Jorge Drexler

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Jorge DrexlerJorge Drexler

Barcelona, Palau de la Música

30 de noviembre de 2006


 

 

El uruguayo llenó por dos noches el Palau de la Música de Barcelona en la presentación de su octavo trabajo, 12 segundos de oscuridad (Dro Atlantic, 2006). Con una propuesta valiente, planteó un concierto inspirado en los giros del faro de Cabo Polonio, alternó ráfagas de luz, con temas como Eco o Polvo de estrellas, apoyados en la programación, el techno y los sintetizadores, y momentos de intimidad, en los que, sin banda, solo con la guitarra, ofreció desnudos como Mi guitarra y vos o la versión a ritmo de milonga de un tema anglosajón, High and Dry de Radiohead. Este artista inquieto, investigador musical y poeta contemporáneo, no ofreció un concierto previsible, en el que un público de fast food pudiera corear sus temas, sino que revisó canciones de trabajos anteriores para darles un aire nuevo, emocionó con su talento para jugar con el tempo, el fraseo, los arreglos disonantes, las distorsiones, los efectos de sonido, los bucles de voz… Pero, sobre todo, emocionó con su autenticidad. Sólo en algún momento se acercó al precipicio del caos en su búsqueda de nuevas vías de experimentación. Asombró en temas como La infidelidad de la era informática, apoyado por el inspirado violín de Diego Galaz y el versátil contrabajo de Miguel Rodriáñez, o Soledad, compartida en este caso con el argentino José Luis Merlín en la guitarra clásica. Jorge Drexler se comportó como un amante experto, llevando a su presa, en este caso su público, una y otra vez al borde del clímax, para traerlo de vuelta a su terreno y expresar sus inquietudes artísticas. Un recital interesante, sólido y repleto de luz. // Mónica Rubio