Festival Internacional de Circ Elefant d’Or

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Festival Internacional de Circ Elefant d’Or
Ciutat de Figueres. 25 al 29 de febrero de 2016

Por tercer año consecutivo, estaba bajo la inmensa carpa que acoge al Festival Internacional del Circ Elefant d’Or, Ciutat de Figueres ―una carpa con capacidad de más de 2000 localidades, altura de quince metros y ninguna columna o elemento interpuesto que dificulte la visión de los espectadores―, y mientras estaba disfrutando de la los números que, uno tras otro, todos rozando la excelencia, se iban sucediendo en la pista, hice un involuntario ejercicio involutivo y me vi, hace muchos años, dentro del ambiente circense.

Por razones que no vienen al caso, yo fui un niño de alguna forma privilegiado, pues pude acceder durante muchos años a la mayoría de los circos que pasaban por Barcelona, y no solo desde las sillas de alrededor de la pista, sino a los lugares donde se gestaba todo aquello que después veíamos como espectadores. Yo contemplaba aquel ambiente con una infinita curiosidad, a veces con un respeto mezclado conyH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Festival Internacional de Circ Elefant d'Or algo de miedo ―conservo una foto en la que tengo junto a mí a un león, de no más de dos meses, y mi mano se acerca a él a una distancia considerable en lo que pretende ser una caricia―, pero siempre con la seguridad de que algo especial pasaba a mi alrededor, con aquellos vestidos, aquellos maquillajes, y aquellos super hombres y super mujeres que los llevaban, siempre con bromas o gestos amables hacia mí.

 Y ahora, en Figueres, nuevamente me veía envuelto en esa ambiente. Esta vez como espectador puro y duro, pero con unos recuerdos que hacían que, para mí, lo que estaba viendo traspasara la frontera de lo imposible, lo más difícil todavía, lo nunca viso, y me llegara a través de esas personas que han escogido ese oficio, el de Artista de Circo, para vivir, una decisión que nos permite durante unos minutos verlos nuevamente, como cuando era un niño, como super héroes.

El Festival de Circ de Figueres es el lugar idóneo para dejarse transportar por sus artistas hacia la maravilla del circo ―no me gusta el término magia, porque en la magia se engaña, de forma consciente, tanto por parte del artista como del espectador, para mostrarles algo que parece, pero que no es, y en el circo, por mucho que se presente todo entre envoltorios brillantes y llamativos, es la verdad lo que estamos contemplando―. Este año, en su quinta edición hemos podido ver hasta 22 números, como he dicho antes, extraordinarios. Cualquiera de ellos, incluso el que nos haya podido gustar menos, sería la figura principal de muchos circos del mundo. Unas actuaciones que, los tiempos van cambiando, le dan una importancia extraordinaria a la forma, además del contenido, herencia, posiblemente del fantástico espectáculo del Cirque du Soleil.

Si agrupamos los números por especialidades, sin respetar el orden de actuación durante los dos pases, el Espectáculo Azul y el Espectáculo Rojo, que se fueron repitiendo en varias ocasiones entre el jueves y el domingo, este año destacaron las troupes. La que tuvo más éxito, pues ganó uno de los tres Elefants d’Or del certamen, así como el premio que emanaba de la votación del público, fue The Qin Warriors. Dieciséis artistas que evolucionaban haciendo sus Ejercicios sobre monociclos, basados en la recreación del transcurso de una batalla de la dinastía Qin, con una precisión y una fluidez de sus números icarios, y que se completaban con un vestuario fantástico. La evolución de los artistas en la pista, su habilidad, su coordinación perfecta y la coreografía del número, fueron algo inolvidable.

A un nivel parecido destacaron, las otras dos troupes que pudimos ver. También desde China, la Fan Truope, con sus ejercicios de Equilibrio de cabeza a cabeza, cuidaban también al máximo las formas, tanto en su vestuario, como en la coreografía del número. Nueve artistas, entre los que destacaba uno de ellos muy, muy joven, que evolucionaban lanzándose, literalmente de un soporte a otro, aterrizando siempre con la cabeza. Por supuesto, fue otro de los tres espectáculos que ganó l’Elefant d’Or. El tercer conjunto de artistas que trabajaban en grupo numeroso, que fueron los terceros ganadores del primer premio del festival, eran la Troupe Nómuna, esta vez de Mongolia, a la que pudimos ver en dos números diferentes. Presentaban un espectacular número de Vuelo acrobático, que iban alternando con una representación de danzas folclóricas, con momentos tan increíbles como el del saltador que dio un número, indeterminado por nosotros, de saltos mortales, que nos fue imposible contar; con otro de bascula, a cual más impresionante. Más troupes, como la ucraniana Troupe Victor, de Perchas voladoras, una disciplina hoy día casi olvidada, y que presentaban una coreografía y un vestuario basado en los circos más clásicos; o grupos de artistas, como Diabolo in Soul, que demostraron que el juego del diábolo es mucho más que un juego infantil. Otro de los premios del festival, el premio de la imagen, fue para las cuatro artistas coreanas que formaban el grupo Swan Lake, de Contorsión con equilibrios, y que ellas realizaban con una figuración basada en el ballet clásico que daba nombre al grupo, vestidas como la ocasión lo requería.

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Festival Internacional de Circ Elefant d'OrUn payaso fue uno de los galardonados con el segundo premio del festival, l’Elefant de Plata. Era ésta una disciplina que no había brillado demasiado en anteriores ediciones, pero esta vez, sí que estuvieron a la altura tanto el ganador del premio, el ruso Vladimir Deryabkin, con varias intervenciones, una de sus favoritas con una batería, y otra en el que hizo participar activamente a un espectador; como los mejicanos Paquin & Angelo, que son padre e hijo y que presentaban un número clásico de augusto y carablanca. 

