con esta combinación tan particular de composiciones de Chicuelo y de Mezquida, que tan bien se compaginan. Para la ocasión volaron con los tanguillos de Romesco de su segundo trabajo No hay dos sin tres, tres hombres lanzados a un galope desbordante que demuestra el grado de compenetración para poder seguir ese frenesí. Siguieron con Engaño del primer disco, Conexión. Mucho más sereno con una introducción de Chicuelo que permite que Mezquida juegue a buscar sonidos originales en el piano y poco a poco perderse en músicas atemporales y bellas. Paco de Mode se soltó a gusto y arrastro con su improvisación a los dos maestros a su terreno percusivo. Y había que cerrar por bulerías, Al sol también de su primer trabajo, otro vuelo libre de pájaros que saben volar en formación creando escenas bellas. + info | relacionados | Fotos : Joan Cortès