Kejaleo
Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Luz de Gas, Barcelona. 27 de noviembre de 2013
Primero de todo me gustaría resaltar la gran profesionalidad y valentía de Xavi Turull que, tras sufrir un grave accidente en coche unos días antes y con el cuerpo bastante dolorido, no quiso anular la actuación. Lo mejor de todo es que a pesar de tocar mermado de facultades físicas, no se resintió la calidad del concierto. ¡Nos quitamos el sombrero ante él!
De nuevo fue el Festival de Jazz de Barcelona quien apostó por está banda compuesta por Xavi, Diego Cortés y Crís Fontecilla junto a Roger Blàvia, Jordi Franco e Inma Ortiz (la nueva cantante que sustituye a Rosalía Vila, inmersa en sus propios proyectos). Todos ellos unos virtuosos y experimentados músicos, que han transitado por el flamenco, pero que se desenvuelven por el jazz con la misma soltura. Está vez sí que tenían ya su primer disco editado, Alaire (Galera Group, 2013) que les ha llevado a actuar a múltiples festivales por todo el mundo. Ahora tocaba hacerlo de nuevo en casa.
La situación en el escenario era la habitual. O sea Xavi, con sus mil artilugios de percusión, y Roger, con su batería, estaban situados en el medio del escenario. Diego y Crís en los extremos. Inma entre Diego y Xavi. Y Jordi, con su bajo, entre Cris y Roger. Todos sentados excepto cuando la pasión de la guitarras de Diego o Crís les hacían dejar sus sillas y tomar el centro de la escena, o cuando Inma se abría paso entre los todos ellos y se convertía en el centro de atención.
Empezaron con Amalgama, ese tema emblemático de la formación del mismo nombre y que pertenece al pasado de Xavi, anterior a Ojos de Brujo, y que funcionó perfectamente como carta de presentación, ya que cada músico tuvo su momento. Después cayó la bulería de Mi Jardín y siguieron con el Solidere Solitaire. Solo escuchando estos tres temas ya se hizo evidente que el disco es una cosa y su directo otra. El vivo les da pie a estirarlos cuando están a gusto, alargar las intros, hacer improvisaciones libres y cómplices y jugar con esos diálogos musicales entre instrumentos. Sonaron Al Filo y la seguirilla de Lo Que El Viento Trae. Con ellas se apreció esa intensidad fuera de lo común que le ponen cuando las tocan. A continuación fue Pañuelicos donde Inma tomó el escenario con mucho arte, cantando y marcando los pasos, más que bailando. Llegó el momento de dejar a Diego solo, y que él aprovechó para demostrar lo “grande que es, en todos los sentidos. Tocando, golpeando la guitarra, grabándose y superponiendo varias capas de sonido. Tremendo como siempre. Al regresar el resto de músicos, Xavi comentó que podrían irse todos y dejarlo a él solo, porque ya era suficiente show, y vaya si lo es. Un par de temas más con ese Árbol De Vida, de aires árabes, y La Puerta, que fue el final. Y me gustaría resaltar que este grupo tiene algunas canciones cantadas, pero brilla especialmente cuando cada uno de ellos hace hablar a su instrumento, espectaculares. El bis fue con Chana, un tema que recuerda a lo mejor de Trilok Gurtu, con lucimiento en la voz flamenca de Inma haciendo scat, esa técnica de jazz que utiliza la voz como instrumento, y que acabó con un gran solo de Crís y con todo el público ya entregado.
Esperamos que no tener que volver a esperar otro año para volver a disfrutarlos. +Info | Relacionados | Miguel Amorós.