Simphiwe Dana

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Simphiwe DanaSimphiwe Dana
"The one love movement"
Skip Records, 2007
www.skiprecords.com

Aún pasando algún tiempo desde su salida al mercado, no podíamos dejar pasar la oportunidad de comentar este nuevo y sugerente disco, segundo en la carrera de la vocalista sudafricana Simphiwe Dana. Después de haber alcanzado el éxito con su “primogénito” Zandisile, ahora llega The one love movement con la intención de atrapar, con sus artes, a un buen grupo de seguidores, que todavía no habían descubierto el talento y el sutil veneno musical que la artista deja en el recuerdo auditivo.
Cultivando una imagen muy personal, amante de la moda y vistiendo la ropa que diseña una de sus hermanas, la joven artista nos aporta una nueva forma para aproximarnos a la música africana. Aunque con perspectivas diferentes, Dana cuenta con referentes como Miriam Makeba y Angelique Kidjo, y también, según ha explicado, con los de otra grande: Dorothy Masuka. Una curiosidad más es que canta en xsosha, su lengua natal, aunque tampoco importa demasiado cuando el sonido que producen sus cuerdas vocales es tan acogedor y gratificante; y casi nada empalagoso. Lástima que no entendamos las letras, porque según parece, las cuestiones cotidianas de la calle, de su país, y el compromiso político tejen la madeja narrativa. Un ejemplo es el tema Bantu Biko Street que rinde homenaje al desaparecido líder antiapartheid Steve Biko. Por lo que respecta a la composición sonora, a la música que se respira en todo el álbum, cualquiera la podría clasificar bajo la etiqueta de jazz, o más bien “jazzy”. Sin embargo, algunas pizcas de soul y rhythm and blues también se dejan espolvorear a lo largo del trabajo. Todo el disco se englobaría bajo ese amplio paraguas, o incluso bajo la etiqueta de smooth jazz -africano añadiría yo-, creando temas muy agradables de escuchar, con armonías y tonalidades constantes y relajantes procedentes del continente, nada complicadas de absorber y para todos los públicos que quieran pasar un rato muy agradable. Con todos estos componentes, la receta nos sale más que interesante: sonoridad jazz; lengua, sonido y estilo africano; y una voz dulce, acaramelada y embelesadora que atrapa y que ofrece contenido vital y espiritual. ¡Pasen y vean, seguro que lo disfrutan y repiten en cualquier momento del día! // Antonio Álvarez