Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur 2009
Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur 2009,
Lanuza / Sallent de Gállego, Huesca.
Del 9 al 26 de Julio.
Capítulo I. Lo que sucede con Pirineos Sur es que la mayor parte de la gente que conozco habla de él como de un ente propio, vivo, de un amigo más al que hay que visitar una vez al año. Alguien que tiene el carisma necesario para reunirnos entorno a él, de fomentar el encuentro.
En base a esto, os podéis imaginar lo sucedido el 9 de julio, al celebrar los dieciocho años de la criatura. Una auténtica fiesta de cumpleaños, en que los besos y abrazos se fundían con la música elegida para la ocasión. Público entregado ya mucho antes de empezar, los músicos tan sólo debían poner la guinda. No fallaron. Nos daban la bienvenida 17 Hippies, presentando su último trabajo, El Dorado ( Hipster Records/Resistencia, 2009). Tres años atrás, en el escenario de Sallent, los berlineses arrasaron, en una noche de lluvia, ante un público incapaz de distinguir su propio sudor del agua. Esta vez, la coctelera mundial de estilo elegante, se agitó para caldearnos con todos los aires del viejo y nuevo mundo. Desde el cajoun del bayou de Luisiana, el klezmer judío, el espíritu del cabaret alemán, la desbocada rítmica balcánica, la primogénita chanson francesa… Primeras piezas de ropa amontonándose en el suelo. Buena señal. El frío pirenaico se desvanece. Se nota que a los berlineses les encanta el directo. Para acabar de rematar, Christopher Blenkinsop, que dirige todo el cotarro, convierte al público en uno de los hippies que faltan. Señoras, señores… chapó. Y puestas las velas, toca encenderlas. El encargado de ello: Shantel y la Bucovina Club Orkestar. Conociendo al público asistente y la propuesta del alemán, os explico el devenir natural de los acontecimientos. Para ahorrar tiempo, con un soplete Disko Partizani se encienden las velas, se sopla al unísono, e inmediatamente se hunde la cara, con la boca abierta, en el pastel. Tras tragar, besamos a quien más cerca nos quede, mientras que con la mano ágil, izquierda o derecha según, arramblamos un trozo de tarta y lo lanzamos a la cara propia, conocida o extraña. A partir de ahí todo vale. Esto no es una celebración, es un fiestón, parranda, jolgorio, verbena, jarana…… Disko Partizani, Donna Diaspora, Disko Boy, Inmigrant Child… Tremendo y me repito: desmesura balcánica, desmesura turca, desmesura griega, desmesura del este, desmesura del oeste….desmesura europea!!! Como no era para menos, se realizó la inauguración oficial del nuevo Auditorio siguiendo los cánones tradicionales: baño nocturno, tal como la madre de uno le trae al mundo, a cargo de los veteranos y expertos en la materia, a la par que primos hermanos, Don Señor Bolo y Don Señor Tino. Por su parte, el señor Stefan Hantel, mostró sus respetos y homenajeó a ambas autoridades con sendas botellas de vodka. Posteriormente serían repartidas entre el respetable. Alegría, dicha, gozo, queda inaugurada esta nueva sede. Concierto redondo para la ocasión, dejando un nivel muy difícil de superar a los dj´s de la discoteca étnica: DJ Javimar y Buscemi. Motivos personales me obligaron a viajar de regreso a Barcelona el viernes 10, perdiéndome las actuaciones de The Rumble Stripes y Marianne Faithfull. Sin embargo el sábado estaba ya de vuelta. Propuesta interesante, Dos orillas, dentro ya de la referencia temática de Pirineos Sur de este año: Atlántico Negro. Por el lado europeo, desde Suecia, Cirkus. Banda que incluye entre sus filas nombres de la talla de Matt Karmil, productor en su día de Massive Attack, o la conocida Neneh Cherry. Presentaban su segundo trabajo, Medicine (Wagram Music,2009). Aunque con un nivel técnico más que destacable, el melting pot de hip