Lluc Casares.
“Septet” The Changes, 2021
El saxofonista catalán, después de dos años viviendo en Nueva York se instala de nuevo en Barcelona, reúne a sus cómplices musicales y nos ofrece este Septet. Septet de ocho músicos (aunque la alternancia de trombonistas da siete). ¿Nos presentas a tus compañeros de aventura?
Claro, empezaremos con el batería que es mi hermano Joan, por supuesto el que más conozco aunque hay otros con los que he trabajado desde hace mucho tiempo como Pol Omedes en la trompeta que aparte de coincidir en el ESMUC ya habíamos hecho unos cursos de música clásica de adolescentes, en estos cursos estaba también Irene Reig (además de conocerla como amiga de mi hermano) entonces Irene tocaba también el piano, Xavi Torres el pianista es un curso menos que yo en el ESMUC y además Xavi estuvo viviendo en Ámsterdam al mismo tiempo que yo. Bueno en Ámsterdam coincidimos con Alba Pujals (trombón) mi hermano, Irene. Rita Payés (trombón) la conozco de Barcelona y tenía claro que ella debería estar en el proyecto. Y Pau Sala (contrabajo) toca en un grupo de mi hermano Smack Dab dónde también estoy yo.
Me gusta la portada con esa imagen de música en vivo, con el trio base y cuatro sillas delante para los vientos.
Joan, que dibuja muy bien, la hizo a partir de una idea que tuve, está inspirada en la sala Robadors 23 dónde tocamos antes de la pandemia una vez al mes.
Si en Barcelona con decenas de músicos de un alto nivel, ya es difícil destacar, no puedo imaginarme lo que debe ser Nueva York.
Nueva York (así como otras ciudades como Londres o París) es una ciudad muy grande con muchos músicos y mucha competitividad pero a la vez hay muchos más circuitos, diferentes escenas, clubes y sitios donde tocar. La energía de Nueva York por eso no se puede comparar con nada, el Jazz es de ahí y esto es un factor altamente diferencial. En Barcelona hay sitios pero no es proporcional a la cantidad de músicos. Aquí por desgracia parece que no interesa demasiado el jazz a nivel institucional.
Barcelona Art Orchestra, 9 de enero en l’Auditori, ¿qué significó para ti?
Esto lleva gestándose hace un par de años, a partir de unas cervezas con Lluis Vidal, un músico clave para la música que se genera aquí, él fue uno de los impulsores de la Orquesta de Cámara del Teatre Lliure y gente como él o Joan Albert Amargós siempre han tenido mucho a ofrecer como compositor. Junto a Nestor Giménez (pianista) y a Joan Vidal (batería) a partir del encuentro con Lluis, nos encontramos los cuatro y ahí salió la Barcelona Art Orchestra (a medio camino entre el jazz y la música de cámara) ahora estamos preparando el segundo proyecto que será el primer disco Ragtime Stories. A ver qué pasa.
Si te parece vamos con el disco ¿Decidiste escribir música para septeto o usaste el septeto para tocar una música que tenías en mente?
Decidí escribir música para septeto, me gusta mucho escribir música y sobre todo arreglarla, intentar escribir bien para los instrumentos en sí. Me inspiran muchos septetos de la historia del jazz, entonces estaba estudiando en la Julliard de Winton Marsalis y él tiene un septeto muy destacado en la música actual. Al volver a Barcelona le pregunté a Juan Pablo Balcazar (contrabajista y programador de Robadors 23) si me dejaba probar esta música mensualmente en la sala. Esto duró medio año hasta que empezó la pandemia y aquí fue creciendo el disco.
Empezamos con Foam, ¿por las balas?
Si, en cierta manera, cuándo lo escribí era el momento de las manifestaciones para cerrar el aeropuerto y cuándo dos personas perdieron un ojo por las balas de foam. Pero esto de Foam venía de los Estados Unidos, había limpiadores de manos Foam Sanitizers y me chocaba mucho la palabra Foam y el tema iba a llamarse Foam Sanitizers pero a partir de lo del 1 de Octubre paso a Foam
Algunos detalles de vientos me recuerdan al septeto de Miles.
