Gecko Turner
Gecko Turner
Marula Café, Barcelona 2 de diciembre del 2011
Esta vez iba a ser posible, por fin iba a escuchar a Gecko Turner, uno de los músicos que mejor cuida el sonido, en una de mis salas preferidas por su sonido, todo cuadraba. El concierto previsto para las 21’30 no empezaba, había pasado una hora cuando Gecko pasó entre el público, muy, pero que muy escaso y se acercó al escenario, mal empezamos. Recordáis cuando Bob Dylan tenía que escoger entre el formato acústico y el eléctrico, algo parecido me pasó a mi con el concierto del extremeño, de acuerdo que tanto él con su guitarra, como el trío básico, guitarra, bajo y batería estaban electrificados, incluso el guitarrista llevaba unos pedales que dieron mucho juego al instrumento (con unos punteos impecables) de acuerdo que las dos voces que acompañaban a este gran músico tenían sendos micros, pero todo el sonido en general, comparado con el sonido de sus discos, parecía estar en acústico, una pena. Cualquiera que haya escuchado “Gone down south” Lovemonk, 2010, sabe que la calidad de la producción, los sonidos de los vientos, de los coros, ese fondo que se te mete entre los poros de la piel, lo convierte en uno de los mejores trabajos de música negra del año pasado, pues lo siento mucho pero aun que intenté entrar en ese sonido, el directo me resultó muy flojo. Gecko quiso trabajar el esqueleto de las canciones, además de las de este su último trabajo, repasó “Chandalismo ilustrado”, Lovemonk, 2006, por lo menos que yo recuerde Tieso (i sin desayuná), Toda mojaíta. Cosillas de Guapapasea, Lovemonk, 2003, versiones contundentes de los grandes de la música negra, que incluso en esos esqueletos salían bien paradas. En fin el repertorio era excelente, los músicos trabajaron bien, pero el sonido no acababa de atraparme. De su nuevo disco Cuanta suerte, Ámame, mímame, Mbira Bira sonaban seguras y las voces de The Supa soul sisters, reforzaban el concepto africano de su música. Es igual que Gecko suene a Brasil, a Cuba, o a Nueva Orleans, en el fondo siempre suena a Àfrica. Por eso su música haga funky, pop, soul o reggae tiene en la negritud de su propuesta el sello inconfundible. Quizás estuve demasiado pendiente de todo y si hubiese estado en la última fila hubiese disfrutado más, de echo hubo momentos en que con los ojos cerrados y el ritmo en los pies (y imaginando los vientos) rocé ese sonido buscado. Eres grande Gecko. www.musikaze.com | relacionados | Candido Querol