Helena Rosich

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Nota 79, 27 de enero de 2022

Hay mujeres que están predestinadas a ser cantantes como Amy Winehouse (pero por desgracia no pueden soportar mucho tiempo la tensión exigida) y en cambio hay mujeres que llegan a ser cantantes por su amor a la música y su esfuerzo personal. Este es el caso de Helena Rosich, con tres álbumes ya en el mercado. La cantante gironina venía a presentar en Barcelona su “Nit de Setembre” Temps Records, 2020 un disco de boleros (y otras musiquitas dulces. Un álbum que según Rosich nació de sus recuerdos de noches de verbenas populares, dónde grupos como La Platería hacían las delicias del público. Eran grupos en que los músicos tenían un nivel muy alto y podían jugar con diferentes estilos musicales mientras el público advertía o no la calidad de la música. El quinteto que acompañó a Rosich en el Nota 79 estaba formado asimismo por músicos con una trayectoria sólida y, aun que costó al principio, al final esos aplausos a los solos fueron fluyendo con naturalidad. Y es que escuchar a Horacio Fumero improvisando en medio de Lágrimas Negras no tiene precio. Pero bueno, poco a poco. Empezaron con Como fue (Ernesto Duarte)) cuándo Rosich acaba la primera estrofa el contrabajo de Horacio Fumero y el piano de Alexandre Carbonell dejan claro que para ellos la música cubana no tiene secretos. Helena vuelve a entrar con naturalidad y todo fluye fácil, la cosa promete. Nos fuimos a Argentina con Algo contigo (Chico Novarro) y el saxo tenor de Xavi Figueroa fue el encargado de jugar con la voz de Helena Rosich alternando los solos. Rosich sabe que tiene unos músicos excelentes y no duda en dejarles ese espacio que necesitan. Y llegan los primeros aplausos a la guitarra de Joel Moreno Codinachs (arreglista del disco) la guitarra nos lleva a la melodía con naturalidad pero también se permite jugar como siempre ocurre dentro del jazz a ir y volver con naturalidad de la melodía a la improvisación. Explica Rosich que el siguiente tema era el famosísimo Cuándo vuelva a tu lado, y quiso recalcar la importancia de su autora  María Grever (con más de ochocientas canciones, la mayoría boleros) en una época que parecía dominado por los hombres. Ahora era la batería de Santi Colmer la que marcaba el camino a seguir y Rosich templó perfectamente el tempo. Una gozada. Codinachs se marcó unos punteos preciosos y por detrás Fumero iba dando el paso a quién correspondía, a Figueroa que se iba a la Cuba  de Paquito D’Ribera o a Helena que entraba con la naturalidad de líder. Se atrevieron con Los aretes de la luna (José Dolores Quiñones) y la entrada del quinteto fue de las que pueden asustar a la cantante, ritmo desbocado, energía más cercana al bop que no al bolero, una apuesta que me impresionó musicalmente pero en que la voz no cabía tan fácilmente como en los otros temas. Colomer y Fumero increíbles una descarga cubana de las de Machito con Parker. Pero vino Cariñoso (Pixinguiña) y aquí Helena Rosich estuvo increíble, la guitarra introdujo con dulzura el tema y la voz de Helena nos traspasó los corazones, un buen acierto también el cambio de saxo al clarinete por parte de Figueroa. Fumero y Colomer hacen una entrada percusiva muy original para presentar Esperaré (Armando Manzanero) Figueroa sigue con el clarinete. Y dieron un salto en el tiempo para recoger una letra de Toni Zenet, Mereció la pena, otro momento en que cuesta olvidarse del malagueño y asimilar la voz tan diferente de Rosich. Los músicos transforman el tema a su gusto, muy interesante la labor del arreglista. Siguieron con Convergencia (Marcelino Guerra) y el piano de Carbonell y la sección rítmica nos llevaron de viaje hasta Cuba de nuevo. Y ya que estaban allí se fueron al tema más famoso de la isla, Lágrimas negras (Miguel Matamoros) ya te he contado que el solo de Fumero fue de los que hay que enmarcar. Vuelta a Brasil con el gran compositor Edu Lobo Pra Dizer Adeu, aprovecha Fumero para templar y cómo el que no quiere la cosa entra con un solo precioso y Rosich vuelve a demostrar que en los temas brasileños es dónde se encuentra más cómoda. Muy original también Carbonell que se pasa del piano a la melódica (ese tecladillo que se sopla), quería terminar con Petita festa un poema del chino Li Po musicado por Toti Soler. Una composición muy original con arreglos de Codinachs con espacio para el clarinete. En el esperado bis (ya ni se fueron) dos temas, un curioso Soñar contigo (de nuevo Zenet) en que se quedan solos Codinachs (muy Taboada) y Rosich (no está en el disco) y volvieron todos para cerrar, ahora sí, con  un Moliendo café que homenajea a la mencionada Platería. Una fiesta de despedida con cinco músicos dando lo mejor de cada uno. + info | relacionados

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