Lila Downs Ojo de Culebra

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Lila Downs Ojo de CulebraLila Downs
"Ojo de Culebra"
Blue Note / Emi,  2008
www.liladowns.com

 En 2005, Lila Downs ganó un grammy por el vibrante One blood, una sangre, con el que se dio a conocer a un público más amplio, y con el que consiguió situarse en la primera línea del panorama de las músicas del mundo. Un año después dedicó su voz a La Cantina, en donde hacía un recorrido por las rancheras y el dolor y sentimiento de la tradición mexicana más conocida, dejando a un lado los rasgos más folk e indígenas. No hay que olvidar que es hija de madre oaxaqueña y padre estadounidense. Ahora, tras un año de descanso, y quizás con la intención de romper moldes y dar un paso más en su carrera hacia la modernidad de su música, edita Ojo de Culebra, un trabajo muy internacional y cosmopolita, pero a la vez menos indígena y decorado con demasiadas colaboraciones internacionales, quizás para hacerlo comercialmente más atractivo. Publicado por Blue Note, el álbum, con catorce piezas y unos cuarenta y ocho minutos de duración, se apoya en esas colaboraciones para crear unos temas más livianos musicalmente, creando canciones pegadizas que se aproximan a un sonido más rock o pop, y sin perder por ello el valor de la letras, su compromiso y valentía. No por ello, el disco carece de energía y ganas de hacer una obra de interés porque Lila sabe que debe crear un producto de calidad para convencer a seguidores y ser fiel así misma. Será esa la razón por la que Downs amplía sus horizontes, sus expectativas y explora sonidos adyacentes, con la posibilidad de atraer un público más generalizado.
En esa modernidad, la artista mantiene el castellano y el inglés como idiomas propios pero deja a un lado el de sus oaxaqueños antepasados, cuyos temas quedan más relegado a la parte final del disco, en donde hay composiciones de características más tradicionales y cercanas culturalmente a esa cosmología.
El disco suena con una calidad excelente, la voz y los instrumentos son limpios pero le falta la fuerza y contundencia, por ejemplo, de One blood. También suena a exceso la presencia de los diferentes registros vocales de la mexicana, demostrando en los tonos más bajos y sencillos su capacidad de atracción y de enamoramiento hacia los oyentes.
Las colaboraciones se abren en la primera pieza con la cantante de Chambao, La Mari, con quien interpreta el tema que da nombre al CD, Ojo de culebra, y que se vuelve de lo más dulzona y resultona. Otra con estas características es la de Justicia, que cuenta con un comedido Enrique Bumbury luciendo melodía y ritmos. Tierra de Luz, con Mercedes Sosa, Perro negro, con Rubén Albarran, de Café Tacuba, Gilberto Gutiérrez, de Mono Blanco y Raúl Midón, un estadounidense fronterizo con quién aborda el clásico Black Magic Woman, constituyen la pleyade decorativa del disco.
Vale la pena destacar Perro Negro que se abre a sonoridades propias de la Europa Oriental y zíngara y Minimun wage, que se aproxima a las guitarras propias del blues de Nueva Orleans. También en inglés con Silent Thunder roza ritmos y cantos cercanos a la cultura India norteamericana. Con Envidio el viento, escrita por la country Lucinda Williams, Downs baja el tono festivo para firmar una interpretación de altura que se hace suya. Por otro lado, genera cierta incertidumbre la personal adaptación que la mexicana elabora con Black Magic Woman, de Peter Green y popularizada por Santana en los 70.
Con instrumentación actual y eléctrica junto a la propia de la tradición mexicana, los músicos y compañeros Paul Cohen, Aneiro Taño y Brian Lynch secundan con lucimiento a la méxico estadounidense.
Compromiso y diversión festiva se dan cita en esta nueva entrega de Lila Downs, que aunque carezca del exceso de garra de anteriores trabajos, atrapará a los nuevos allegados y, sobre todo, a aquellos que lo puedan disfrutar en directo, donde la energía y el magnetismo de la cantante y antropóloga social se desborda para beneplácito de los presentes// Antonio Álvarez