Entre los segundos galardonados, también estaban el dúo canadiense, 2-Zen-0 que presentaban su número de Doble circulo aéreo cruzado, en un aparato creado por ellos, que les permite hacer una serie de posados de gran dificultad, tanto en el suelo como suspendidos en el aire. Un número con un riesgo evidente que quedaba enmascarado, que no olvidado, por la plasticidad de las figuras que iban creando. También un dúo, esta vez los italo-españoles Golden Dream a las Telas aéreas, fueron los terceros en recibir el Elefant de Plata. Cubiertos totalmente por un maquillaje dorado y unas piezas de ropa a juego, evolucionaban en sus telas a gran altura, para, al final del número, descender vertiginosamente por las mismas bajo una lluvia dorada que caía de lo alto de la carpa.

También fueron dúos dos de los ganadores del Elefant de Bronze. El Dóu Idols, procedentes de Rusia, también evolucionando en las Cintas aéreas, con una coreografía con reminiscencias del folclore indú, que, junto a su vestuario, fue para nosotros uno de los momentos de más plasticidad del circo; y el Dúo Miracle, los ucranianos que mezclaban los Ejercicios de contorsión con los de equilibrio, con momentos muy remarcables. También otro dúo se llevó el premio de la crítica, Zhygaltsov Brothers, ucranianos, con Ejercicios mano a mano, de fuerza y equilibrio. En la misma disciplina actuaron los peruanos Dúo Vitalys; y los armenios Vardanyan Brothers, para nosotros los más interesantes de los tres.

Siguiendo con los dúos, mezclando las Cintas aéreas y los ejercicios mano a mano, encontramos a los ucranianos History Makers, que combinaba figuras en pareja con algunas otras como solistas; Tim & Taisa, procedentes de China, él, y de Rusia, ella, también con las Cintas aéreas, donde un antiguo acróbata se había unido a una bailarina para crear este número lleno de sensualidad; y Volkov & Elkin, procedentes de Rusia y también con un trabajo en el aire, pero esta vez soportados por Cadenas aéreas, en vez de cintas, lo que le proporcionaba una dificultad mayor.

El tercer Elefant de Bronze fue para la rusa Alexandra Levitskaya que combinaba las Cintas aéreas con el hula hoop, con una cuidada presentación donde ella, con una camisa blanca de hombre abierta, realizaba su número acompañada por la canción Ne me quitte pas que interpretaba en directo el cantante de la orquesta de Carmino D’Angelo, el grupo musical del circo, con 13 componentes que cumplieron perfectamente con su cometido durante toda la noche. El número de la artista rusa, acabó, de forma sorpresiva, con ella elevada por las cintas, con decenas de aros girando alrededor de su cuerpo, que dejaba caer de golpe desde las alturas. Además de este número individual y del de Vladimir Deryabkin, también en solitario encontramos al también ruso, Konstantin0, con la Rueda Cyr, un gran aro sobre el que iba haciendo sus evoluciones en el suelo; y la ucraniana Iulia Stetsenko en un breve número en el aro aéreo.yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Festival Internacional de Circ Elefant d'Or

Fallaron dos de los artistas previstos, el Nacional Circus of Pyongyang, de Corea del Norte, que, pese de estar sus componentes presentes en Figueres, no pudieron realizar su espectáculo, porque los materiales necesarios para realizar sus Acrobacias de funambulismo a gran altura, estaban retenidos en la aduana china. Recordamos sus evoluciones con trapecio volante de la anterior edición y lamentamos profundamente ese problema político que trascendió más allá de un espectáculo tan universal como es el circo. También nos quedamos sin una intervención con animales. La bielorrusa Anastasiya Yeukhimenka sufrió un pequeño accidente en los ensayos de su Hula hoop a caballo, lo que nos privó del número ecuestre del festival, que siempre es bien acogido por lo que de diferente representa.

Otro año más, la gente que había asistido a las representaciones a las que nosotros también fuimos, salía satisfecha, algunos incluso emocionados por lo que habían presenciado. Muchos con el programa de mano ―en realidad un libro de más de 150 páginas, completísimo, con la historia del festival y reseñas de todos los artistas presentes en el mismo y a un precio de 5€― firmado por los participantes en los números que habían visto esa noche, porque los artistas, tanto en la media parte como al final, se situaban en una larga mesa donde iban dejando, con su firma, un recuerdo inolvidable para los espectadores que se acercaban con su programa.

Pensaba yo, al salir, cómo, Genís Matabosch, artífice del Festival Internacional del Circ Elefant d’Or, Ciutat de Figueres, había podido mantener nuevamente, ya en su quinta edición, un espectáculo de más de 80 artistas de 13 países, con una preparación técnica impresionante, con decenas y decenas de colaboradores y voluntarios, con unas instalaciones impresionantes, con más de 20.000 espectadores asistentes en total, y a unos precios tan asequibles, en unos tiempos en los que los artistas han de recortar el número de miembros en sus espectáculos y en donde, los que son de gran envergadura, cobran sus entradas, a veces, a unos precios prohibitivos. Con todo ello en la cabeza, estaba sintiendo aquello que de niño experimenté muchas veces respecto al circo: volvía a ser un privilegiado, y ya estaba pensando en las sorpresas y satisfacciones que la próxima edición del festival me iban a proporcionar. +Info | Relacionados | Fotos: Bertrand Guay | Texto: Federico Francesch | DESAFINADO RADIO   

 

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