La Musgaña
La Musgaña, rejuvenecer conservando la identidad.
Es curioso que una vez más se cumpla el estereotipo y una formación como La Musgaña que debería ser patrimonio histórico y cultural del país, como otros tantos grupos de las músicas tradicionales y de raíz, sea más apreciado internacionalmente que en su propia casa. A pesar de esa situación, de la falta de un apoyo institucional necesario, La Musgaña sigue adelante tras veinte años. Su último disco, Idas y Venidas, es un paso más en su carrera. Después de los malos momentos, del accidente de uno de sus miembros originales, Quique Almendros, la vida continua y la nueva formación que funde juventud y experiencia parece generar un sonido nuevo y fresco, que no traiciona a nadie. Carlos Beceiro, uno de sus integrantes más veteranos ha conversado con nosotros para explicarnos el actual estado del grupo.
El año pasado publicasteis el recopilatorio de veinte años de trabajo y ahora llega Idas y Venidas. ¿Qué aportáis en este nuevo trabajo?
Reflejar lo que es actualmente el grupo, esta formación. Y reflejar en el disco, lo más fielmente posible, lo que tocamos en directo. Y al revés. Evidentemente el recopilatorio es una colección de temas de estos veinte años, mientras que Idas y venidas es un álbum totalmente nuevo, con nueva música y en forma de cuarteto. Queríamos hacer un disco muy directo y lo hemos conseguido. De hecho, en los conciertos tocamos el disco íntegro, en el orden en el que está, y sin ninguna otra composición.
¿En qué ha cambiado vuestra música en veinte años, y especialmente en esta última etapa, desde Temas Profanos?
Temas Profanos era un disco en trío. Estábamos, Quique, Jaime y yo. Era un disco muy de estudio y de laboratorio. Muy pocas veces estábamos los tres juntos. Digamos que íbamos cada uno cuando podíamos, tocábamos nuestra parte, nuestra pista y así todos. En este disco hemos querido hacer lo contrario. Hemos tocado los cuatro a la vez en directo en el estudio, sin claqueta, sin percusión. Grabábamos dos o tres veces un tema y escogíamos la pieza que más no gustaba. Luego lo mezclábamos y ahí está el resultado. No es un disco en directo, pero digamos que si es un directo sin público.
Todos a la vez, ¿una actuación sin trampa?
Exactamente, no hay recordings. En Temas Profanos yo metía la guitarra, el bouzuqui y el bajo, y evidentemente a la vez no podía con todo. Ahora cada uno tocamos un instrumento y ha resultado más natural.
¿Es un sonido más puro?
Tampoco eso. Me gustó mucho grabar Temas profanos porque utilizamos el estudio como un laboratorio de ideas, de experimentación; pero esta otra forma también tiene su encanto, quizás, y diciéndolo entre comillas, es más auténtico. Pero que conste que lo otro también era muy interesante.
En cuanto a la música, ¿podrías definirla? Comparando el sonido de los dos últimos trabajos, me parece estar ante un grupo de música tradicional de cámara. Se acerca a la parte más clásica de la interpretación, siendo temas populares…
Así es. Esa era un poco la intención inicial con la que jugábamos. Cuatro músicos tocando a la vez, intentando hacer arreglos no barrocos, pero si polifonías, voces, arreglillos. Acercándonos un poco a la sensación de ensemble, o de como podía ser un cuarteto de música clásica o renacentista. Todos los temas son tradicionales menos un pasodoble que es de Diego. Además, la mayoría son temas de dulzaina, aunque no hay dulzaina en el disco. Es un repertorio que nos gusta mucho. También hay muchos temas de Burgos, sobre todo, pero también de toda Castilla, de Ávila, León, Segovia, Salamanca…
"HEMOS QUERIDO DAR SALIDA A NUEVAS IDEAS Y MÚSICAS CON LA ENERGÍA DE JORGE Y DIEGO"
¿Este nuevo sonido de La Musgaña, puede facilitaros un acercamiento a otros públicos o ofrecer algo más variado al público que ya os conoce?
