Hijos del trueno
“Sorprendentes adelantos” El Volcán, 2019
Hijos del Trueno es una orquesta de baile que viene a reivindicar la importancia de nuestra cultura popular (la rumba) como los Hermanos Cubero pueden reivindicar el folklore de la Alcarria. La rumba ha tenido tantas fases diferentes en Barcelona que vale la pena detenerse a comentarlo. Tomemos como punto de partida al maestro Peret, el primer artista que da un giro importante es para un servidor Gato Pérez, el argentino con mucho respeto incorpora la rumba en su universo musical, haciéndola crecer como género. Otros que le dieron otra vuelta insospechada y crearon un montón de seguidores fueron sin duda Ojos de Brujo. Estos serían los dos grandes nombres “revolucionarios” por supuesto que hay muchos más pero no es el momento. Otros menos famosos pero que también le dieron un meneo a la rumba fueron Tío Carlos. A estos quizás no les conozcas, peor vale la pena que investigues. Y ahora estos Hijos del Trueno vuelven a recoger el espíritu de las orquestas de baile, La Salseta La Plateria y mezclándose con gente tan alejada de la rumba como Maria Arnal y Marcel Bagés nos ofrecen este “Sorprendentes adelantos” aclamado por medios de pop como uno de los discos más importantes del 2019. ¿Por qué será? Por la portada e interiores no creo, una imagen del puerto mercantil de Barcelona cubre portada y contraportada. Interior, un dinosaurio verde “tipo Godzilla” rompe la zona del puerto dónde desembarcan nuestros queridos “turistas” ávidos de folklore y tradición. Vamos con el grupo, en la voz (e ilustración) Vicente Leone, a las guitarras Daniel Granados (ambos junto a Joe Crepúsculo habían creado Tarántula) juegan con unas letras que merecen dos escuchas antes de decidirse a juzgarlas, respecto a las músicas no tienen ningún problema en mezclarlas de mil maneras. Así empiezan con Derrumbao del faraón (no te pierdas el vídeo) una canción preciosa que pasea por Pensando en ti de Peret, y puede pasar del tumbao a la jota en menos que canta un gallo. En A la faldilla del Montjuic recogen los aromas de Gato Pérez. Los teclados de Guillem Caballero y la trompeta de Cristian Pallejà aportan música latina, las percusiones de Pau Albà lo reafirman. De repente damos un salto y estamos sufriendo el Viento de Detroit, pero aun que es un viento sucio industrial, siempre hay tiempo para bailar con las flores amarillas. Volvemos a Barcelona para ver pasar a Los zombis de mi ciudad (de nuevo recuerdo a Gato) reflexión sobre esta sociedad marcada por lo laboral y la uniformidad. Habanera sin rayos, un temazo, tanto por los acordes de guitarra, como por la voz de Leone en plan crooner y por supuesto la colaboración de lujo de Maria Arnal. Vamos con la cara B (tengo la suerte de tenerlo en LP) respetando la tradición una rareza para abrir la cara B, un tema que empieza rollo sitar indio con mensaje Hippie hasta que a mitad de tema vuelve a entrar la orquesta con la rumba como bandera. Lorocuervo es el siguiente tema, aquí el viento nos lleva hasta las grandes voces levantinas (Nino Bravo, Camilo Sesto) de los 60, hasta que las percusiones vuelven a rehacer o deshacer el tema y lo llevan a los ajustados pantalones de los 70. El siguiente tema es Ahí viene el colapso, otra vez los sesenta, pero con letras para encajar despacio. Y para cerrar cogen My sweet lord (George Harrison) y lo transforman en Llegan los hijos del trueno. En estos días de vientos y lluvias nada mejor que dejar que estos Hijos del trueno nos arrullen con su música fuera de tiempo y lugar ¡Paso a estos Hijos del Trueno y su música de baile! + info | relacionados