Lala Njava
«Malagasy Blues Song» World Music Network, 2013
Como dicen las líneas del libreto interior del disco «si la voz de Lala Njava fuera un color, sería el indigo – el matiz pensativo que suena con un profundo y punzante toque de blues». Las particularidades fonéticas del malgalche, unidas al singular timbre vocal de Lala, a las que hay que sumar la cuidada instrumentación, en la que no falta el acordeón del célebre músico Regis Gizavo, o el banjo de Quentin Dujardin, hacen de estas diez canciones una experiencia sonora única y embriagadora. Este es sin duda un disco en el que la vocalista malgache utiliza su nombre en detrimento de la formación que la vio crecer en los años noventa: Njava, una banda formada en torno a sus hermanos, y que le llevó a colaborar con los afamados Deep Forest, grupo enseña de ese género venido a llamarse etno-electrónica. La prístina guitarra de Dozzy Njava en Dinako teletransporta desde la tierra de los lémures y los baobabs hasta la arena continental del África subsahariana en un ejercicio de blues magistral. Tal vez el secreto de las cuerdas vocales de Lala provenga de las enseñanzas de aquella chamán de su pueblo llamada Mama Sana, que le impartió el magisterio artístico que ahora exhibe virtuosamente, y como no, de su propia genética. El sentimiento de blues que embarga unas canciones que basculan entre la nostalgia (Soa gnany), los medios tiempos (Pardon à l´Afrika), y el ritmo festivo y contagioso (Baovola), proviene en parte de la valiha, una cítara típica de Madagascar con cuerpo de bambú y cuerdas de corteza, instrumento también utilizado en Vietnam y Filipinas, que provoca esa sonoridad acústica tan exótica. Uno de los temas más exquisitos del álbum es Blues song, tan pausado y relajante que embruja como un hipnótico mantra. Mientras que Mosera suena totalmente nocturno y espectral, y parece que va a romperse en cualquier momento de tan delicada interpretación que desprende con el minimalista tándem de voz y guitarra. Como colofón, decir que las inquietudes de Lala no terminan en los escenarios ni en los estudios de grabación, y que regenta junto a sus hermanas su propia ONG, Dames d´Amour, que lucha por mejorar las condiciones de vida de niños y mujeres en esa isla tan particular que es un cruce de culturas y etnias simpar. + info I Relacionados I Miguel Ángel Sánchez Gárate