Creo que queremos ofrecer un sonido más amplio y variado al público que ya sabe que es La Musgaña. En los últimos cinco años, por la tragedia de Quique, tuvimos que rehacer el grupo y tirar de repertorio antiguo. Coincidió también con el veinte aniversario, con lo que también tuvimos que hacer un repertorio antiguo para explicar nuestra propia historia. Después de estas circunstancias queríamos romper e iniciar una nueva etapa para ofrecer algo nuevo a nuestros seguidores, pocos o muchos. Tampoco un grupo después de veinte años va a hacer un cambio radical, pero en la medida de lo posible, queríamos variar, también por nosotros mismos. Y dar salida a ideas y músicas con nuevos arreglos. También recoger la energía que nos han dado Jorge y Diego, más jóvenes que Jaime y que yo. Digamos que es una suma de energía juvenil y veteranía.
A la hora de trabajar en los temas, de hacer los arreglos, de crearlo, ¿ha sido un trabajo de cuatro, o de dos más dos?
El trabajo de crear un disco cuando estamos de gira es agotador y casi nunca podemos trabajar de forma conjunta. En esta ocasión el proceso se ha realizado en mi casa después de las giras. Quedábamos un par de días a la semana y ensayábamos ocho horas diarias. También tocábamos en casa de Jaime. Así durante dos o tres meses antes de la grabación. Tocábamos los cuatro, probábamos, continuábamos y opinábamos. De verdad que ha sido un trabajo conjunto.
El repertorio son temas tradicionales, menos uno de Diego, ¿son producto de vuestras investigaciones, temas antiguos que esperaban ver la luz? ¿Cómo han surgido esos temas?
La mayoría son sacados de cancioneros tradicionales de música popular que están editados por gente que sabe muchísimo más. Nosotros hicimos investigación de campo muy al principio. Ahora hay gente que ya ha hecho transcripciones y recopilaciones de temas de dulzainas, dulzaineros, gaiteros. Sólo hay un par de temas que se nos quedaron de Temas profanos. También unas dianas, Dulzainas y moscatel, que ya veníamos tocando antes.
¿Como valoráis el recorrido hecho a lo largo de estos años. Cuál es el balance de estar ahí con La musgaña desde El diablo cojuelo, que fue el primero?
Han habido momentos difíciles. Por supuesto lo de nuestro compañero Quique, ahora hace cinco años. Fue lo más difícil y trágico. Por lo demás, ha sido un aprendizaje y una carrera para Jaime y para mí, que somos los que quedamos del grupo inicial. Tocar en el extranjero, que hemos tocado muchísimo, nos ha enseñado mucho. Creo que hemos tocado más fuera que dentro y para mí ha sido muy positivo. Hemos aprendido de otros músicos, de los que veíamos por ahí. Porque claro, ahora te metes en youtube y ya sabes como es un grupo, pero hace diez años no había forma. Entonces íbamos a tocar al extranjero y veíamos a grupos alucinantes. Bueno y también de los malos. Como decía Tete Monteliu, de los buenos músicos tienes que aprender lo bueno y de los malos lo que no se debe de hacer. Y sigo aprendiendo. Ahora, en los actuales conciertos percibo que la gente nos tiene mucho aprecio. Recibimos el cariño de la gente, seguramente porque también lo han pasado mal, como nosotros. Supongo que ven que el grupo tira para adelante y les reconforta, y a nosotros nos da ánimos.
Tocáis más fuera que dentro, sois una especie de embajadores de la música tradicional castellana y española. ¿Se aprecia la música tradicional, o se aprecia a La musgaña, más fuera que dentro?