hop, trip-hop, rock, punk, dub step, más alguna melodía pop, dejó el ambiente un tanto frío, carente de carisma. Cosa que no sucedió en absoluto con la siguiente propuesta de la noche. De la otra orilla, desde Nueva Orleans, The Dirty Dozen Brass Band. Veteranos ya de las bandas de metales de Estados Unidos, recolectores, dinamizadores y reactivadores de la tradición sureña, africana, española, francesa, anglosajona, criolla. El gospel, el soul, el rhythm and blues, el funk, el jazz, el rock… a golpe de clavijas y vara. Una auténtica fiesta con clase, en la que hasta el desaparecido Michael Jackson tuvo su procesión a la vera del Mississippi. De lujo y categoría. Domingo 12 y vuelta a la ciudad Condal. Benditos tiempos aquellos en que me quedaba todo el mes. Regreso el sábado 18 y me doy de frente con Casser le mur/Romper el muro, primera producción de Pirineos Sur con L´Boulevard Festival de Casablanca. Producción que se enmarca dentro del camino de cooperación cultural iniciado el año pasado, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Benditos impuestos si me retornan joyas musicales, alhajas teatrales y zarcillos en forma de exposiciones. En la vertiente musical, el tremendísimo encuentro entre lo mudéjar y lo bereber se dio cita en el Auditorio de Lanuza, de la mano de Bella Nuei y Azawan. Con la curiosidad mutua como motor de arranque, músicos aragoneses y marroquíes alcanzan un mismo lenguaje musical basado en la memoria que no en la historia. La memoria rítmica, memoria melódica, memoria vital… aquella que se hunde en nuestras raíces comunes. Música andalusí sí, pero obtenida en un proceso actual, absolutamente contemporáneo. Preciosa “Moro, moreno, moro”, una rumbita lenta que llega al reggae; preciosa la voz de Oum e Hicham Bajjou, la dulzaina de Luís Miguel Bajén, el ribab de Foulane Bouhcin, el oud de Nacho Estévez… Se cumplen en 2009, los 400 años de la expulsión morisca de la península. No se me ocurre mejor manera de evitar el olvido. Próximo concierto en Vic, dentro del Mercat de Musica Viva, el 19 de septiembre. Absolutamente recomendable. Antes que ellos, pasaron por el escenario también, dos grandes de la música marroquí. Jil Jilala abrieron la noche, seguidos por sus coetáneos Nass el Ghiwane. Noche de clásicos en Lanuza (hablamos en ambos casos de formaciones surgidas en los 70),de música gnawa, de malhun, de aissawa, de letras comprometidas que coreaban una decena de amigos. Mi querido Larbí me explicaba: “Mi hermano cerraba la habitación. Yo entraba a escuchar Nass el Ghiwane en el casete. Dejaba la habitación igual y cerraba la puerta. Siempre me pillaba… y es que el tío ponía el contador de la pletina a cero!!!”. Al fin y al cabo, la música es la misma en todos lados. Noche mágica. La propuesta Casser le mur/Romper el muro se completaba con la alhaja teatral Habibi/Amado, de Producciones Viridiana, el 19 de julio en el polideportivo de Sallent, y la exposición fotográfica Retratos de familia, de Hassan Darsi, también en Sallent, y de David Rodríguez Gimeno, Mapas, en el Instituto Cervantes de Casablanca.
Hasta aquí queridos lectores, la primera parte de esta extensa crónica. Podrán ustedes degustar la segunda a partir del 17 de agosto. Podría argumentar ante esta división en capítulos infinidad de excusas: 1) Conceptos de marketing tales como fidelización del lector ante la expectativa; 2) Evitar ciertas críticas al autor de estas crónicas por su interminable verborrea; 3) Cierre inminente de edición ante el periodo vacacional; 4)…………Pero para serles honesto, me caracteriza una lentitud exasperante en el arte de la escritura. Más aún en estos meses de estío. Espero sepan perdonarme, pónganme a los pies de su señor o señora y… léanme, si ustedes desean, a partir del ya mencionado 17 de agosto. // Juanjo Peña Martí.