e.s.t. Trío

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - e.s.t. Trío e.s.t.
(Esbjörn Svenson, Magnus Öström i Dan Berglund Trio)
”Leucocyte” 
ACT Music / Karonte, 2008

El pasado 14 de junio, Esbjörn Svensson, uno de los músicos de jazz más influyentes de la última década falleció en un accidente de submarinismo. Por esa terrible pérdida, este disco, además, se convierte en el último legado creativo del artista, grabado junto a sus dos compañeros de trío, Magnus Öström (batería) y Dan Berglund (contrabajo). El álbum recoge unas jams sessions que la formación realizó en privado en el transcurso de una gira australiana a principios del 2008. El 16 de mayo el trío entregaba al sello ACT el álbum terminado, un mes antes de la muerte del pianista.
El valor más destacado de este trabajo es precisamente la improvisación en la que crean los tres músicos. Sin material compuesto de antemano, la telepatía, la confluencia de las tres sensibilidades, su amistad y el echo de haber tocado juntos desde 1999 confieren una magia especial en la forma de tejer las composiciones y explorar los diferentes caminos que abren en cada pieza, en la propia creación in situ.
Los leucocitos, nombre que da título al álbum, son los glóbulos blancos de la sangre que protegen el cuerpo contra patógenos e infecciones, y se renuevan constantemente. El disco respondería a ese interés por renovar la propia música, el concepto más ínfimo, para renacer libremente, dejándose llevar por el momento, las circunstancias y  la química existente entre los tres miembros. Las improvisaciones no desmerecen en absoluto a piezas creadas con finalidad de existencia temporal. Cada corte del disco, como Jazz, o Ajar, se revela vivo y único, como si hubiesen sido compuestos e interpretados con la partitura frente al alma. Quizás es que el trío ya funcionaba como un único organismo vivo con instintos innatos.
El resto de los temas podrán sonar cercanos, extraños y vanguardistas, dejando muy atrás los límites del jazz y fundiéndose con ensoñaciones contemporáneas, sonidos misteriosos y dejando en alto lugar que no hay nada perenne. La pena es que Esbjörn no nos podrá regalar ningún otro tesoro musical, y, además, nos quedamos sin saber hacia donde se dirigía su alma musical. Seguro que sus compañeros, todavía nos daran sorpresas, pero mientras tendremos que disfrutar de esta realidad enlatada, de un recuerdo, como si fuese el último.
www.actmusic.com // Antonio Álvarez