Hasta ahora sí, pero desde hace unos años, aquí ya vamos haciendo más conciertos y hay una respuesta más positiva de la gente, y un abanico más amplio de público. También porque los hijos de nuestra generación también se acercan a vernos. Han oído hablar de nosotros. Por suerte o por desgracia, creo que La musgaña no se ha puesto nunca de moda. Nunca hemos estado en un top forty, ni hemos hecho la música para un anuncio de televisión, así que evitando las grandes subidas hemos evitado las grandes bajadas. Nos hemos mantenido ahí con nuestro público, nuestros conciertos, con ocho discos y ahora se esta viendo un poco el resultado. También somos de los que resisten. En el camino se han ido quedando muchos grupos. Nosotros solo nos hemos dedicado a esto. Hacemos otras cosas aparte de La Musgaña, pero siempre la prioridad es para el grupo, tanto de Jorge, Jaime, Diego y yo.
¿Os sentís reconocidos después de esa trayectoria, después de esos ocho discos y ser embajadores de la música del país?
Por parte del público si se nos ha reconocido, pero por parte de las instituciones no. Eso lo digo de forma categórica. Nunca nos han ayudado en nada, en lo más mínimo. En las giras siempre nos lo hemos pagado todo nosotros, los billetes, los hoteles; vendiendo discos para pagar los gastos. Hemos tenido invitaciones de festivales internacionales, cartas para el Ministerio de Cultura, o las entidades de la Comunidad de Madrid, para que nos apoyaran, pero nunca nos han ayudado. La única institución que nos ha ayudado ha sido el Instituto Cervantes. Con ellos sin que hemos tocado en muchos sitios. En octubre vamos a Moscú y hace poco hemos estado en Toulouse. El resto nada. Por suerte, en este último disco Caja Burgos nos ha ayudado a financiar los gastos del álbum.
"LA ÚLTIMA VEZ QUE TOCAMOS EN MADRID FUE EN GALILEO, HACE MÁS DE UN AÑO"
¿Esa falta de reconocimiento por parte de las instituciones es una muestra de que el resto de las músicas tradicionales en España, sigue más o menos ese camino olvidado, y que o eres uno de los que suena en las radio fórmulas, tienes tirón y congregas a multitudes, o sino no hay nada que hacer? ¿Es así?
Eso por un lado, y por otro, que estamos en una Comunidad Autónoma que no tiene entidad, o si la tiene, no es efectiva. Compañeros y amigos gallegos, catalanes o vascos, tienen instituciones que les pagan todo. Sólo necesitan que les inviten y le pagan hasta el caché. Lo digo porque lo sé. No es ni un reproche, ni una queja, es una realidad. En nuestro caso, alguna vez que hemos ido a la Comunidad de Madrid a solicitar alguna ayuda nos han contestado que si hacemos música de Castilla y León vayamos allí a solicitarlas. Y en Castilla-León, si nos preguntan dónde tenemos el domicilio fiscal, en Madrid, pues que tenemos que ir allí. Así que ahora que Jorge vive en Valladolid, y Diego en Burgos, estamos atentos a ver si conseguimos algo.
En Madrid, al principio porque no era moderno y ahora es que no te dan ni un duro. Además, nunca tocamos en Madrid. La última vez fue en Galileo hace más de un año.
Y en Barcelona, en Cataluña, no me suena que La Musgaña haya tocado hace mucho tiempo.
Hace mucho, en el CAT, en el Tradicionarius, pero hace como cinco o seis años que no tocamos allí.
¿Por qué no se trae a La Musgaña a tocar en Cataluña?
No lo sé. A mí si me invitan voy. Ahora voy a dar un curso en Torroella de Montgrí. Hace dos años que también participé allí y ahora repito. También voy a tocar con Josep Maria Ribelles, un artista de Cerdanyola, y tenemos mucho contacto con músicos catalanes, pero un concierto con La Musgaña, de momento nada de nada. Este disco queremos presentarlo allí en otoño, a ver si hay suerte.
