Mamadou Diabate

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Mamadou Diabate Mamadou Diabate
"Heritage"
World Village, 2006
www.mamadoukora.com

Natural de Mali, este intérprete de la kora no será demasiado conocido al compartir apellido con su primo y mentor Toumani Diabate, pero no obstante, nuestro hombre tiene suficientes cualidades para hacerse respetar.
En este su tercer trabajo Heritage, Mamadou Diabate ofrece un trabajo delimitado por la frontera de su tradición musical, y aunque no lo parezca arriesga en su realización. Hijo de un conocido intérprete de kora, una especie de arpa de 12 cuerdas de orígenes ancestrales y embaucador sonido, Mamadou aprendió desde muy niño el oficio. Tras viajar por el mundo, residir en los Estados Unidos y colaborar con músicos de jazz, el artista ha depurado su arte hasta definir un sonido propio, digno y repleto de memoria. A lo largo de los años ha colaborado con artistas de la talla de Angelique Kidjo o Taj Mahal. En su proceso creador, el artista ha sabido fundir conocimiento y creatividad con un talento improvisador. Cuando me refería a que en este tercer trabajo Diabate arriesgaba, lo decía porque dentro de la tradición griot, de transmisores del saber musical del pueblo mandinga, la música que interpreta el artista está pensada para acompañar a un cantante. Mamadou, tocado por esa inspiración, que pocos tienen, se lanza y decide interpretar los compases de su tradición sin ningún tipo de acompañamiento vocal con lo que aporta cierto valor innovador. Pero no olvidemos que el acierto en la apuesta también pertenece a los músicos que le acompañan a la hora de dar vida al sonido de este su nuevo trabajo. Los cuatro jinetes musicales que le acompañan son el guitarrista guineano Djikorya Mory Kante, el balafonista Balla Kouyate, Baye Kouyate a los mandos de la calabash y las percusiones y el bajista americano Noah Jarrett. La química producida en la disolución de sus respectivos jugos mentales es lo que hace de este trabajo algo que se acerca a nuestros oídos desde el punto de vista de una tradición con ganas de evolucionar; pero no para acercarla a pensamientos occidentales. Afortunadamente, Mamadou Diabate elabora y ejecuta doce piezas para encontrarse con su pasado, con sus armonías, sin traicionarlas, sin venderse al consumo del world music, y, sobre todo, con integridad. Los más alejados a este tipo de música encontrarán en los ritmos, las melodías y el sonido de la kora, un entorno sonoro agradable, cálido, envolvente y, afortunadamente, muy cercano. // Antonio Álvarez