Joan Garriga y Antonio Rivas
Tradicionàrius
CAT, Barcelona. 19 de marzo de 2015
Para quien no conozca el Tradicionàrius simplemente decirles que está actuación que vamos a comentar estaba dentro de su ¡vigésima octava edición!. Este festival es la muestra más importante de la música de raíz tradicional de todos los países de lengua catalana. Durante tres meses se programan más de cincuenta actuaciones, de más de sesenta grupos, no solo de esos Países Catalanes, sino también del País Vasco, Castilla, Murcia, Portugal, Francia, Bretaña, Italia, Noruega, Grecia, Argentina o Colombia, entre otros. Uno de los tipos de eventos que al Tradicionàrius le gusta hacer, es la de unir, en un mismo escenario, propuestas diferentes pero con algo en común, aunque en este caso y visto lo visto, con bastante en común y mucha complicidad. Se trataba de la unir la “rúmbia” de los catalanes La Troba Kung-Fú y el vallenato del colombiano Antonio Rivas.
La noche empezó con el cuarteto de este último, un maestro del acordeón diatónico, que vive desde hace años en Francia, pero que además de músico es también profesor de Matemáticas e Investigador en Física de Partículas. Acompañado de bajo, guitarra y guachara (parecido al güiro) y percusión, dio una lección de ese genero musical nacido en la costa del caribe colombiano y nos mostró sus ritmos, el son, el paseo, el merengue, la puya y la tambora. En sus muchos años de carrera no tiene gran producción musical, aunque sí algunos éxitos. Lo bueno es que sin conocerlos, su música animó irremisiblemente a bailar, y la concurrida sala, rápido se puso a ello. En los tres cuartos de hora escasos que duró su animada actuación, Rivas, además de cantar, demostró su virtuosismo y velocidad de pulsación de su acordeón.
En cuanto acabó, enseguida tomaron las tablas La Troba, en este caso también en cuarteto, o sea acordeón, bajo, guitarra y batería, y según parece van a emprender gira durante este año con esa formación más “cruda”. De cualquier manera Joan y los suyos siempre son certeza de fiesta, y aunque era su vuelta a los escenarios después de un tiempo de descanso, así fue. Empezaron, como no podía ser de otra manera con El Joglar para decir que todos ya estábamos a gusto y como dice su letra “borratxos de vallenato”, en el mejor sentido de la palabra, claro. Siguieron con la gozosa Loco&Motora, la clásica La Cançó del Lladre (también conocida como Clavell Morenet), su declaración de principios Rúmbia, la festiva La Parranda, la versión de El Son (de Dusminguet) y una invitación irresistible A Ballar. En ese punto Joan invitó a toda la banda de Antonio Rivas y se juntaron las dos formaciones para compartir escenario y repertorio. Durante otros tres cuartos de hora más pudimos disfrutar de Échalo Pa’lante, Evangelina y Javier Molina de Rivas o de La Moreneta, Bufa el Vent o Cumbia Infierno de La Troba, con las dos bandas a tope y sobre todo por la espectacularidad de los dos acordeones. También descubrimos el gran parecido de Alejandra (un tema clásico de Rivas) con Dansa de Amor (de La Troba), que además interpretaron juntas para que Joan “confesara” el origen de su canción y su admiración por el colombiano. Este a su vez (y ya lo ha hizo en su canción Malika), le dio, repetidas veces, el título de El Cacique de La Garriga. Así entre complicidades, buena música y algunos invitados más, como Rafalito Salazar de Ai Ai Ai, Nando Lumbalú o la bailarina habitual de La Troba, Carolina García, completaron una fiesta-concierto que acabó con la emblemática versión de la cumbia La Pollera Colorá y la sensación de que habíamos vivido una noche irrepetible. +Info | Relacionados | Miguel Amorós.