¿Quizás es que cada uno mira para su propio ombligo?
Eso pasa en todas las comunidades. Es evidente. Pero en Madrid como no tenemos esa estructura, ni esas ayudas, pues menos aún.
¿Qué diferencias encontráis entre vuestras actuaciones internacionales y las domésticas?
No creas que hay mucha diferencia. Ahora mismo con esto de la globalización no hay mucho factor sorpresa. Vas a Vancouver, a Sebastopol o donde sea y estás anunciado con tiempo. El público ya ha visto en youtube lo que haces. Y aquí lo mismo. El que te conoce te conoce y el que no, pues si tiene un poco de interés, quizás te busque. Creo que no hay mucha diferencia. Si acaso, el público americano es más agradecido. Aquí en España yo tengo la sensación de que se está atento a ver dónde falla el artista. Eso no pasa en Estados Unidos y Canadá. Siempre cuento lo mismo. A veces, sales al escenario y ves a una persona en primera fila que tiene dos discos tuyos, que ya los ha comprado sin haberte visto. Es un público un poco más open mind, más abierto hacia el trabajo de artista. No se critica antes de actuar.
¿Cuál es el estado de nuestra música tradicional? ¿Tenemos público, vías de promoción, hacia dónde vamos?
La música folk es la que más festivales tiene. Más que el rock y más que el jazz, por supuesto. Hasta en Castilla. Vas a Galicia y tienes festivales folk en cada pueblo. Hay mucha gente joven que toca instrumentos tradicionales. Hay un mercado muy fuerte, mucho más que en Francia, Inglaterra o Italia. Lo que echo un poco en falta es que la mayoría de los grupos no son profesionales, hay mucho amateur, que no quiere decir que sea bueno ni malo. No es peyorativo. Todavía hay pocos grupos que se dediquen profesionalmente a esto. Hay público, compañías, revistas, un entramado que no tiene el pop o el jazz y, por tanto, hay futuro para este tipo de música.
¿Cómo es la relación con la industria discográfica, en este momento?
Tenemos nuestra propia compañía, Lubican Records. Tuvimos algún contacto con multinacionales hace diez años pero fueron espantosos, porque querían que metiésemos una cantante femenina y un batería. Querían hacer The Corrs y dijimos que no, que nosotros éramos La Musgaña. Lo que hacemos es lo que hacemos y así decidimos tener nuestra propia compañía. La distribución la realiza Karonte con los que tenemos un acuerdo, y estamos contentos. También llevo otros proyectos con ellos, como por ejemplo Ana Alcaide a quién produje el disco, o Bailes Vespertinos que es un dúo entre Diego y yo, que también publica Lubican. O sea que el contacto con las multinacionales es nulo.
E Internet, ¿os afectan las descargas? ¿La piratería afecta a grupos como vosotros, a músicas que no están en primera fila comercial?
Nuestros discos están en itunes y se pueden descargar pagando de forma legal, pero la descarga es mínima. Además, es curioso porque los usurarios descargan temas sueltos, nunca un álbum entero. Es una curiosidad que me sorprende. Sin embargo, ahora vendemos los discos en los conciertos. Nunca habíamos vendido tantos discos en veintidós años, como se venden ahora en las actuaciones. Supongo que en las tiendas no se vende, pero a nosotros nos da igual porque al venderlos en los conciertos, el beneficio es para nosotros. Por un lado, vendes menos discos, pero por el otro vendes más. ¡Una buena paradoja!
Has producido el disco de Ana Alcaide, ¿qué otros proyectos tienes a la vista?
Con Ana tenemos actuaciones en varios festivales. Actualmente estoy colaborando en un proyecto que se llama Evening Star, con el batería italiano Gigi Biolcati, Patrick Bouffard, Luke Daniels, Paul James y Victor Nicholls. Es un proyecto paneuropeo de música de baile. // Antonio Álvarez