Festival de la Cultura Brasileña

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Festival de la Cultura Brasileña

Barcelona, 9 de septiembre de 2012

Estamos locos”, me decía Cristiane Andrade uno de los representantes de la ONG Diversia, organizadora de la cuarta edición del Festival de la Cultura Brasileña en Barcelona que se celebró en el Moll de la Marina el pasado 9 de septiembre, desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche. Y se creen locos porque organizar un evento al que han acudido más de 12.000 personas, con entrada gratuita, con cinco actuaciones de primer nivel de las que hablaremos luego, con animación, gastronomía… contando solo con las ayudas institucionales y sin ningún patrocinador importante. Parece realmente una locura.

“En plena crisis económica mantenemos los valores que motivaron el surgimiento de este evento hace cuatro años: difundir la producción cultural brasileña, fortalecer la imagen de Brasil como destino turístico y de negocios, promover la cohesión social y la integración de la comunidad brasileña residente en España”, nos decía Ana Bárbara Souza otra de las componentes de la organización, y puede que esta voluntad de servicio a su país nos haga entender lo que pasó el otro día.

Si por la mañana fueron actos más festivos los que tuvieron lugar, por la tarde, a partir de las tres, empezaron las actuaciones de las tres cantantes y los dos grupos que formaban el cartel musical del festival.

Thaïs Morell fue la primera en aparecer en el escenario. Nacida en Curitiba, en el sur de Brasil, acaba de publicar un disco magnifico, Cancioneira, acompañada con músicos preminentemente de jazz de Valencia, ciudad donde reside en la actualidad. Presentaba su trabajo esta cantautora, y multi‐instrumentista, que domina guitarra, piano, pífano (pequeña flauta de bambú, que ella misma se fabrica), pandereta y diversos instrumentos de percusión, acompañada de su grupo, con un destacado David Gadea, a las percusiones, inspiradísimo. Puede que un escenario tan amplio con un público alejado por un amplio foso de seguridad no es el lugar ideal para escucharla, pero Thaïs Morell consiguió llegar con su música a los asistentes, esa música llena de sensibilidad, de ritmos cambiantes que se expresan en unos temas delicados y llenos de lirismo, consiguiendo con esa mezcla de folclores, no solo de Brasil (ha vivido y estudiado en Finlandia y en Ghana), y de jazz, convertir su propuesta en una de las más interesantes que, en la actualidad, se pueden encontrar.

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Festival de la Cultura BrasileñaTras ella fue Larissa Baq quién apareció en escena. Larissa Baq, oriunda de Sao Paulo, es percusionista, trompetista, guitarrista, cantante y compositora. Fue finalista del prestigioso Prêmio da Música Brasileira en 2010, con su versión del clásico Rapaz Folgado, de Noel Rosa, lo que la hizo ganar visibilidad en todo Brasil. Voar, estar, sentir, sonhar, pensar, tocar, amar, abraçar, cair, levantar, sorrir, viajar, ir es el nombre de su primer trabajo discográfico, producido por el renombrado bajista y productor musical Fernando Nunes, que ha trabajado entre otros artistas con Zeca Baleiro o Cassia Eller. Venía de una gira por Portugal, para seguir después del festival hacia Francia y Alemania, antes de volver a Brasil para preparar su siguiente trabajo. En el concierto Larissa Baq, además de interpretar sus propias creaciones, repasó algunos de los temas clásicos de la Musica Popular Brasileña, entre ellos un Asa Branca en homenaje a su creador, Luiz Gonzaga. Acabó con Jack Soul Brasileiro, un tema de Lenine, con el apoyo de Maracatu Mandacaru que ayudo con el ritmo de sus percusiones a cerrar su actuación de forma apoteósica.

Tras ella uno de los grupos presentes en el festival: Barcelona Sessions. Este proyecto fue concebido por el artista y el productor Xuxa Levy. Antes de regresar a Brasil, después de haber vivido en Barcelona durante cuatro años, quiso fusionar las diferentes escenas musicales de la ciudad con temas clásicos de su país. Para ello reunió a artistas de todo el mundo, algunos de los cuales los pudimos ver actuando en el Festival de la Cultura Brasileña, como Max de Castro y Jair Oliveira llegados de Brasil especialmente para el festival, y Max Moya Wright (Ojos de Brujo), Kumar, Mel Semé (Black Gandhi), Sara Pi, Hisopo, BangersBeRoots, IndeeStyla, Paulinho Lêmos, Alan Sousa, Ed Moreira, Papa Orbe Ortiz, entre muchos otros. Un escenario repleto de excelentes músicos que hacía las delicias de un público bailarín que llenaba la explanada delante del escenario.

Con Nêga Lucas, la tercera de las cantantes del festival, siguió el baile y la fiesta. Cantante profesional desde 2002, radicada en Barcelona desde 2007, Nêga Lucas fusiona el samba, su primera escuela, con la música latina, afro‐brasileña y el jazz. Con un grupo fantástico acompañándola, demostró sus cualidades como cantante y su capacidad de animar a la gente, entusiasmada con ella. Presentó, principalmente los temas de su segundo trabajo (su primer disco, Canto de casa, fue publicado en Brasil hace cuatro años), una nueva grabación que está a punto de aparecer, que ha trabajado especialmente con su guitarrista y coautor de la mayoría de los temas, Pedro Bastos.

Luego, Baião Brasil formado en 2008 por el cantante, músico y productor Denis Ferreira, difusores del llamado Forró, afincados en Barcelona, nos trajeron la riqueza rítmica del Nordeste brasileño, a través de la música de grandes compositores como Jackson do Pandeiro, Luiz Gonzaga o ZéRamalho, además de sus propios temas. Nos presentaron su nuevo trabajo discográfico y fueron los encargados de poner fin a esa fiesta de más de doce horas, donde miles de espectadores pudieron vivir por unas horas ese desembarco brasileño en el corazón de Barcelona.

El ambiente en la explanada del Moll de la Marina durante toda la jornada era absolutamente lúdico, contribuyendo a ello las animaciones como las del Grupo Ketubara, diezmúsicos que con sus tambores tocan ritmos que coreografían las bailarinas que les acompañan; o la Capoeira Cordão de Ouro, fundada en Barcelona en marzo del 2009, que iban desfilando entre los espectadores. Mientras, los más hambrientos, se acercaban a los puestos de comida típica brasileña y portuguesa que salpicaban el lugar.

Sensación de fiesta, música de primer nivel, organización sin fisuras, lo que consiguió la ONG Diversia en esta cuarta edición del Festival de la Cultura Brasileña en Barcelona. Decíamos que solo se puede entender un acontecimiento de este tipo si, detrás, hay una intención de aunar territorios, de exportar culturas, de enseñar a la gente que existen otros mundos, otras realidades. Cuando, a veces, parece que no podemos ver más allá de nuestras fronteras, por muy limitadas que sean, ni comprender siquiera a nuestros vecinos, entender que en el mundo, en nuestro entorno, hay más realidades que la nuestra y que vale la pena conocerlas y respetarlas, es un ejercicio que todos deberíamos hacer, y que iniciativas como la que comentamos ayudan a que así sea. Federico Francesch | DESAFINADO RADIO