Evidentemente.
Jep’s Job, cambio radical, estamos en 2021, me parece todo un ejercicio de composición que conjuga muchos estilos musicales. Muy fresco.
Ya puede ser, cuando empecé esta pieza era espíritu de Nueva Orleans, pero con el tiempo hice tantos cambios que sí que cambió mucho.
A walk, podría ser composición para orquesta, mucha amplitud. Como aquellas maravillosas orquestas de Ellington con Coleman Hawkins. Tu solo espectacular.
Hay un tema de Count Basie llamado Lil Darlin que me inspiró, pero después a nivel armónico lo mío es más disonante, más cercano a Cedar Walton. Pero si, la referencia son las orquestas de los años 30 y 40.
How far is Washington heights, cambio radical ¿Más cercano a Ornette Coleman?
Es la misma armonía del tema How High the moon que tanta gente ha interpretado, (aprovecha para cantármelo) Washington Heights era el barrio dónde vivíamos en Nueva York por eso nos hacía gracia “como de lejos está” era un homenaje al rato que teníamos que esperar en el metro.
Nova Iberia con su intro y el tema los relacionas con Albeniz, con Lluis Vidal o con ninguno de los dos.
Con ninguno de los dos, estuve en una exposición dónde hablaban de Nova Iberia que era una revista del bando republicano en la guerra civil y que parece ser que tenía una calidad extraordinaria para la época, fotos con gran calidad y textos con matices literarios para levantar el ánimo de las tropas. Latina que solo duró un año y medio, hasta que entraron las tropas en Barcelona. Así que decidí ponérselo a mi próximo tema.
Plantukis. Xavi Torres cambia a teclados, ¿Herbie Hancock debe considerarse uno de los pilares de la evolución del jazz?
Si, el sexteto de Hancock me parece muy interesante, es uno de los músicos más revolucionarios del jazz. Su Speak like a child. Ble Note, 1968 es un álbum a escuchar.
Y el plantukis outro. Solo Xavi Torres y tú al clarinete ¿no?
Si, esa es la idea. Así saco a pasear un poco el clarinete.
Hasta ahora todas las composiciones eran tuyas, para el final dos versiones. Has metido baza en arreglos. ¿Por qué? ¿No estaban bien?
Estaban bien pero no eran para esta formación.
I’ll let you know (Cedar Walton) no puede evitar sonar a trio, muy buenos tu hermano Joan a la batería y Pau Sala al contrabajo.
En este tema es casi igual, es la melodía armonizada y ya está. Sí, mi hermano y Sala están increíbles y Xavi improvisó una armonización de la melodía que no estaba escrita y cuando lo oí me quedé impresionado
A starlings theme (Frank Strozier) no conocía a este compositor saxofonista.
Creo que sigue vivo pero desapareció de la escena hace mucho tiempo, me dijeron que no quiere saber nada, vive cerca de Boston y cuándo intenté ponerme en contacto me dijeron que no le molestara. El disco dónde está este tema de Stroizer es un discazo, totalmente recomendable. Están con él, Booker Litlle, Paul Chambers, Wynton Kelly y Jimmy Cobb. No es conocido y es una maravilla. Era de Memphis y vino a Nueva York a finales de los cincuenta.
¿The Changes es tu propia discográfica?
Bueno somos seis, Pol Omedes, Irene Reig, Oriol Valles, Héctor Floría mi hermano y yo. Y hace dos años que existimos como tal. Y hemos sacado nuestros discos y otros de otra gente, ahora estamos con un ciclo en La Deskomunal en el barrio de Sants. Estamos contentos. Es divertido y nuevo para nosotros, está muy bien el depender de uno mismo para sacar un disco. Pol Omedes sacará la semana que viene un disco con nuestra discográfica The Changes que se titula Pura vida, más cercano al soul jazz, sesentero con percusión. Será su cuarto disco.
Mucha suerte con el proyecto. + info | relacionados