Goran Bregović
15 Festival Mil·lenni
Palau de la Música, Barcelona. 29 de abril de 2014
Que buena costumbre esa de visitar a los amigos por lo menos una vez al año. Pues a esa tradición ya nos tiene acostumbrados el bueno de Goran Bregović. Y da igual el sitio elegido para el encuentro, llámese Teatre Grec (Festival Grec, 2011), el Palau de la Música Catalana (Festival del Mil·lenni, 2012) o el Parc del Forum (Cruïlla Barcelona, 2013). Lo que es seguro es que año tras año, donde va, logra tanto la fiesta colectiva como momentos de intimidad sobrecogedora.
Y se le podrá acusar de hacer el mismo show cada vez, de repetir los mismos comentarios en las canciones, de hacer múltiples versiones de las mismas canciones con diferentes interpretes, de adjudicarse derechos de autor de canciones que no están compuestas por él, todo eso y más. Pero nadie puede dudar de la eficacia de sus shows, de la impecable interpretación en sus directos, de su encantadora presencia y de haber extendido el legado de las músicas balcánicas y gitanas mucho más allá de donde nadie hubiera podido imaginar.
Y una vez más lo volvió a demostrar.
En está ocasión vino con la versión reducida de su Wedding and Funeral Band (Banda de Bodas y Funerales), o sea dos trompetas, dos tubas, un saxo que alternaba con clarinete, dos voces búlgaras femeninas, el sobresaliente Muharem Redzepi a la voz y tocando el goc (tambor tradicional) y Goran con guitarra eléctrica. Pues siendo solo nueve, resultaron igual de resolutivos que siempre, aunque en honor a la verdad hay que decir que, en algunos pasajes, Goran lanzaba bases pregrabadas desde su ordenador.
El show empezaba casi puntualmente a las 21:00 con un Palau casi lleno, con un público con muchas ganas de fiesta y de la manera habitual, o sea con parte de los vientos tocando en la platea, como dialogando entre ellos y dirigiéndose al escenario. Una vez arriba se unió el resto de la banda para hacer el bonito Scherzo Tale VII (vivo con fuoco) y enseguida el infalible e incendiario Gas Gas que hizo que parte del público ya se levantara, ¡y era el segundo tema!, pero, como decía, había mucha predisposición para el baile. A partir de ahí y como suele hacer, el repertorio se movió inteligentemente entre los temas más emotivos, los intermedios rítmicamente hablando y los desenfrenados. O sea que hubo de todo, quizás más temas de su último disco editado hasta ahora, el Champagne for Gypsies, pero evidentemente no faltaron sus clásicos. Y es que fueron más de treinta canciones en dos horas y media de casi locura colectiva.
A destacar los momentos emocionantes conseguidos con el Ausencia (que cantara con Cesária Évora), el So Nevo Si o la preciosa Avan Ivenda para lucimiento de las voces femeninas. O los de levantamiento general de público de sus asientos, con Presidente y Balkaneros (compuestos junto a Gipsy Kings), el tremendo Bijav o la irresistible Na’tan Ixara Oikopedo. Tampoco faltaron ese par de temas no grabados anteriormente, pero habituales en sus conciertos, el Usti Babo y el Mik Miik. Aunque si sirve de referencia de la efectividad de sus directos, simplemente nombrar la recta final del concierto: tras la irresistible versión del Ya Ya de Dorsey y Lewis, que se hiciera famosa en la banda sonora de American Graffiti y que Goran la convirtiera en la divertida Ya Ya (Ringe Ringe Raja), siguió la trepidante Truckers’ Song, la conmovedora Ederlezi, la vuelta a la locura con Mesecina y final con la “enternecedora” In The Death-Car (que cantara Iggy Pop) y que cantó él acompañado solamente por Muharem a los platillos y un trompeta, bueno, más los coros de todo el público coreando el estribillo. Enseguida volvieron uno a uno y se lanzaron con el alocado Hopa Cupa, que ya levantó al público hasta el final, una canción tradicional búlgara que ellos también escucharon de pie, el clásico Caje Sukarije, el vibrante Yeremia donde pidió que todos cantaran “artilleria” y demencia total con el Bella Ciao y el Kalasnjikov, donde como siempre hace gritar a todos “¡¡¡a la carga!!!”. “Si no te vuelves loco con está música es que no eres normal” dijo Bregović que para acabar el show pidió que se encendieran las luces para hacerse un “selfie” con su banda y el público al fondo. Es que es único en su genero. +Info | Relacionados | Miguel Amorós.